Culto: Augusto Bergamini

Culto: Augusto Bergamini

En la actualidad, dado el proceso de secularización que existe hoy en el mundo, nos enfrentamos a una crisis que abarca la relación de Dios con el hombre y por consiguiente la relación entre la Iglesia y el mundo, implicando que toda la realidad constitutiva de la vida humana se exprese sin referencia a Dios haciendo que se libere de la experiencia religiosa y por ende se dé la ausencia de toda expresión cultual. Religión significa conocimiento y aceptación de la relación fundamental entre el hombre y el ser absoluto, trascendente y personal, siendo el culto el momento expresivo y manifestativo de lo que fundamentalmente es la religión, implicando tanto la actitud interna como externa del hombre, expresión cultual que está constituida por ritos en tiempos y lugares sacros. Es por esto que en el pueblo de Israel se conserva formas cultuales idénticas a la de los pueblos circundantes de aquella época pero con un significado distinto dado a que encuentra a  Dios a través de hechos que están en el origen de su constitución como pueblo, transformando sus expresiones cultuales en eventos ritual-memoriales de la intervención divina en su historia, dándole un sentido soteriológico y por consiguiente también al culto cristiano, siendo este una historia salvífica en la se le da entendimiento a la Ley constituida del pueblo de Israel, transformando el culto vacío, vano, externo en un culto espiritual, real, personal, ofrecido con la vida, donde el templo material ha sido sustituido por la comunidad misma, donde es un estar el uno junto al otro, vinculándose, estrechándose, siendo cuerpo de Crsito resucitado, verdadero pueblo sacerdotal que adora, en Cristo por Cristo, al Padre en verdad y en espíritu, no reduciendo la liturgia a una ceremonia, sino una relación sacramental con Cristo, del que ella es signo eficaz, no siendo el hombre el sujeto primario del rito litúrgico, sino Dios mismo, que ejerce en Jesucristo su oficio, cumple su acción sacerdotal, presta su servicio a los hombres.

Fiesta/ Fiestas: Silvano Maggiani

La fiesta es un punto clave tanto en la cultura en general, como en la cultura litúrgica. El morir, el renacer, el renovarse han sido siempre elementos dominantes en la percepción festiva del mundo. Es por esto que con el sucederse de las civilizaciones y sus cambios fundamentales, y sustanciales dentro de ellas, se han producido una multiplicidad de calendarios, tanto de origen religioso como de intereses profanos, siendo de un profundo significado relacionado con la conexión con la crisis cíclica de la naturaleza, anclando muchas veces lo profano con lo sagrado. Es por esto que las fiestas no tan solo son vividas en forma colectiva o comunitaria, sino que en grupos particulares o familiares, siendo un polo fundamental en la vida social relacionando continuamente y a veces complejamente,   lo profano con lo sagrado.^[a] Las dinámicas entre el objeto y el sujeto, su realidad como fenómeno, complejo y polisémico, pone en evidencia el carácter mixto de la institución festiva. Lo que hace considerar a la fiesta no ya desde la perspectiva de la idealidad, sino que de pluralidad de fiestas, haciéndola multiforme, ya que no siempre y en todas partes pueden estar presentes todos los componentes que constituyen a una fiesta, defiendo la fiesta como una celebración simbólica de un objeto o acontecimiento en un tiempo consagrado a una pluralidad de actividades colectivas con función expresiva (Isambert). En la fiesta cristiana, la celebración ilumina acogiendo al pasado, con la misión de vivir y anunciar que en la batalla decisiva ya se ha vencido, confiado esto a la iglesia. Por eso es conveniente para el sujeto que madure la convicción de prepararse a entrar en la celebración festiva y de preparar la celebración misma para favorecer no solo una experiencia interior.

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