Profecia Del Hermano Carlos Jimenez
jenipvillegas15 de Noviembre de 2013
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PROFECÍA DEL HERMANO CARLOS JÍMENEZ ( ENERO 1984)
Yo siento mucho temor de lo que voy a decir esta noche y quiero absoluto silencio. No quiero ni amenes, ni aleluyas. Yo quiero que ustedes me escuchen. Yo siento una carga inmensa por este país, he estado orando a Dios por esta República de Venezuela. En lo natural, y quizás buscando el factor económico, debería estar en otro lado o proyectando campañas en los EEUU donde Dios ha comenzado a darme un ministerio precioso y glorioso en aquel país.
Hacen dos años, dije: me voy de Venezuela. Y abandoné este país de cruzadas y Dios me llevó a Centroamérica, donde vi su gloria. Vi el estadio de San Salvador completamente lleno por dos ocasiones, con mas de 60 mil personas en los últimos días, vi el estadio de Santa Ana inmensamente lleno y en el estadio de San Miguel, una ciudad de más de 100 mil personas, el último día de la cruzada había mas de 35 mil personas que tuvimos que salirnos al frente del estadio porque la multitud no cabía dentro del estadio. Realmente yo no tenía pensado volver por mucho tiempo a Venezuela. Pero meses antes que el país entrara en crisis Dios me dijo que tenía que regresar, después de casi dos años largos de haber dejado de ministrar en este país volví, y volví con un mensaje que se avecinaba una crisis. En aquel momento cuando yo anunciaba la crisis, por aquí esta mi hermano Fuenmayor que el es testigo, aun hasta pastores dijeron que yo estaba loco que no había crisis para Venezuela que había mucho petróleo para que Venezuela entrara en crisis. Varón el Señor me lo dijo y yo cumplo con decirle lo que me dijo el Señor y si yo no soy profeta de Jehová eso no se habrá de cumplir y a los pocos meses reventó la crisis en la cual estamos sumidos ahora. Hace como tres o cuatro meses el Señor me dijo estas palabras: El narcotráfico está siendo cambiado de Colombia hacia Venezuela, como hay necesidad de dinero en este país y como este país ha gozado de un estatus económico envidiable y el pueblo esta acostumbrado a buenas cosas y como ya la nación colombiana esta desprestigiada precisamente por el narcotráfico ahora van a usar como base a Venezuela. Y así lo dije en varias iglesias y en varias campañas al aire libre donde ministré, saben una cosa para mi no fue una sorpresa cuando la semana pasada el director de la PTJ confirmaba las palabras que yo había dado en las profecías que me dio el Señor. Ayer le estaba preguntando por qué me tienes en Venezuela, porque para mi el venir a Venezuela ha significado un caos económico muy grande, por qué me tienes en Venezuela quisiera ministrar en otros países. En el año de 1984 solamente Dios me ha permitido óigame bien solamente Dios me ha permitido llevar dos meses de campañas fuera de Venezuela y es en la república de Colombia en el mes de mayo y en el mes de octubre, todo el año restante lo estamos llenando en este país, yo no quería comprender el plan del Señor.
Ayer estuve muy inquieto y le dije Señor qué es lo que tu quieres conmigo en Venezuela y anoche a las 3 am Dios contestó y me dio la respuesta y es ésta, yo no sueño mucho pero cada vez que yo he soñado Dios ha confirmado mis sueños. La Biblia dice que en los postreros tiempos se soñaran sueños de parte de Dios y yo llegué a Maiquetía y sellé mi pasaporte y venía muy contento porque tenía una serie de cruzadas que realizar en este país y en el día que llegué a Venezuela estalló una tremenda revuelta en todo el país, comenzaron combates violentos en todas las ciudades importantes y miles de muertos, yo corría por toda Caracas y veía miles de muertos veía el río Guaire lleno de muertos, el rio Guiare lo veía tinto en sangre y comencé a ver muertos en las azoteas, disparos, las casuchas de las montañas destruyéndose por el fuego de morteros y de coleterías, y saben en el sueño el Espíritu me ordenó que me fuera de Venezuela cuando estaba en aquel combate violento, pero con el tiempo sigue el sueño así. Con el tiempo yo volví a Venezuela se había acabado la guerra y cuando entré al aeropuerto no me acuerdo todavía pero venía otro evangelista conmigo, y cuando entramos por Maiquetía al evangelista que iba delante de mi le abrieron su equipaje y vieron una Biblia y entonces el guardia que estaba allí le dijo usted no sabe que esto esta prohibido en Venezuela! Por lo tanto queda usted arrestado y yo me quede estupefacto porque el siguiente equipaje que seguía era el mío y el comenzó a predicarles y me hizo señas con los ojos que me quedara callado y mientras estaban discutiendo los demás guardias me dijeron usted señor pase rápido y a mi no me revisaron el equipaje y yo entré a este país y cuando entré en la ciudad comencé a ver una cantidad de soldados en las calles acostados en las esquinas el color de sus uniformes era verde y en su frente, en la gorra tenían una estrella roja