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MITOLOGIA Y RELIGION GRIEGA

hgleyg13 de Mayo de 2015

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LA MITOLOGÍA Y LA RELIGIÓN GRIEGAS

«Comprender la religión griega, o lo que otros llaman el "estilo religioso" griego, supone para la mentalidad moderna un esfuerzo considerable. Primero, porque a través del tiempo fue evolucionando con las restantes manifestaciones culturales del hombre. Pero, sobre todo, en segundo lugar, porque, desde el "paganismo" hasta el mundo contemporáneo, lo que ha cambiado es el propio significado de la religión, su papel y sus funciones, su lugar en la conciencia individual y en el grupo.»

La complejidad del mundo de las creencias griegas -en el que se entremezclan mito, poesía, religión y culto-, hace aconsejable que se disponga de un panorama global que ayude a entender la relación que en ocasiones guardan tales elementos. El presente trabajo es sólo un resumen de sus principales características, dirigido especialmente a los alumnos de Bachillerato que se inician en el aprendizaje de los dioses y héroes de la mitología clásica. Junto al texto básico, existe una serie de notas bibliográficas que permiten profundizar con más detalle en otros aspectos menos generales.

LAS CARACTERÍSTICAS MÁS IMPORTANTES QUE SUELE DESTACARSE EN LA RELIGIÓN GRIEGA SON:

1. POLITEÍSMO:

Sin duda, los griegos experimentaron y conocieron el PODER DIVINO en una gama muy rica de posibilidades, que originaría un politeísmo1, compartido con otros pueblos de la Antigüedad (Cfr. Heródoto2 y su teoría sobre el origen de esta costumbre).

En cuanto a la función de sus dioses, los Olímpicos, que pertenecen a la generación más importante, no es que hayan creado el mundo 3, sino que forman parte de él, como los mismos humanos, porque los tres (cosmos, dioses y humanos) surgen de POTENCIAS PRIMIGENIAS.

COSMOGONÍA Y TEOGONÍA.

Según nos relata Hesíodo4, al inicio del mundo sólo existía C£oj, el Caos (que significa algo así como "un bostezo" o desorden, el espacio puro o la extensión sin ningún contenido, el vacío). Las sucesivas generaciones de dioses representan, en este contexto, el complicado proceso que entraña el paso del Caos al Cosmos, es decir, el paso de la ausencia de Orden Universal, de Justicia Suprema y de Belleza Absoluta a su definitiva presencia. En castellano la palabra Cosmos no sólo alude al universo sino que, en algunos derivados, como cosmética, se utiliza en su acepción de generador de belleza o de higiene. Sin duda, el concepto del Cosmos, dentro de la mentalidad griega presuponía un ideal de hermoso orden justo.

Del Caos surgieron tres generaciones de dioses.

1ª GENERACIÓN DE DIOSES.

URANO y GEA fueron la primera pareja de dioses y potencias primigenias, "el Cielo y la Tierra", surgidas del Caos. Junto a ellos apareció Eros, el poder cósmico del amor o de la atracción que actúa sobre dioses y hombres haciendo que éstos se unan. De la unión de Urano y Gea surgieron muchos seres poderosos como los TITANES o los CÍCLOPES, a los que Urano, por miedo a ser destronado por su descendencia, obligaba a permanecer dentro del seno de su madre.

Gea, harta de padecer los sufrimientos que le provocaba el encierro de sus hijos, decidió aliarse con el más joven y fuerte de Titanes, su hijo Crono, al que le hizo entrega de una hoz de oro para que la utilizara contra su padre en una emboscada que, juntos, habían planeado. Así lo hizo el osado Cronos, quien tomando la hoz con la mano derecha castró a Urano. Luego, con la mano izquierda arrojó los genitales al mar, lanzándolos hacia atrás por encima del hombro, con ese gesto característico que aún seguimos reconociendo en la costumbre de tirar algunos cosas (un poco de sal, una herradura...) para alejar la mala suerte: este gesto se llama apotropaico, palabra que en griego significaba hacer que (el mal) se dé la vuelta. La sangre de Urano fecundó a Gea, quien engendró a los GIGANTES y a las FURIAS. Los órganos genitales, al caer al mar, engendraron a la diosa AFRODITA, nombre que en griego significaba precisamente la nacida de la espuma del mar (V. el cuadro de Botticelli El nacimiento de Venus). El carácter negativo que tiene en el mito la mano izquierda puede ser puesto en relación con la mala reputación con que se asocia aún hoy el término siniestro, sinónimo de funesto o malintencionado, en contraste con el sentido que le damos a la palabra diestro. Finalmente, el motivo del hijo menor que con actitud valerosa salva a la prole se repite en ocasiones en el mito y puede reconocerse aún en los cuentos populares infantiles (Los siete cabritillos, Pulgarcito...).

