Parabola Del Sembrador Conclusion

Conclusión encuentro 8/9:

La semilla es la palabra de dios.

La semilla que están junto al camino, son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra para que no crean y se salven.

La semilla sobre la piedra, son los que habiendo oído reciben la palabra con gozo, pero esta no tiene raíces; creen por algún tiempo y en el tiempo de prueba se aparatan.

La semilla que cayó entre espinos, son los que oyen pero son ahogados por afanes de riqueza, por los placeres de la vida y no llegan a dar frutos.

La semilla que cayó en buena tierra con los que con corazón bueno y recto tienen la palabra oída y dan fruto con perseverancia.

Los frutos que recoges en tu granero manifiestan y señalan la semilla que ha sembrado cada uno de nosotros.

El evangelio de Mateo dice:

“Así que por sus frutos los conoceréis”.

¿Cuántas palabras que son semilla hay en nuestra vida?

• De aliento.

• De desesperanza.

• De amor y de odio.

• Planas y vacías.

• De padre a hijo y de hijo a padre.

• De esposo a esposa o viceversa.

Cuantas palabras.

Dios no hace acepción de personas; el envió a su hijo Jesús a morir en la cruz por todos; el junto por injustos. Cada cual tiene la libertad de escoger y su decisión será la que determina su destino final.

Hay ciertas características que describen la pureza del corazón y que son indispensables para mantener fértil el terreno del corazón, y en óptimas condiciones para que resulte una gran cosecha de frutos.

Algunas de estas características son:

1. Sinceridad.

2. Plena certidumbre de fe.

3. Mansedumbre.

4. No elevar su alma a cosas vanas.

5. Integridad.

6. Paciencia.

7. Rectitud

8. Justicia.

9. Hablar con la verdad.

10. Paz.

11. Amor a Dios.

12. La palabra de Cristo habita en nosotros con toda su riqueza y con el corazón agradecido cantar a Dios salmos, himnos y cantos inspirados.

Busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia manteniendo la mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra, porque… Donde este tu tesoro; allí estará también tu corazón.

No culpes a otros por lo que tú has decidido hacer ni por las consecuencias que resulten de ello. Recuerda tu vida es el resultado de todas tus decisiones. Los frutos que recoges son el producto de la semilla que has sembrado. Estos frutos pueden ser buenos o malos, dulces o desabridos, agrios o amargos; de nosotros depende.

Nos hemos preguntado si ¿somos buenos sembradores? Y si ¿Somos buena semilla?

En su carta Santiago nos dice:

“Mira como el sembrador siembra y espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que

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