Viva con esperanza

VIVA CON ESPERANZA

Capítulo 2:  Alimentación milagrosa

Nuestro Creador amante hizo un divino esfuerzo para crearnos, y así por ejemplo como un auto de lujo necesita de un buen combustible para un buen funcionamiento, nosotros necesitamos de una buena alimentación para un buen estado de salud.

A Dios le importa en sobremanera nuestra salud, y también debería importarnos a nosotros. El apóstol Juan ciertamente hizo eco del deseo del corazón de Dios cuando oró: Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3 S. Juan 2).

Podríamos describir a la digestión como el proceso de separar el alimento en sus componentes básicos para que el cuerpo pueda asimilarlo y usarlo para sustentar la vida. Este proceso comienza en la boca, se mueve el estómago, luego al intestino delgado y finalmente al colon.

Podemos dividir los nutrientes que necesita el nuestro cuerpo en las siguientes categorías:

• Carbohidratos.
• Proteínas.
• Grasas.
• Vitaminas.
• Minerales.
• Antioxidantes y fitoquímicos.

En Génesis 1:29 Dios nos dejó plasmada nuestra dieta, en donde destaca los nutrientes necesarios para nuestro cuerpo tales como: cereales y granos, frutas y verduras, legumbres, nueces y semillas, grasas, aceites, dulces y sal.

En fin, este capítulo hace especial hincapié a lo que es una correcta alimentación, lo que es una alimentación saludable, y esto requiere tener en cuenta aspectos como la variedad, calidad, moderación, evitación, etc.

Todos deseamos tener “años de buena calidad”. Queremos agregar no solo años a nuestra vida, sino vida a nuestros años. Esta es la razón por la cual Jesús nos enseñó que “no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. (S. Mateo 4:4). Las palabras de Dios nos dan esperanza y valentía para enfrentar los desafíos más duros de la vida. Nos ofrecen nueva paz y un propósito para vivir. Así como los buenos alimentos nutren nuestro cuerpo, la Palabra de Dios nutre nuestra alma.

Cada día Dios nos invita a cuidar de nuestro cuerpo aquí en anticipación de la vida con él en la Tierra hecha nueva. Por lo tanto, dediquemos nuestro cuerpo a Dios, y elijamos honrarlo en lo que comamos o bebamos. Podemos esperar estar un día sentados alrededor de un trono y comiendo con Dios en el banquete real en su Reino.

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