Los Soplidos Del Diablillo- Pastorela
Edithmarmolejo12 de Noviembre de 2013
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Los soplidos del diablillo, o borreguitos a Belén
Teresa Valenzuela
Personajes
Estrella
Diablillo
Arcángel
Gila: Madre de Fileno y Lucinda
Bato: Esposo de Gila
Fileno: Hijo de los anteriores
Lucinda: Hermana de Fileno
Abuela: Madre de Bato
Animales: Tres borreguitos —cuando menos—, un tigre, una mariposa,
un gallo, una gallina, pollitos, un león, un ratón, un elefante… etcétera.
(El escenario representa un paisaje campirano en donde hay una chocita de dos dimensiones, con dos ventanitas y pintada por ambos lados; de tal modo que por una de sus caras sea la choza y por la otra para el Nacimiento. En el fondo se ven un par de arbolitos y otros dos en primer término, también éstos de dos dimensiones. En el último plano habrá un cerrito también plano, detrás de éste sale la Estrella que puede ser un títere, una actriz o actor, y trae un silbato.)
Nota: la música para todas las canciones pueden tomarla de rondas y juegos infantiles (así debe sonar.), pero sería más divertido inventarla.
Estrella: (Entra, sopla un silbato y canta.)
¡Pastores! ¡Pastores!
les vengo a avisar,
que pronto, muy pronto
¡pronto llegará!
¡Vengan todos!
¡Vengan todos!
¡Vengan ya!
Síganme los pasos,
los voy a llevar
¡a Belén!, ¡a Belén!
Borreguitos: (Entre los árboles.)
¡Beeee! ¡Beeee! ¡Beeee!
Estrella: Allá va a nacer
el niño precioso
portador del bien (Se repite toda.)
Gila: (Asomada a una ventana de la choza.)
¡Qué escándalo traen, borregos!
¡Bato! Deja de cenar
y asómate al corral.
Bato: (Asomándose por la misma ventana y con la boca llena.) ¿Qué quieres, Gila?
¡Qué gritos!
Gila: (Mirando a todos lados.)
Sal a ver los borreguitos;
algo pasa, están inquietos.
Bato: (Quitándose de la ventana.)
No, se enfrían mis tamalitos
Fileno: (Asomándose por la misma, bosteza.)
¿Qué pasa, má?
Gila: Sal tú, hijo, ve a ver los animalitos.
Fileno: (Retirándose.) No má, yo estoy recansado.
Gila: (Gritando hacia el interior.)
¡Hija! ¡Lucinda! Ven tú.
Lucinda: (Peinándose por la otra ventana.)
Dime, má, ¿pa’ qué me quieres?
Gila: (Saliendo de la choza.)
Acompáñame acá afuera.
Lucinda: (Retirándose.) ¡Me estoy haciendo caireles!
Gila: (Ya afuera.)
¡Qué familia tengo yo!
Un marido retragón,
un hijo siempre cansado
y una hija de pilón
¡qué sólo piensa en peinados!
(Gritando con toda su voz.)
¡Vengan acá! ¡Salgan todos!
¡Qué salgan, digo! ¡O los traigo!
(Salen de la choza todos menos la abuela que se asoma por una ventanita.)
Abuela: ¡Ay, hija! Qué mal carácter,
por cualquier cosa te enciendes.
Gila: (Buscando temerosa.)
A ver, miren ¡no hay un lobo!
Abuela: (Mientras todos buscan, ella pregunta a los borreguitos.)
¿Qué traen, chiquitos? ¿Qué tienen?
Fileno: (Burlón.) ¡Ay, abuela, sino hablan,
¿cómo quieres que contesten?
Abuela: Pos no hablarán, pero entienden. (Los borreguitos señalan con sus pezuñas
al cerro.) ¡Miren! ¡Allá, sobre el cerro!
Estrella: (Cantando.) ¡Pastores! ¡Pastores!
Por fin salieron,
ya tengo buen rato
detrás de este cerro.
Tenemos que ir juntos,
ustedes a pata
y yo por el cielo.
Todos: (Cantando.) ¿A dónde nos llevas,
hermoso lucero?
Estrella: (Cantando.) ¡A Belén!
Todos: (Cantando.) ¿A Belén?
Borreguitos: ¡Beeee! ¡Beeee! ¡Beeee!
Estrella: (Cantando.) Allá va a nacer:
de Santa María
también de José
un niño precioso
portador del bien.
Borreguitos: ¡Beeee! ¡Beeee! ¡Beeee!
Todos: (Cantando.) ¡Vamos, todos, pronto!
vayamos a ver,
ese niño lindo
que allá va a nacer.
Estrella: (Cantando.) Síganme de cerca
no se han de perder,
que hoy a todo el mundo
¡lo iluminaré!
Todos: (Cantando y siguiendo a la estrella salen de escena.)
¡Pues vamos contentos
vamos a Belén!
