Ministerio

MINISTERIO DE LA ENSEÑANZA

La palabra griega diaconía (propiamente: "el servicio en un banquete"), se utiliza en la Biblia indistintamente con el significado tanto de servicio como de ministerio. La expresión latina "ministrare", significa, precisamente, servir. "Ministerio" en el Nuevo Testamento quiere decir servicio. La Palabra de Dios resalta la importancia del ministerio al servicio de la salvación (cf. 2 Co 11, 14-15), del evangelio (Ef 3, 5-7; Col 1, 23).

En este sentido, nuestro ministerio es nuestro servicio, nuestro apostolado, el encargo o misión que hemos recibido del Señor; como por ejemplo, la enseñanza, la música, el pastoreo, la intercesión, el apostolado de enfermos, el servicio de ambientación, la predicación, etc. Todo esto puede considerarse como nuestro ministerio personal o apostolado. Es muy importante que todos tengamos muy claro cuál es el ministerio que hemos recibido del Señor. En este caso se expresará el ministerio de la enseñanza.

Cuando nuestras vidas están consagradas a Dios para su servicio, el Espíritu Santo no sólo despierta nuestros dones naturales, sino que acrecienta los sobrenaturales. Estos son dones que por naturaleza no tenemos. Toda persona que ha nacido de nuevo por obra del Espíritu de Dios tiene por lo menos un don: "Cada uno según el don que ha recibido" (1 Pedro 4:10).

El don de Enseñanza no recae en la persona que estudio, se recibió, tiene titulo y enseña en un aula con pizarrón, escribiendo y no para de hablar; No es aconsejar; No es trasmitir experiencia de vida; No es opinar, Enseñar es poder trasmitir de una manera “divina una verdad de DIOS”, que haga que una vida cambie y que esa verdad quede en su vida.

REQUERIMIENTOS QUE SUPLE.

Dios ha constituido a maestros (Efesios 4:11) y a otros líderes de la iglesia para que estén "aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él." (Col. 1:28). La misión de la enseñanza bíblica cristiana es esa y tiene un fin: que los seres humanos se presenten en santidad ante el Señor.

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