Ser cristiano en la ciudad secular

Ser Cristiano En La Ciudad Secular

Bonhóffer sentía una gran empatía con las personas no religiosas ya que él sentía que vergüenza de las personas religiosas ya que estas con frecuencia nombran a Dios,  y para él, el nombre de este adquiere un sonido o sentido casi ficticio, y el tiene una visión de ser una persona sincera.

Posteriormente Bonhóffer siente cada vez más y más un malestar ante la religión ya que en vez de liberar al hombre,  esta explota al máximo y a más no poder la  debilidad de este en sus propias palabras:

“Los hombres religiosos hablan de Dios cuando el conocimiento humano no da más de sí o cuando fracasan las fuerzas humanas”.

Por otro lado las frases más molestas de Bonhóffer son las que habla o se refieren al hombre no religioso, de la interpretación no religiosa de la Biblia, aunque era consciente de la dificultad de acertar a formular adecuadamente sus intuiciones.

La secularización pone un cambio meramente sustancial en la experiencia del hombre al estar en el mundo y convivir con su entorno. Cuando observamos a nuestros contemporáneos, pero si nos ponemos a observar cómo han cambiado las generaciones se podría llegar a que se le da un menor sentido al otro mundo (el cielo). Y se podría llegar a la conclusión de que se vive en un mundo como el que MARX deseaba.

Tambien se puede decir que no solamente se puede decir que se cada persona va formando el reino de los cielos con cada una de sus acciones que realiza, un gran ejemplo de esto es la eucaristía. Ya que nosotros no podemos hacer presente a Cristo en el Pan y el Vino, pero estos serán transformados por el espíritu santo.

Muchas personas (cristianos tradicionales) recurrían a Dios para cualquier cosa ya que estos se sentían desprotegidos y por eso necesitaban recurrir a este para poder solucionar cualquier problema, situación o hasta una necesidad con las cual se les dificulte tomar una decisión.

Troeltsch dice o afirma que los cristianos viven una especie de esquizofrenia,  y se propone a criticar esta misma ya que muchos cristianos viven esta por ejemplo: ya que volvemos al punto donde la mayoría de los cristianos no eran capaces de resolver por sí mismos un problema, situación, etc.

Recurrían directamente a Dios para pedirle  un consejo o una solución a esta, esto es a lo que él llamaba una “causalidad de domingo”; por otra parte, cuando estaban en condición de darle una solución  por sí mismos a los problemas o situaciones que los agobian, y  los solucionaban sin darle tantos rodeos esto era a lo que llamaba “causalidad de día de labor”.

Del otro lado están los deístas. Estos admitían a un Dios “arquitecto” o “Relojero” que puso en marcha a todo el mundo,

¡Dios me libre de parecerme a ese loco que decía que un reloj no prueba un relojero, que una casa no prueba un arquitecto!

Pero luego se desentendió este tipo de  creación dejándola de lado y no dándole la suficiente importancia. Pero esto no satisface a la experiencia cristiana, ya que ellos creen en un Dios vivo, preocupado por los hombres y actuante en la historia y en la vida de cada persona.

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