2ª GENERACIÓN DE DIOSES

La muerte violenta de Urano a manos de su propio hijo supone el paso a la siguiente generación: Crono y su esposa Rea, dos potencias primigenias que representan, respectivamente, el Tiempo y la Naturaleza. Los romanos identificaron a Crono con Saturno, y a Rea con Cibeles. Esta diosa en la mitologia es representada sobre un carro que simboliza la superioridad de la madre Naturaleza, a la que incluso se subordinan los poderosos leones que tiran del carrro. La leyenda los relaciona con una singular pareja mitológica, Hipómenenes (Melanión, en otras versiones) y Atalanta, que compitieron en una carrera de velocidad. La astucia de Hipómenes -inspirado por la diosa del amor, ya que el premio era la mano de Atalanta- hizo caer al suelo unas manzanas de oro que atrajeron la atención de Atalanta y la distrajeron de la carrera, que perdió. El mito concluye con la unión impía de los amantes dentro de un recinto sagrado de Zeus, quien, irritado, los convirtió en leones. Más tarde Cibeles, compadecida, los habría uncido a su carro.

La generación de los Titanes tampoco trajo consigo el establecimiento de un orden justo, pues el comportamiento de Crono, respecto a su descendencia, se vio condicionado por la maldición que pronunció su padre antes de morir: Urano profetizó la muerte de Crono también a manos de uno de sus hijos. Para evitar este oráculo Crono devoraba a sus hijos nada más nacer. En griego el nombre de Crono (Ð crÒnoj) se relacionaba con la palabra que significa tiempo (V. en castellano los términos crónica, cronómetro, sincronía, diacronía, etc.). Desde esta perspectiva, el tiempo actúa con los hombres como el Titán cruel de la mitología, devorando o destruyendo los cuerpos de los seres vivos hasta los huesos. Este mito ha sido motivo de atención en la obra de algunos artistas como Rubens o Goya cuyos cuadros Saturno devorando a sus hijos nos legaron una reflexión más o menos sombría sobre el paso del tiempo. Precisamente, al implacable Crono se le suele representar con una hoz, objeto que también se halla asociado a la imagen iconográfica de la Muerte segando las almas de los vivos.

LA 30 GENERACIÓN O GENERACIÓN DE LOS DIOSES OLÍMPICOS:

La predicción de Urano terminó cumpliéndose, pues Rea, cansada de la actitud destructiva de Crono hacia sus vástagos, salvó a Zeus, el más joven de sus hijos, dando a tragar a Crono una piedra envuelta en pañales. Rea, a continuación, puso a salvo a Zeus en una gruta del monte Ida, en Creta. En la entrada colocó a los CORIBANTES o CURETES, con el fin de que disimularan con sus estruendosas danzas guerreras el llanto del niño. También dejó en la gruta a la cabra AMALTEA (en otras versiones Amaltea es simplemente una ninfa) para que Zeus se alimentara con su leche. Cuando aquélla murió, Zeus con la piel del animal creó la égida, el manto de piel de cabra que más tarde Zeus regaló a su hija predilecta ATENEA, sobre la cual la diosa llevaba prendida la cabeza de la gorgona Medusa para amedrentar a los enemigos. La égida, palabra que en castellano también puede significar protección o defensa, debe su nombre a que en griego se decía "aix, aigós" (¹ a‡x, a„gÒj). Asimismo, con el cuerno de la cabra Zeus creó la Cornucopia o cuerno de la abundancia, en homenaje a la función nutricia de Amaltea, y del que el poseedor podía extraer todos los alimentos que deseara.

Al hacerse mayor Zeus se enfrentó a su malvado padre, consiguiendo, con la ayuda de la diosa METIS, que Crono tomara un vomitivo y expulsara de este modo a todos sus hermanos que había devorado. Pero lo primero que Crono devolvió fue la piedra que se había tragado en lugar de Zeus. Esta piedra, llamada ÓNFALOS, en griego significaba ombligo (Ð ÑmfalÒj), y Zeus la puso en el pico de dos águilas para que la dejaran caer en el preciso lugar donde se encontrasen después de dar la vuelta al mundo cada una por un lado. Este lugar fue DELFOS, a los pies del monte PARNASO, morada de las MUSAS, donde la piedra-ombligo de Zeus marcaba el centro de la tierra. Los griegos instituyeron en él el santuario del dios APOLO que albergó uno de sus oráculos más influyentes en la vida social y cultural de Grecia: el oráculo de Apolo, en cuyo templo estaban grabadas las famosas sentencias de Conócete a ti mismo o Nada en demasía, que invitaban a los hombres a reconocer que sólo eran mortales y a saber guardar en sus vidas una oportuna moderación, respectivamente. En el interior de este templo los griegos interpelaban la voluntad de los dioses a través de la PITONISA.

Zeus y sus hermanos declararon la guerra a los Titanes, que estaban dirigidos por el gigante Atalante. Esta lucha se conoce con el nombre de TITANOMAQUIA o, en otras versiones, GIGANTOMAQUIA (V. otros términos del castellano con esta acepción de lucha, como tauromaquia o naumaquia) y fue representada en la antigúedad por muchos artistas, como el propio FIDIAS en el templo del PARTENÓN

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