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leer textos científicos y académicos en la Educación Superior: Obstáculos y bienvenidas a una cultura nueva.

Paula Carlino

A los efectos de dar continuidad a la temática desarrollada el mes anterior, en este mismo sitio, que refería a los materiales de lectura utilizados por los profesores, proponemos la revisión de algunos conceptos presentados por la Dra. Paula Carlino, como resultado de una investigación realizada en la Educación Superior, con relación a la lectura de textos científicos y académicos.

En este estudio de la Dra. Carlino surgen algunas variables que intervienen en la apropiación del sentido y significado de los textos escritos recomendados en los cursos universitarios, que de no ser atendidas desde la enseñanza, generan obstáculos que no son bien interpretados.

Su tesis es que la principal dificultad que encuentran los alumnos para comprender los textos que componen la bibliografía recomendada por los profesores, proviene del enfrentamiento del estudiante con nuevas culturas escritas, es decir, que estos nuevos textos pertenecen al corpus teórico de los diferentes campos de estudio involucrados en cada carrera, y que en general están dirigidos a lectores que integran la comunidad académica correspondiente, disponiendo así de conocimientos que no están en posesión de los estudiantes que recién ingresan al ámbito universitario.

Según los datos que surgen del estudio, la práctica de análisis de textos que generalmente se propone en la enseñanza superior, basa su estrategia en un supuesto, y el mismo se resume en la convicción de que los alumnos ya disponen de marcos cognoscitivos requeridos para la tarea de análisis y comprensión de textos académicos específicos. Ello pone en evidencia, el carácter implícito de las prácticas lectoras universitarias, fundamentadas en la creencia de que si un alumno tiene adquirida la habilidad de lectura, desarrollada en educación media, con los requerimientos propios de ese nivel, la misma le servirá igualmente para analizar textos académicos en la Universidad.

La investigación realizada muestra que eso no es así, que la práctica de lectura en la Universidad demandaría del profesor, una enseñanza explícita acerca de cómo leer cada texto según su función, tipo de problema que aborda y el estilo de presentación del mismo. Por tanto, dos variables se analizan y explican: el carácter implícito de la práctica lectora y el propio conocimiento académico que contiene el texto científico, que se encuentra con la insuficiencia conceptual previa del alumno para abordarlo.

De esta manera relativiza aquella idea de que los estudiantes ingresan a la Universidad mal preparados en su habilidad lectora, desde los niveles previos de enseñanza, y es así que reconceptualiza el problema a la luz de los referentes teóricos que encontró en sus estudios.

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