El Celibato

Celibato representa el no estar casado y, en el uso de la Iglesia, un compromiso de no casarse. La Iglesia hace distinción entre el celibato de laicos y el celibato eclesial. En ambos casos se escoge libremente, por razones religiosas, el no casarse.

El celibato no es desprecio al matrimonio. Ambas vocaciones vienen de Dios, son profundamente estimadas por la Iglesia y son caminos de amor y servicio.

Celibato se refiere al estado de aquellos que no se casan o que no tienen una pareja sexual. Un soltero puede ser llamado célibe, sin embargo, el concepto adquirió un sentido de opción de vida. Por lo general se entiende como célibe a aquel que no quiere casarse y prefiere la soltería de manera permanente.

En la historia y a través de los años se han presentado diferentes formas de celibato:

1. Religioso: Se presenta entre los sacerdotes católicos, los monjes budistas y otras religiones.

2. Filosófica: Como la opción de Platón por el estado de celibato.

3. Social: Se presenta en quienes optan por dicho estado como opción personal.

Lo común es que el estado de celibato sea voluntario, pero también puede ser inducido o forzado como en el caso histórico de los esclavos.

Desde finales del siglo III en Egipto, el celibato es inculcado e impuesto entre las mujeres que residían en comunidades, mucho antes de la aparición de los monasterios de monjes. Estas mujeres consagradas a Dios (generalmente por no tener otro modo de vida que poder seguir) hacían sus votos públicamente, distinguiéndose después con la adopción de un hábito reglamentario. Este tipo de comunidades es bastante frecuente en Oriente durante todo el siglo IV y en los siglos V y VI proliferan en Occidente en los monasterios.

Fuera de los monasterios el celibato religioso tuvo su origen en el siglo IX con el reinado de Carlomagno. En principio fue una cuestión práctica y para impedir que los bienes y propiedades de los miembros eclesiásticos tuvieran ningún tipo de heredero por vía directa, es decir, los hijos y para evitar la partición de los territorios guardados por la Iglesia de Occidente. Carlomagno consiguió que la Iglesia se decantara por el celibato de todos sus miembros, desde el Papa hasta el último religioso del escalafón.

En el mundo occidental contemporáneo el concepto de celibato ha sido frecuentemente asociado a la Iglesia Católica. Por su parte, Oriente conoce este estado por la Iglesia ortodoxa, el budismo y el hinduismo. Las opciones célibes de pensadores, escritores, artistas o líderes, son menos conocidas que la de los religiosos, pero no por ello menos significativas.

Fuente Bibliográfica:

• Padre Jordi Rivero

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