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Os Soplidos Del Diablillo, O Borreguitos A Belén


Enviado por   •  19 de Enero de 2012  •  1.180 Palabras (5 Páginas)  •  640 Visitas

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(Luzbel inmediatamente sopla sobre la otra, que está a punto de golpear a la anciana. Bato entra sin ser advertido.)

Gila: (Como loca.)

¡Pues para que se lo sepa!

Bien harto que me rogó.

¡Y yo nomás le di el sí,

de peritita compasión!

(Belcebú rápido sopla hacia la viejita, que está como agua para chocolate.)

Abuela: ¡Sí, cómo no! ¡Vete al diablo!

Gila: ¡Usted vaya al manicomio!

junto con su hijo panzón

¡que traga como un demonio!

Diablillo: (Por lo bajo.) ¡Sin ofender, por favor!

Bato: (Acercándose a Gila amenazador y con un leño en la mano.)

¡Así que soy un panzón!

Gila: (Sorprendida y saliendo del encanto demoniaco.)

¡Bato!

Abuela: (Acusadora.) ¡Hijo! ¡Me gritó!

Bato: (Persiguiendo a Gila.) ¡Orita verás, indina!

Abuela: (Ya fuera del encanto persigue a Bato.)

¡Cálmate, m’ijo! ¡Por Dios!

Yo provoqué sus palabras.

¡No sé lo que me pasó!

(Gila logra escapar y sale de escena, el diablo sopla hacia Bato.)

Bato: (A su mamá.)

¡Usté no se meta má!

¡Que en mi mujer mando yo!

Ya estoy harto de sus cosas.

¡No sea metiche! ¿Me oyó?

Abuela: (Sorprendida y ofendidísima inicia mutis.)

¡Ya no me vuelvas a hablar,

si no es pa’ pedir perdón! (Sale.)

Bato: (Ya fuera del infernal encanto se lleva las manos a la cabeza.)

¡Ah, caray! ¿Qué me pasó?

¡Nunca a Gila había reñido!

Y a mi mamacita, ¡menos!

Diablillo: (Acercándose.) ¡Se lo tenían merecido!

Bato: (Con intuitiva desconfianza.) ¿Y usté qué?

¿Nos conocemos?

Diablillo: (Modosito.) Soy un pobre peregrino

que también va hasta Belén.

(Rápidamente saca de entre sus ropas, como mago, las cosas que va nombrando.)

Diablillo: Y llevo allá estas ofrendas

de frutas, quesos y miel.

Bato: (Ve las cosas, se relame.)

¡Hummmm! ¡Qué deliciosas se ven!

Diablillo: ¡Pos éntrele, le convido!

Bato: (Se lanza, pero se arrepiente.)

Se lo agradezco, mi amigo,

pero primero he de ver

a mi amá y a mi mujer,

pa’ pedirles me disculpen

por mi ingrato proceder. (Inicia mutis.)

Diablillo: (Poniéndose adelante.)

¡No lo han de querer ni ver!

Déjeme que yo les hable,

conmigo serán prudentes;

usted satisfaga su hambre

y quédese sin pendientes.

(Señala afuera del escenario poniendo la comida como cebo.)

Mire, allá tras esas piedras,

he dejado otras cosillas:

frijolitos, quesadillas,

arroz con mole, enchiladas.

(Bato ya va en la dirección que le indica como robot goloso.)

Memelas, tortas ahogadas,

¡ándele, hombre, corra! ¡Vaya!

(Ya a solas.)

Mi plan resulta certero,

Acabaré por ganar.

(Mirando hacia el cielo.)

¡Angelito! ¡Tres a cero!

¡Vete poniendo a rezar!

(Refiriéndose a los chamacos.)

Ora me faltan los menos,

¡no se podrán escapar!

(Sale.)

Arcángel: (Entrando inmediatamente.)

¡Santo Cielo! ¡Qué desorden! ¡Gila llora por allá,

la abuela hace otro tanto

y aquél nomás tragando!

(Desesperado y triste.)

Y prometí no meterme,

porque confié en el buen juicio

de esta simple y débil gente.

(Se cuadra y habla para sí.)

¡Pero tente en tus angustias!

¡Ajústate bien las alas!

Que encontrarás algún modo

de contrastar sus diabladas.

(Mirando hacia afuera.)

¡Allá viene! ¡Yo me aparto!

Que he de ver sus tarugadas

sin faltar a nuestro trato.

...

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