Taller Para Jovenes ¿quien Soy Yo?
arqueroqui1 de Mayo de 2012
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La Biblia
“La Biblia ayer y hoy” muestra un interesante paralelo entre el pueblo de Israel y nuestra actualidad, señalando los hitos principales en la historia de un pueblo elegido por Dios que lucha por la vida y se alimenta de su palabra. Palabra transmitida inicialmente por la captación de hombres que interpretan la voluntad de Dios, y posteriormente plasmada, organizada y preservada como signo de fe, tradición y presencia viva de Dios. A través del presente ensayo quiero resaltar una perspectiva diferente entre la historia de salvación del pueblo de Israel y nuestra propia historia de salvación como pueblo latinoamericano.
Herencia transmitida
• El pueblo de Israel guarda como una herencia transmitida de generación en generación su historia de vida y de búsqueda de Dios como tradición actualizada día a día. Ha sido un pueblo que desde Abrahán en su salida de Urr hacia Canaan tiene como estandarte la promesa de la tierra prometida. Promesa confirmada y sellada por el amor de Dios a su pueblo.
• A diferencia de Israel nuestros ancestros ya vivían en la tierra prometida dada por Dios desde hace tiempo, pero posteriormente la llegada conquistadora arrebató por la fuerza imponiendo su cultura y su fe. El conocimiento del Dios de Israel desafortunadamente fue por la fuerza, mezcla peligrosa de fe e intereses económicos, sociales y políticos que van a suscitar otro tipo de fe en un pueblo maltratado y excluido.
Tierra prometida
• En su búsqueda de la tierra prometida el pueblo de Israel pasa por innumerables obstáculos, la esclavitud uno de ellos muestra la infinita misericordia de un Dios que los acompaña en el exilio y través de hombres llenos de su amor –Moisés- que orientan y animan la fe de su pueblo
• En nuestro caso el pueblo también pasa muchas dificultades a causa de poderes externos que también nos esclaviza y nos impone creer en un Dios de amor, a pesar de considerar a los habitantes del nuevo mundo infrahumanos. Sin embargo, la fuerza misericordiosa de Dios emerge del mismo pueblo opresor, demostrando a los que usurpando el nombre del Señor para conquistar, que el Dios de Israel no es un Dios a favor de la esclavitud, sino de la vida y la libertad.
Alianza con Dios - Decálogo
• El decálogo de la ley a través de Moisés, confirma al pueblo de Israel su identidad, su organización y sus costumbres. Es así que el pueblo celebra sus fiestas y reconocen la presencia de Dios en su cotidianidad.
• El decálogo de nuestro pueblo traído por el imperio europeo, es sinónimo de sangre y de cruz, supone el abandono de nuestras tradiciones y costumbres que daban identidad a nuestro pueblo. No obstante, otro decálogo de la vida animado por quienes defienden los derechos humanos en nombre de un Dios de justicia, nos permitió seguir creyendo y asumirnos como pueblo.
Proyecto de Sociedad Fraterna
• Entre luchas de triunfo y de derrota, el pueblo israelita es guiado por hombres que intentan mantener el pacto con Dios, y mantener sus tradiciones. Josué, Sansón, David y Salomón entre otros, guían el pueblo intentando escuchar la voluntad de Dios y en medio de sus búsquedas personales. El poder, la avaricia, el deseo desordenado, vulneran la capacidad de los líderes de estar atentos a construir el pueblo que Dios quiere para ellos, una sociedad fraterna.
• Los valores humanos más auténticos de nuestro pueblo, la solidaridad, la fraternidad, el respeto por la creación y la simplicidad de vida, son permeados por otros valores producto de la aculturación, del tiempo y el anti testimonio de quienes llegaron con intereses más grandes que su ambición. Nuevas generaciones nacidas en ese contexto con una visión de Dios y de mundo distinta a la de sus antepasados, intentan hallar al Dios verdadero anunciado por
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