Creacionismo

Evolución guiada

Los religiosos liberales tratan de desactivar el reto darviniano, primeramente limitándose a la biología. Si los creacionistas tienden a considerar la evolución biológica como manifestación particularmente repugnante de una mayor amenaza materialista, los liberales la consideran sólo como teoría sobre el historial biológico, hecho éste que exige cierta reinterpretación doctrinal pero no mucho más...

Además, los liberales no solamente se hallan a la defensiva respecto a la evolución, sino que pueden ser bastante positivos acerca de la misma. El relato de la salvación en las Escrituras es posible que ya no sea creíble literalmente hoy día, aunque los liberales desplazan el propósito y significado cósmicos que se expresa en las antiguas historias bíblicas hacia la historia de la vida y del Universo. Perciben ellos la evolución como desenvolvimiento intrínsecamente progresivo, una ascendencia hacia niveles mucho más elevados de complejidad, conciencia, espiritualidad y moralidad. Y, por supuesto, tiene que existir una fuerza impulsora detrás de este proceso. La evolución se convierte en la forma divina de la creación.

A pesar de que ésta no es la visión darviniana, los liberales no objetan a Darwin. Como quiera que ven la evolución sólo como descendencia con modificación, no tienen ningún problema con Darwin como importante figura científica. Y, después de todo, Darwin dejó espacio para Dios en calidad de Primera Causa lejana, de manera que existe posibilidad de coexistencia entre la ciencia y la religión.

De hecho, éste constituye un tema liberal común. No puede haber conflicto entre ciencia y religión puesto que, si se enfoca debidamente, ambas tratan enteramente de distintas disciplinas.

No es incumbencia de la religión pontificar acerca del registro de fósiles, ni la ciencia tiene competencia para pronunciarse en materias de ulterior propósito como la finalidad del Universo. La ciencia y la religión se desarrollan en esferas por separado, y aquí termina la cuestión.

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