Quien Soy Yo
wirasa3 de Julio de 2013
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¿Quién soy YO?
William Ramirez Salas
…Ningún lector de una exposición de Astronomía se sentiría desilusionado ni desdeñará a esa ciencia porque le muestren los límites más allá de los cuales nuestro conocimiento del cosmos se pierde en lo nebuloso. Sólo en la Psicología ocurre de otro modo; aquí sale a la luz en toda su dimensión la constitucional ineptitud del ser humano para la investigación científica. Parece que de la Psicología no se piden progresos en el saber, sino satisfacciones de otra índole; se le reprocha cada problema irresuelto, cada incertidumbre admitida.
Quien ame a la ciencia de la vida anímica, deberá aceptar también tales inclemencias.
Sigmund Freud
Viena, verano de 1932
En la página 73 de la conferencia 31 del texto antes citado, Freud nos muestra el gráfico que les presento con la siguiente nota: “ Quisiera figurar en un gráfico modesto las constelaciones estructurales de la personalidad anímica, que he desarrollado ante ustedes; helo aquí:”
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Valga esta introducción para invitarle a que responda la pregunta con la que bauticé el artículo con cinco frases que lo caractericen y que no sean del tipo de una carta de recomendación.
Se dará cuenta que no es una tarea fácil pues la pregunta apunta a su subjetividad, a lo interior de su ser, a su psiquismo. En griego la palabra Psique significa alma, también quiere decir aliento, vida. Este antiguo término trasmite la idea de que somos algo más que composición genética, más que nuestra historia vital, más que nuestra herencia cultural.
Este es precisamente el campo de estudio que le compete a la Psicología, a su objeto de estudio y a lo que desde esta ciencia se considera una persona sana.
Ustedes saben que el objeto de estudio de una teoría científica es siempre una idealización de un objeto real, una construcción hipotética al igual que la teoría que la sustenta. Conceptualizar el “Aparato Psíquico” como objeto de estudio de la Psicología cuyo enfoque epistemológico lo adquiere del Psicoanálisis, se inscribe dentro de la corriente racionalista que surge como oposición al escepticismo pirrónico, al formalismo escolástico y al positivismo caracterizado por la defensa de un monismo metodológico. Para los positivistas su método de estudio es el de las ciencias físico-naturales y el objetivo del conocimiento es explicar causalmente los fenómenos por medio de leyes generales y universales, la razón solo es un medio para otros fines y se puede hacer ciencia únicamente con los hechos que se dan directamente de la observación.
Al Psicoanálisis en este sentido, los aportes le llegan desde la corriente racionalista, que entre otras cosas destaca la confianza en el poder de la razón, la postulación de las ideas innatas, la utilización del método lógico-matemático para explicar los razonamientos y del empírico para confirmarlos cuando ello es posible; según esta forma de pensamiento se puede hacer ciencia abordando fenómenos que permanecen ocultos a la percepción como la subjetividad o lo inconsciente y sobre lo cual se puede inferir sin que necesariamente de los mismos se pueda hacer una descripción detallada.
Esto nos permite decir que el “Aparato Psíquico”, como objeto de estudio de la Psicología es una construcción hipotética que surge del Psicoanálisis y que remite a un objeto no perceptible. Para ello Freud elabora una Metapsicología y una teoría para las pulsiones y otra para el proceso de la represión. Compartimos con Graciela Celener cuando nos dice en Técnicas proyectivas (Pág.20) que los escritos metapsicológicos que escalonean la obra de Freud son: El proyecto de una Psicología de 1905. El Capítulo 7 de la Interpretación de los Sueños de 1900. Formulaciones sobre los Dos Principios del funcionamiento Psíquico de 1911. Elementos para una Metapsicología de 1915. Más allá del Principio del Placer de 1920. El yo y el ello de 1923 y el Resumen de Psicoanálisis de 1938.
Es con estos elementos teóricos con los que Freud construye el objeto de estudio esquemáticamente presentado en el dibujo anterior. Como se puede observar está divido en tres sistemas o “localidades psíquicas”: El consciente, el preconsciente y el inconsciente, siendo el conciente la cualidad momentánea que caracteriza las percepciones externas e internas dentro del conjunto de los fenómenos psíquicos.
El preconsciente designa la instancia constituida por los contenidos que no están presentes en el campo de la conciencia pero que pueden devenir en conscientes.
