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LO QUE NECESITAN LOS NIÑOS

Hace algunos años, “The New York Mirror” registró una lista de diez consejos que pueden evitar que la delincuencia entre al hogar. Las recomendaciones fueron hechas por muchachos que tenían problemas con la ley. Es de hacer notar que estos consejos tienen vigencia en cualquier época.

                C O N S E J O S

                                                        D E

                                                                                D E L I N C U E N T E S

No sean flojos en su trato con nosotros. No nos den todos los gustos, ni nos permitan hacer lo que nosotros queremos siempre.

Mantengan firme la disciplina en el hogar, pero que sea justa.

No cambien con frecuencia las normas y reglamentos.

Lograr la unidad en la familia es más importante que mantener el status. Hágannos saber que podemos acercarnos a mamá o a papá con nuestros problemas. Hágannos sentir que nos quieren.

Muéstrennos cómo sostenernos económicamente, y cómo mantener buenas relaciones con los demás en la escuela y en el trabajo.

No nos permitan quebrantar la ley o las reglas del hogar sin castigarnos. Sean estrictos. Dennos privilegios, pero que seamos dignos de tenerlos.

Traten de ver nuestro punto de vista en las discusiones. Siéntense a razonar con nosotros.

Vigilen el grupo con el que nos juntamos. Permítannos llevar nuestros amigos a casa. Reúnanse con ellos. Conózcanlos.

No nos permitan quedar fuera de casa hasta cualquier hora de la madrugada. Indíquennos a qué hora debemos volver, e insistan que se cumpla.

No guarden la vara. Cuando merezcamos que nos peguen, háganlo.

Limiten las actividades que no incluyan a la familia. Préstenos más atención. Pasen más tiempo en la casa, y junto con nosotros.

La educación del niño nunca ha sido una tarea fácil. Y hoy en día es más difícil que nunca. El mundo parece girar mucho más rápidamente. Una avalancha de nuevos conocimientos viene atropellando continuamente. Los niños están creciendo bajo circunstancias muy distintas a las que experimentaron nuestros padres. La nueva generación se enfrenta con más competencia, más presiones fuertes y tremendas tensiones emocionales.

Esto significa que más que nunca se necesitan buenos padres. Significa que el edificar vidas lleva tiempo, tolerancia, paciencia, fe, auto-sacrificio, amor y trabajo. Sin embargo no hay nada más recompensante que observar a un niño dirigiéndose hacia la madurez. Nunca tendremos una oportunidad superior a la de ayudar a los niños a llegar a ser personas que acepten sus responsabilidades y vivan agradando a Dios.

Es indiscutible que cada niño tiene ciertas necesidades que son básicas. También los adultos, cualquiera que sea nuestra edad, tenemos las mismas necesidades; sin embargo si estas necesidades no se satisfacen a tiempo, esto es en los primeros años de vida, el niño tendrá problemas, y buscará su satisfacción por caminos equivocados y muchas veces dolorosos.

El siquiatra Karl Menninger afirma que si las necesidades básicas no son satisfechas, podemos movernos en dos direcciones esto es:

1. Retirarnos y encerrarnos en nosotros mismos, lo que se describe como una reacción de escape.
2. Podemos desarrollar una reacción de lucha y tomar una actitud agresiva, volviéndonos contra los demás.

Veamos las necesidades básicas del niño:

I.- LOS NIÑOS NECESITAN SENTIRSE IMPORTANTES.

Tres niños de edad pre-escolar estaban jugando. Durante un rato compartieron el juego juntos con mucho interés y entusiasmo. Luego dos de ellos dejaron de jugar en grupo y se pusieron a jugar solos, ignorando al tercer compañero. Poco después el niño solitario grito: “Estoy aquí, estoy aquí, ¿No me ven que estoy aquí?”  Él no podía analizar sicológicamente su respuesta. Simplemente expresó una verdad universal. Quería ser advertido y reconocido como una persona de valor.

Es esencial tener un sentido sano de valor personal. El Señor dice en Isaías 43:4  “Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable…” Resulta casi imposible vivir con nosotros mismos si sentimos que somos de muy poco valor o si no nos gustamos a nosotros mismos. Una persona que se siente un “don nadie”, va a contribuir con muy poco en la vida.