y yo comencé a inquirir con las iglesias y comencé a preguntar por los cristianos y fui a algunos templos que yo conozco muy bien y sentía ganas de llorar porque vi a un templo que le habían prendido fuego, vi otros templos que los tenían cerrados y otros templos muy conocidos por mi los vi convertidos en cuarteles y yo comencé a llorar y a decir dónde esta la iglesia, dónde esta la iglesia y me encontré con una persona y le pregunte mire dónde están los cristianos y aquella persona me dijo señor cállese porque lo van a meter preso aquí no se puede hablar de eso, los cristianos están en la cárcel. Y así fui a una cárcel. Recuerdo que era una cárcel de murallas altas y en el patio había muchas (no se entiende la palabra) ….. y cuando yo entré a aquella cárcel me dieron ganas de llorar porque vi siervos del Señor que los conozco muy bien, no voy a decir sus nombres porque no creo prudente decir sus nombres, los vi en la cárcel, los vi tras las rejas, y vi una cantidad de hermanos metidos todos en la cárcel hacinados porque no cabían en los cuartos y cuando ellos me vieron varios comenzaron a hacerme así que me quedará callado y vi la angustia del pueblo de Dios encarcelado vi la angustia del pueblo de Dios y de repente de allá de mi alma, cuando yo vi al pueblo y lo vi entristecido lo único que pude hacer fue decir estas palabras ¡Cristo vive! y de repente de la cárcel se escuchó un estruendoso amén y hubo un amén poderoso que sacudió los cimientos de la cárcel y cuando eso sucedió los guardias comenzaron a preguntar quién fue el que gritó Cristo vive, de pronto viene un guardia y me dice tu fuiste el que dijiste Cristo vive si yo lo dije y entonces el hombre comenzó a llorar y me dice yo también soy cristiano vamos a gritar los dos aunque nos pongan presos. Y comenzamos a gritar ¡Cristo vive! y el pueblo respondía ¡amén! Díganme amén cuando yo diga Cristo vive así se oía, y de repente la guardia vino a arrestarnos y en ese momento hoy a las 3 de la mañana escribe el día estamos a 5 de enero de 1984 yo me desperté, estaba con ganas de llorar, mis manos estaban temblorosas, yo no quería hablar esto esta noche, yo no quería decirlo había algo en mi. Yo todo el día he pasado con un malestar terrible, yo no se lo que me sucedía hoy, yo he pasado con un nerviosismo encima de mi, yo no quería hablar esto en esta noche, pero óigame desde la 3am hasta las 6am yo he pasado de rodillas intercediendo por esta república pidiéndole al Señor que si va a suceder que por lo menos nos prepare si va a suceder que nos llene del Espíritu Santo, que nos de valor para no negar su nombre y que aunque haya prisiones y aunque haya muerte y aunque haya dificultades que no importa lo que haya de suceder, nosotros estaremos listos a ser encarcelados a ser llevados a las mazmorras, aun predicar en la clandestinidad, aun a entregar nuestras vidas, pero que el sea glorificado.
Yo consulté esto con algunas personas antes de hablar y las personas sintieron del Espíritu Santo que yo debía decir esto, se avecinan tiempos difíciles para este país, ustedes están esperanzados en gobiernos y en políticos y yo no soy quien para hablarles de política y no estoy hablándoles de políticas y ustedes están esperanzados que vendrán mejores tiempos mejores, pero escúchenme los días serán malos viene tiempos difíciles para este país, viene persecución para la iglesia del Señor Jesucristo, pero así como viene persecución viene la depuración porque el que esta medio sancochado se ira del coroto y solamente permanecerán en el coroto aquellos que han conocido al Señor Jesucristo. Aquellos que tienen la esperanza de Israel en su corazón. Aquellos que sienten la pasión por las almas. Por eso hermanos jóvenes en este congreso yo quiero decirle que es tiempo de buscar a Dios, es tiempo de evangelizar, a mis hermanos ministros quiero decirles que es tiempo de unirnos más quizás no ver tanto a la denominación a la que pertenecemos sino saber que somos del pueblo del Señor porque si no nos unimos aquí ahora en momentos de bonanza en la cárcel si tendremos que unirnos para alabar y glorificar el nombre del Señor. Es tiempo de dejar las rencillas pueblo de Dios, es tiempo de dejar de pensar que somos unos mejores que otros, es tiempo de dejar de pensar que somos el pueblo mejor que el Señor tiene. Yo creo que Dios nos esta llamando a pagar nuestra cuota de sufrimiento y ese testimonio del pueblo de Dios en la cárcel para mi me habla que aun hasta los guardias esos que custodian a los cristianos al sentir la gloria del Señor van a recibir inspiración para aun en la clandestinidad confesar a Cristo Jesús que el vive que El no es un Dios de muertos que Jehová reina. Si usted no quiere creer lo que le estoy diciendo, si usted quiere creer vamos a consagrarnos al Señor, vamos a buscar su rostro vamos a dejar que Espíritu del Señor los sature, vamos a permitir que el Espíritu
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