ENERGY MYTHS AND REALITIES: LIQUID FUELS FROM PLANTS.

ENERGY MYTHS AND REALITIES: LIQUID FUELS FROM PLANTS

Brasil fue el primer país en desarrollar biocombustibles, siendo el precursor de una nueva industria energética. Luego se unió Estados Unidos con la producción de este experimental tipo de combustible para obtener un resultado final llamado Etanol, un líquido hecho a base de maíz fermentado, caña de azúcar o celulosa capaz de reemplazar a la gasolina automotriz. De esta manera la solución al problema global de la emisión de gases automotrices parecía tener un final feliz a tal punto que algunos gobiernos empezaron a subsidiar la producción de tan importante hallazgo.

Muchos entusiastas aseguraron que el etanol era la mejor alternativa para reducir la dependencia que se tiene del petróleo y que no les costaría nada el cambio a los clientes, fabricantes de automóviles ni a los gobiernos pero la recesión económica mundial no ayudo a comercializarlo. El avance de la tecnología ha ido ayudando con los años a mejorar las técnicas de producción pero existen políticas de protección disfrazadas de requerimientos de eficiencia de combustible en los motores que frenan los avances. Además hay intereses económicos de por medio donde las empresas petroleras disuaden a los investigadores a crear nuevas tecnologías para su desarrollo.

Sus simpatizantes aseguran que esta energía limpia puede ser muy competitiva para los productos petroleros afirmando que es la fuente de combustible más barata, segura y ecológica que se ha obtenido. En Estados Unidos y Brasil tienen la ventaja de tener zonas extensas donde pueden realizar los cultivos de maíz y caña azúcar respectivamente, teniendo la ventaja el país sudamericano de tener zonas tropicales donde se puede cultivar la caña todo el año. Una condición adversa es que para cosecharla se debe quemar la planta gramínea causando contaminación ambiental. Se llegó a la conclusión que el mejor material para la manufactura es la celulosa obtenida a base de residuos de las cosechas, los mismos que no son predecibles debido a que no se puede saber la cantidad constante de materia prima a procesar.

Los grandes cultivos de maíz también demandan grandes cantidades de fertilizantes, los cuales pueden causar graves daños ambientales. Se debe tomar en consideración que durante el proceso de elaboración existe un desperdicio de agua de 10 a 13 veces del volumen de la producción. Además hay otros factores como el gasto económico en la cosecha, transporte, almacenamiento en las plantas de procesamiento, el secado del producto que depende del clima local, el uso energía no renovable para el funcionamiento de maquinaria agrícola, electricidad para la fabricación de abonos etc. Que los promotores del etanol han tratado de ocultar minimizando el impacto negativo al medio ambiente, en el cual los estudios ignoran la degradación

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