LA INMORTALIDAD DEL CREYENTE 8vo Punto Doctrinal

OCTAVO punto doctrinal La resurrección y la inmortalidad del creyente

RUT. Rut, cuyo nombre significa "compañera" fui una moabita que llegó a ser antepasada de David, María y Jesucristo. Después que Noemí y Elimelec, junto con sus hijos Quelión y Mahlón por causa del hambre tuvieron que abandonar su hogar de Belén, me case con Mahlón. Murieron los varones; y quedamos viudas Noemí, Rut y Orfa. Noemí decidió regresar a Belén, y por el cariño que le tenía a Noemí, me fui con ella. Llegamos a Belén cuando comenzaba la cosecha de la cebada. Espigue los campos para ganarme el sustento y mantener a mi suegra. En ese trabajo conocí a Booz, pariente de Noemí, quien me trató bondadosamente y luego se enamoró de mí. Compró la herencia de Mahlón en la heredad familiar y así, de acuerdo con la ley hebraica adquirió el derecho de casarse conmigo. Mi hijo primogénito fue Obed, quien fue padre de Isaí y abuelo de David.. y Aunque yo no era israelita el Señor fue muy bueno conmigo y me permitió conocerle y ahora solo espero el día en que El Señor Jesucristo venga por su iglesia y así los muertos en Cristo resucitaremos primero, para vivir una eternidad gloriosa con mi Señor Jesucristo.

SARA. Sara (en hebreo, "princesa") fui la esposa de Abraham y madre de Isaac. Originalmente me llamaba Sarai. Poco se sabe de mi nacimiento y parentela, porque la Biblia no contiene el relato de mis primeros años. Como no podía darle un hijo a Abraham, le entregue por mujer a mi sierva egipcia, Agar, para que le diera descendencia. Agar dio a luz a Ismael. Pero Dios me prometió un hijo, aunque ya era yo demasiado vieja para concebir. La promesa de Dios se cumplió cuando di a luz a Isaac.. Treinta y siete años después de nacido Isaac, a la edad de 127 años, morí en Hebrón. Fui sepultada en la cueva de Macpela. Donde ahora duermo pero como mi Señor Jesucristo murió y resucito de la tumba El venció a la muerte también el Señor tiene poder para levantarme de los muertos y llevarme a ese lugar precioso donde ha preparado lugar para todos los que le hemos recibido como nuestro único y suficiente Salvador.

ESTER fui una judía de la tribu de Benjamín. Huérfana, fui adoptada y criada por mi primo Mardoqueo. Por mi gran belleza y elegancia fui elegida reina por Asuero. Cuando peligró la vida de mis conciudadanos mediante la matanza que Amán tramaba, arriesgue mi vida tratando de modificar el edicto. Mi valentía y el encanto personal que Dios me dio hicieron que Asuero aña¬diera al decreto de Amán el permiso de que los judíos se defendieran. Le fui útil a mi Dios y fue maravilloso, servirle porque él es mi Dios. Pero lo más precioso es saber que la resurrección de Cristo me garantiza mi resurrección y vida. En Él confío.

DORCAS. Dorcas fui (conocida también como

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