Y el concepto de lo inconsciente se utiliza para connotar el conjunto de los contenidos no presentes en el campo actual de la conciencia, no es lo que está fuera del campo de la conciencia en un momento dado, sino lo que ha sido radicalmente separado de la conciencia y se ubica junto a lo reprimido por efecto de una prohibición como la del incesto o el parricidio, prohibiciones que están en la cultura y que se transmite a los hijos a través del discurso de los padres. Es por esa razón que no puede entrar en el sistema conciente preconsciente sin distorsiones y se va a manifestar posteriormente a través de los síntomas como una formación sustitutiva.
Esto es lo que da vida a la teoría de la Represión, básica en la teoría del Psicoanálisis y que se refiere al proceso por medio del cual esos pensamientos prohibidos que provocan tensión en el sujeto, son expulsados de la conciencia y confinados en el inconsciente formando parte de este, con la particularidad de que una vez salieron a la conciencia y fueron devueltos, precisamente por estar asociados con lo prohibido.
Muy ligado a esto encontramos el concepto de la Pulsión como núcleo de la teoría de la sexualidad. Para Freud lo que distingue la sexualidad humana del resto de los animales es que ésta no es regulada por ningún instinto sino por las pulsiones. Al contrario de los instintos que implica una relación fija e invariable con un objeto, las pulsiones son extremadamente variables y van a depender de la historia de la vida del sujeto y del camino que siga posteriormente el material reprimido ubicado en el inconsciente, como lo vemos en el esquema.
Observamos también tres instancias, el Ello, el Yo y el Super yo, la conformación de cada una de ellas va a estar muy ligada a la práctica a partir del nacimiento del bebé, donde se van a dar ciertos acontecimientos, mismos que son muy diferentes a como ocurre con los animales.
Dentro de estos acontecimientos, encontramos en la aparición del deseo uno de las más significativos, relacionado muy de cerca por la instauración del lenguaje, pues para manifestar el deseo, los humanos lo hacemos por medio de las palabras. Es en el lenguaje con el que nos dirigimos a los otros, en donde se oculta el verdadero sentido del deseo.
Desde el lenguaje podemos escuchar dos registros, el enunciado y la enunciación o signo y significante según la Lingüística después de los planteamientos de Saussure. EL significante viene a ser la imagen acústica o secuencia de fonemas que junto a un significado conforman el signo lingüístico.
De los post freudianos, particularmente es Lacan quien recurre a esta ciencia para darle un rigor conceptual al Psicoanálisis, difícil de elaborar en tiempos de Freud, pues la aparición de la Lingüística como tal se da entre 1910 y 1920, tarde como para formar parte del conocimiento de Freud. Vasta comparar estas fechas con las de los artículos de Freud citados por Celener en la nota anterior.
Lacan define al deseo como la diferencia que se establece entre lo dicho y el decir, dándole más importancia a los significantes que nos llegan por medio del decir, percatándose allí la presencia de un deseo que se articula asociado al deseo de otro y que se ubica en cada uno de nosotros desde el origen, en una organización que dará vida al psiquismo - Complejo de Edipo- concepto que aparece por primera vez en el discurso de Freud en 1910 en su artículo “Un tipo especial de elección de objeto hecha por el Hombre”. Este “Complejo de Edipo” es una estructura básica constituida por tres lugares, la madre, el padre y el hijo, o. para ser más exactos, función materna, función paterna y el hijo.
En el libro Introducción al estudio de la perversiones (Pág., 10) de Hugo Bleichmar leemos la siguiente cita:”… en el artículo de 1910, Freud plantea lo que ya todos sabemos pero que en su época significó una revolución: el deseo amoroso al progenitor del sexo opuesto y el deseo hostil frente al progenitor del mismo sexo, deseo hostil que culmina en el de muerte…”
Al nacer y pasar de un estado a otro se presentan en el niño percepciones displacenteras, necesidades que antes no tenía y las manifiesta con “gruñidos” que permiten la exteriorización de aquello que pugnaba por abrirse paso, ante tal acontecimiento, alguien, generalmente sus padres acuden al llamado interpretando ese acto según sus propias experiencias, dándose un conjunto de sentimientos, de aptitudes, de emociones y de ideas que orientan la relación del niño con esos padres en un escenario muy “Complejo”, de allí la primera parte del nombre acuñado por Freud, y Edipo que proviene de la mitología griega que como ustedes saben, este fue herido y abandonado por sus padres que le atravesaron el pie con una lanza, de ahí su nombre que significa pie inflamado. El
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