Esencia Del Cristianismo

La esencia del cristianismo

La única concepción religiosa posible fue el cristianismo en Occidente, pero en épocas posteriores ante otras opciones se hizo necesario saber cuál era la esencia de lo cristiano. La respuesta a esta cuestión no ha sido homogénea ni unívoca. Desde una perspectiva comparativa o desde una perspectiva absolutista, no se ha logrado una distinción clara. Desde la primera solo se entiende el cristianismo a nivel sincrónico considerando un supuesto momento decisivo de su historia, mientras que desde la segunda se concibe al cristianismo como la doctrina ética más pura.

Estas definiciones infalibles no carecen de posibles contradicciones. Por ejemplo, se puede afirmar contra la concepción del cristianismo como una religión basada en el amor al prójimo que es más que eso una religión que profesa el amor a Dios sobre todas las cosas incluyendo al prójimo. Incluso, se puede afirmar contra la supuesta lógica del cristianismo, que este es la religión que más quebranta los postulados de la razón, la ética y la ciencia.

El porqué resultan falsas estas concepciones sobre la esencia del cristianismo se debe a que se hallan formuladas a manera de proposiciones abstractas en correlación a posibilidades naturales. No es cómo la ciencia comprende el universo como deben ser comprendidas las cuestiones divinas. De más está decir que la filiación cristiana no es como la filiación biológica sino más bien una reconciliación con Dios, que el amor al prójimo es muy distinto a como se presume en el imaginario colectivo y que la interioridad del cristiano no es una pura especie de trance o autismo. No puede entenderse la esencia del cristianismo desde una perspectiva terrenal. No es ni una doctrina de la verdad ni una interpretación de la vida.

La verdadera esencia del cristianismo reside en Jesucristo respecto a Dios como un paradigma. Resulta incomprensible para el entendimiento materialista de las cosas su naturaleza divina y humana así como su amor capaz de darle significado especial a otra persona. Según Romano Guardini, el no poder concebir que la esencia del cristianismo sea el reconocimiento de la otra persona provoca aversión en el hombre corriente.

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