El ateísmo

El ateísmo es el rechazo a la creencia en la existencia de uno o más dioses. En sentido estricto, es la postura que no existe ningún dios. Por extensión, es la ausencia de creencia en que exista algún dios. Se opone al teísmo, que en su forma más general afirma la existencia de al menos una deidad. El término ateo etimológicamente deriva del latín athĕus y este del griego ἄθεος, que significa ‘sin dios(es)’.

Parece una ironía que muchos creyentes, cuando descubren una opinión religiosa, les llamen loco, anormal, blasfemo, profano, y una sarta de insensatos adjetivos más. Y se considero irónico porque, finalmente, ellos son quienes creen en un ente sobrenatural del cual no hay evidencias certeras de su existencia.

Serían capaz de considerar el ateísmo como un problema. Y sulfura de sobremanera una situación medianamente recurrente en referencia a la no-creencia. Cuando están con mis amigos, y por una razón aleatoria surge este tema, razonablemente se hace pública la postura entre ellos. Lo que procede a suceder son ellos insultando al no creyente, dándole “razones” para regresar al catolicismo y consideran que poseen nulos argumentos para explicar el ateísmo, cuando en realidad sí los tienen, y los externa con vehemencia a quien cuestione.

Se han creado varias explicaciones sobre la existencia. La primera es que para ellos es algo “loco” no creer en Dios; pero, de acuerdo a ellos mismos, no pueden ser llamados locos por creer en lo sobrenatural, porque son mayoría. Ellos afirman la existencia de Dios, sin siquiera tener las suficientes pruebas. Sería más sensato negar algo que ni siquiera tiene pruebas concisas para su afirmación.

No se entiende cómo los creyentes son tan porfiados para admitir que lo que ellos suelen afirmar no se puede considerar mayor a unas simples teorías. Un argumento recurrente en los católicos carentes de comprensión es “Si Dios no creó el Universo, ¿entonces quién?” La respuesta es simple: no lo sabemos. Y no van a afirmar con brío que la TEORÍA del Big Bang (como ellos lo hacen con sus creencias) porque, hasta el momento, no es comprobable al ciento por ciento, y esto es lo que deberían hacer los creyentes en general. Al final de todo, sea científica o religiosa, es una teoría, y no pasa de esto. Se les asigna el nombre de “creencias” por esta misma razón, son incomprobables de formas palpables.

La segunda explicación se aproxima más al plano terrenal. Los creyentes (de cualquier religión) existen en una sociedad en mayor cantidad que los ateos y/o agnósticos, y, como se considera generalmente, lo que existen en más cantidad es lo “normal”. Cuando alguien decide ir en contra de los estándares sociales, es considerado anormal. Pero, ¿qué es normal? ¿Acaso una sociedad donde todos sus integrantes cometan asesinatos sería normal? A partir de aquí, la respuesta a la segunda teoría que se fabricó es simple: son insultados por ir contracorriente de la sociedad, lo cual no representa algo más que la intolerancia de la gente.

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