(Inmediatamente después que ellos salen entra a escena el diablillo, enfadado y arremedando los cánticos con sorna.)
Diablillo: ¡Ay, sí! Muy felices. ¡Bah!
¡Fuchi! ¡Qué noche más fea! Todita llena de luz
(Lloriquea.)
¡Ay, qué desgracia la mía!
Hoy nacerá ese Jesús.
Se acabaron travesuras
y tantas lindas diabluras.
¡Ay! De hoy en adelante,
me las he de ver reduras.
(Se suena la nariz y va cambiando su actitud.)
¡Pero qué saco con quejas
y con palabras ociosas!
¿Tengo yo delante rejas?
¿Qué no puedo yo hacer cosas?
¡No cejaré en mis intentos!
Para eso soy Lucifer:
¡puedo idear muchos entuertos!
(Maquinando sus planes.)
Si bien no puedo impedir
que nazca mi archienemigo,
muy bien puedo conseguir
que no tenga ni un testigo.
Arcángel: (Entra espada en mano.)
¡Alto! ¡Detente, cobarde!
Que imagino ya tus planes.
¡Pro te advierto que es tarde
para que hagas tus desmanes!
(El diablillo se ha tirado al suelo tapándose la cara de los destellos que se desprenden del arcángel, éste le pone el pie encima.)
Arcángel: ¡Esta noche nacerá!
el que te tendrá en la raya,
y yo mientras con mi espada,
no te dejaré hacer nada!
Diablillo: (Se incorpora y saca lentes oscuros, se los pone.)
¡No es justo tu proceder!
¡Ni es gallarda tu conducta!
Abusas de tu poder,
siquiera entremos en justa.
Arcángel: (Muy seguro de sí.) ¡Me retas!
¿Tú?, chamuscado.
¡Pobre diablillo igualado!
Diablillo: (Muy decidido.)
¡Sí! Te reto. ¡A eso me atrevo!
A menos que…. tengas miedo,
¡grandote güero emplumado!
Arcángel: (Riendo jactancioso.)
¿Yo, a un diablillo tener miedo?
¿Y cuando ya está acabado?
(Cuadrándose.)
¡No me hagas reír, que pierdo
la seriedad de mi grado!
(Echa vaho sobre sus insignias militar-celestes y las limpia.)
Diablillo: (Entusiasmado.) Bueno, pues, si tanto fías
de tu fuerza y poderío,
¡hagamos un trato ahora!
No llegue la sangre al río.
(Rodeando al otro acariciándole sus barbitas de chivo.)
Según tú, los pastorcitos
van muy contentos y unidos…
Arcángel: (Interrumpiendo muy seguro de sí.)
¡Así es! A Belén van
en santa paz y armonía,
y antes de que sea de día
todos allá llegarán.
Diablillo: (Salta muy emocionado.)
¡pues ése será mi intento!
Arcángel: (Burlón.) ¿Detenerlos?
Diablillo: (Fingiendo modestia.) Pues… si puedo.
Arcángel: (Entrando al juego.)
¡Yo digo que no podrás!
Diablillo: (Presionándolo.) ¿Cuánto apuestas?
Arcángel: (Muy entrado.) ¿Cuánto trais?
Diablillo: (Saca de su traje un montón de billetes verdes y los muestra.)
¡Esto! ¿Y tú?
Arcángel: (Cohibido.) ¿En efectivo?
Diablillo: ¡Claro!
Arcángel: (Aparentando dignidad.)
¡Nada! Que me está prohibido.
Diablillo: (Abanicándose con sus billetes muy orondo.)
¡Pues yo con esto sí hablo!
Tú, para ser celestial,
resultaste un pobre diablo.
Arcángel: (Ofendido.)
¡Yo no apuesto! Que es indigno.
¡Y menos con sucia plata!
Diablillo: (Para presionarlo, se dirige al público.)
Ya decía yo que era “pico”.
Dice sí, ¡luego se raja!
Arcángel: (Se siente comprometido, y cuadrándose….)
¡Un celeste militar, no tolera las ofensas!
Y mantiene su palabra.
Diablillo: (Contentísimo.)
¡Muy bien dicho! ¡Así se habla!
Apostaremos, entonces.
Que el plazo sea media noche;
si yo pierdo, me voy lejos
a refundirme al infierno…
Arcángel: (Interrumpe despreciativo.)
¿Y ése sería mi premio?
Diablillo: (Manos a la cintura.) ¿Quieres más?
Arcángel: (Señalando.) ¡Sí! Esos cuernos.
Y te he de mochar el rabo
¡pa’cerme un cinto de cuero?
Diablillo: (Socarrón.) ¿No quieres también orejas?
¡Si hasta pareces torero!
Pero acepto, en fin, sin quejas.
(Ahora él examina al arcángel de arriba a abajo.)
Bien. Si tú pierdes, yo quiero:
estas alitas lustrosas,
la diademita, las botas,
este traje tan dorado, al espada…
Arcángel: (Con mordacidad.)
...