Es necesario enfatizar esto aquí porque la gran plaga del sentido de culpabilidad empieza muy temprano en la vida. Si un niño siente que no tiene valor para su familia especialmente, también para sus maestros, etc. Él buscará llamar la atención sobre sí en formas destructivas. Como alguien dijo: “Es preferible una paliza, a ser ignorado.”

Los niños:                Se encaprichan, o dejan de comer, etc.

Los jóvenes:        Corren velozmente autos de carreras, prenden el radio a todo volumen, se dejan crecer  demasiado el cabello, etc.

Los adultos:         Tal vez más sutiles, usan ropa demasiado llamativa, dominan la conversación, viajes, etc.

Lo que no se debe hacer

1.-   Poner al niño como centro de atención, produce egocentrismo. Los niños no deben ser el centro de la familia.  El centro correcto es:  a) DIOS      b) Relación esposo-esposa      c) Hijos “La falta de amor entre padre y madre es la mayor causa de delincuencia que se conoce”.

2.-   No empujarlo a desempeñar papeles más maduros. Tenemos un gran problema al no dejar que los niños actúen como niños, por lo tanto hacemos cosas ridículas. (Juguetes, deportes, ropa de adultos, bailes, etc.). Esto hace que los niños desarrollen sentimiento de frustración e incompetencia.

3.-   Reírse de un niño, usar el sarcasmo, o el desprecio, provoca sentimientos de inferioridad y deben ser evitados.  Proverbios 12:18  “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada”. 

¿Cómo se forma el sentido de importancia? 

1.-   Nuestra actitud como padres (personas) hacia nosotros mismos es básica. Génesis 1:26 “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza y señoree…”   Isaías 43:4 “honorable, de gran estima.”

2.-   Dejar que el niño ayude en la casa (No decirle “tú no puedes hacer eso”).

3.-   Presenta tu niño a otras personas, por su nombre (Samy).

4.-   Dejar que el niño hable por sí mismo.

5.-  Hay muchas cosas que tu hijo puede elegir, dale el privilegio de hacerlo y respeta sus decisiones.  Ellos deben aprender a vivir con el resultado de sus decisiones.

6.-   Pasa tiempo con tu hijo. Nosotros edificamos el sentido de valor personal del niño al dedicar tiempo para escuchar acerca de sus intereses y problemas, al dejar de leer algún libro cuando él habla, al mirarle a los ojos, etc. (el niño del raspón. ¡oh!).

II.-   LOS NIÑOS NECESITAN SENTIRSE SEGUROS

Todo niño ansía seguridad. Él tiene una necesidad interior de estar seguro, de estar protegido, de tener terreno firme bajo sus pies. Alguien dijo: “si no se satisface la necesidad básica de seguridad del niño, para cuando tenga 8 años va estar robando caramelos en algún comercio”.

Condiciones que crean Inseguridad

1.-  Conflictos entre los padres. Hay pocas cosas que amenacen más a un niño que ver a quienes conoce mejor, de cuyas vidas depende él mismo, como enemigos que discuten constantemente.

2.-   Cambios constantes de domicilio (Javier).

3.-   Falta de disciplina adecuada. El niño necesita de ciertas reglas en su vida para gozar de seguridad y un sentido de bienestar. El niño más inseguro viene de hogares donde no hay límite para su conducta.

4.-   Ausencia continua de los padres (testimonio).

5.-   Crítica constante, atenderle con aire de disgusto. ¿Han escuchado Uds. alguna vez estas expresiones?

¡No, espera! Eres demasiado pequeño, vas a romper eso.

¡Déjame hacer esto a mí, tú eres muy lento!.

¡Qué lío has armado!

Solamente a ti se te ocurre esto ¿por qué no piensas?

 ¡Vaya calificaciones! Me da vergüenza. Tu hermano saca mejores notas que tú y tú deberías también sacarlas.

¡Cuándo vas a aprender a hacer esto! ¿No puedes hacer nada bien?

6.-  Padres inseguros (siempre hablando delante de los niños del costo de la vida, desastres, guerras, inseguridad en el trabajo).  Salmos 112:7-8 “No tendrá temor de malas noticias. Su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón, no temerá….”

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