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Autoridad


Enviado por   •  13 de Junio de 2014  •  412 Palabras (2 Páginas)  •  266 Visitas

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CAPITULO IV Y V: David y su conocimiento de la autoridad

(1ª. Samuel 24:4-6)

La Obediencia es superior a la obra

Si los hombres han de servir a Dios, la sujeción a la autoridad es una necesidad absoluta. La obediencia trasciende a lo que hacemos. Si David fuera a gobernar su reino pero no se sometiera a la autoridad de Dios, sería tan inútil como Saúl. La consagración no cubre el pecado de la rebelión.

La espiritualidad de David era tan elevada como la de los creyentes del Nuevo Testamento. Puede que la calumnia, los malos modales o la resistencia interna no se clasifiquen como matar; con todo, ciertamente constituyen lo mismo que cortar la orilla del manto. Todas estas cosas se originan en un espíritu rebelde.

David era una persona que conocía la autoridad de Dios en su corazón, Aunque Saúl lo persiguió en reiteradas ocasiones, se sometió a la autoridad de Dios. Esto revela un hecho importante: la sumisión a la autoridad no consiste en someterse a una persona sino en someterse a la unción que esta sobre esa persona, la unción que vino sobre ella cuando Dios la ordenó como autoridad.

Porque David mantuvo la autoridad de Dios, Él lo reconoció como un hombre según su corazón. Solamente pueden ser autoridad los que se someten a la autoridad. Este asunto es sumamente serio. Es necesario que extirpemos todas las raíces de rebelión de dentro de nosotros. Es absolutamente imprescindible que nos sometamos a la autoridad antes de ejercer autoridad. La iglesia existe por causa de la obediencia. Ella no tiene temor de los débiles sino de los rebeldes. Debemos someternos a la autoridad de Dios en nuestro corazón antes que la iglesia pueda ser bendecida.

Ser lleno de Cristo es ser lleno de Obediencia

Puesto que el Señor inició la obediencia, el Padre ha venido a ser la Cabeza de Cristo. Ahora bien, ya que la autoridad así como la obediencia han sido instituidas por Dios, es muy natural que los que conocen a Dios y a Cristo le obedezcan. Pero los que no conocen a Dios ni a Cristo, no conocen ni la autoridad ni la obediencia. Cristo es el principio de la obediencia. Por consiguiente, una persona llena de Cristo debe ser también una persona llena de obediencia.

Cristo representa la obediencia, la que es tan perfecta como la autoridad de Dios. Que Dios tenga misericordia de los que afirman conocer la autoridad cuando la obediencia todavía esta ausente de sus vidas

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