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Obra de teatro pastorela


Enviado por   •  18 de Octubre de 2018  •  Apuntes  •  2.269 Palabras (10 Páginas)  •  1.000 Visitas

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ESTRELLITA LUMINOSA, QUE ALUMBRO MI POBRE SER,

ERES BELLA CUAL LA ROSA DE LOS CAMPOS DE ISRAEL.

TUS “RAYOS RESPLANDECIENTES DIERON SU DIVINA LUZ

EN EL HUMILDE PESEBRE DONDE NACIO EL NIÑO JESUS.

La escuela primaria “Sor Juana Inés de la Cruz” Articulo 123 Turno Matutino les da una cordial bienvenida a los padres de familia, amigos y público en general que nos acompañan al festival navideño, donde reviviremos paso a paso el peregrinar de María y José en espera del salvador, escucharemos los tradicionales cantos de posada, villancicos y mucho más.

Recibamos este programa con un caluroso aplauso de bienvenida a todos los niños que serán el centro de atención. Recordemos aquella navidad que cambio la historia de la humanidad y llenó nuestros corazones de paz y de amor.

Escena 1: La anunciación a María.

Personajes: Ángel Gabriel y María.

Narrador: Dándose cuenta Dios que en la tierra las cosas no estaban marchando como Él lo había planeado desde que había decidido crear al hombre, y que éste se estaba hundiendo en el pecado, decidió hacerle al hombre el mejor regalo, decidió mandar a su hijo, para que sembrara entre los hombres la semilla del amor y la hermandad.

Pero necesitaba encontrar a una mujer de buen corazón y alma limpia para que fuera la que llevara en su vientre a ese ser divino en su manera mortal y humana. Encontró en la ciudad de Nazaret en galilea a una doncella agraciada de nombre María; el Señor la había elegido para que fuera ella quien diera a luz, educara y cuidara a su hijo en la Tierra.

Entonces tuvo Dios la necesidad de anunciarle a María de su tarea tan importante y para ello eligió al mejor de sus ángeles; el ángel Gabriel.

María está en su recamara y entra el ángel.

María: ¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí? ¿por dónde entraste?

Gabriel: Alégrate y no temas María, has hallado gracia delante de Dios, tú eres la elegida para ser la madre del salvador.

María: ¡¿Yo concebir y dar a luz a un hijo?! ¿Cómo puede ser eso posible? Yo no he conocido hombre alguno.

Gabriel: serás iluminada por el espíritu santo, concebirás por gracia de Dios. El niño que darás a luz será llamado Santo, el hijo de Dios, vendrá a traer el perdón de los pecados para todos los hombres y su reino no tendrá fin. Entonces María ¿Qué dices?

María: Soy la esclava del señor, hágase en mi lo que Él diga. ¡Que así sea! (María se arrodilla). (Gabriel se acerca a María, le pone la mano en el hombro y durante un momento se escucha el aleluya). (Gabriel se va y María se queda hincada).

Escena 2: La anunciación a José

Narrador: El anuncio a María estaba hecho, había sido iluminada por el Espíritu Santo y ahora concebiría al hijo de Dios. Pero faltaba algo muy importante, darle la noticia a José con quien María estaba desposada pero no en unión de matrimonio aún. José se había enterado de la concepción de María y había pensado dejarla en secreto para no difamarla. Pero Dios mando de nuevo al ángel Gabriel para que le pidiera no hacerlo, y por el contrario la llevara con él, pues María debía tener un hombre en la tierra que la cuidara y que le ayudara a cuidar y educar al hijo de Dios; veamos lo que pasa.

Entra Gabriel

Narrador: José adentro de su carpintería está trabajando, entra Gabriel y con la luz resplandeciente del ángel se espanta.

José: (espantado) ¿Quién eres tú?

Gabriel: Soy el ángel Gabriel, y vengo a traerte un mensaje muy importante. No tengas miedo de llevar a María contigo José, ella ha sido elegida para ser la madre de Dios y tú has sido elegido para ser quién cuide de su hijo en la tierra y lo eduque entre los hombres. Lo llamaras Jesús y él será quien salve a su pueblo de sus pecados.

José: ¿Por qué fui yo elegido?

Gabriel: No te preocupes José, tú fuiste bendecido por el Señor para ser el padre de su hijo aquí en la tierra.

José: Esta bien, atenderé al llamado del Señor mi Dios, tendré a María por esposa y cuidaré de su hijo. (José se hinca mientras que el Ángel le toca el hombro). Hágase tú voluntad aquí en la tierra como en el cielo.

Gabriel: (Camina al centro) avisaré al cielo que ya José y María aceptaron la misión.

Escena 3: Los ángeles.

Bailable 1° “C”

Narrador: Los ángeles se alegraron con la noticia que se pusieron a bailar como Los angelitos del 1° C quienes vienen ante nosotros para deleitarnos con un bailable.

Escena 4: Los diablillos. Lucifer se entera del nacimiento del niño.

Narrador: Las cosas iban bien. María estaba esperando al hijo de Dios quién vendría al mundo a librar al hombre de sus pecados, pero el mal que nunca descansa no tardaría en enterarse de los planes de Dios y seguramente algo intentaría hacer para evitar que el niño Jesús cumpliera con su destino en la tierra, veamos que sucede en tanto en el infierno.

Lucifer: (Entra bailando, la CANCIÓN DE MODA)

Lucifer: ¿Quién es?

Voz: ¡¡¡Mensaje para Lucifer!!!

Lucifer: Déjalo en el buzón.

Lucifer: (va a tomar un sobre de alguna caja que asemeja un buzón, la abre y empieza a leer) ¿Qué, qué? ¿El hijo de Dios va a nacer? ¿y va a venir para enderezar a los hombres? No, no puede ser, y tanto trabajo que me ha costado darle al hombre cosas en que distraerse para que se olvide de mi enemigo.

Diablillo 1: Yo me llevo a todos los que pelean.

Diablillo 2: Yo vengo por los desobedientes.

Diablillo 1: ¿Dónde está la gente floja?

Los diablillos bailan, pero Lucifer los regaña y dice.

Lucifer: (molesto) dejen de bailar, ya quietos, que lo que tengo que decirles es muy importante.

Diablillo 2: ¿Y a ti que te pasa jefe? ¿Qué te ocurre?

Diablillos: ¡Cuenta, cuenta!

Lucifer: Los he mandado a llamar porque necesito que redoblemos el trabajo, me han avisado que mi enemigo el de allá arriba va a mandar a su hijo a la tierra, a vivir entre los hombres para predicar la paz, el amor al prójimo, a la humanidad. ¿se dan cuenta?

Diablillo 1: No podemos permitirlo, debemos evitar que los hombres regresen al buen camino, debemos voltear al mundo de cabeza si es necesario para irle ganando terreno a ese niño, y cuando nazca ya le habremos ganado la batalla.

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