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Esa es la base. Esa es la clave del verdadero guerrero.

Y es por ello que Dan se despertaba atormentado todas las noches. Porque pensaba que lo tenía todo para triunfar, pero sin embargo no podía vivir el presente y dejar de angustiarse por el futuro.

Porque sentía una competencia férrea por sus propios amigos. En vez, de concentrarse en hacer su mejor esfuerzo de entrenamiento. Para finalmente sentir la delicia de vivir, y a la vez, experimentar cada segundo de ese maravilloso momento de hacer lo que más le gusta y le apasiona.

Dan también poseía una vida frenética: en su forma alocada de conducir su moto, al comer de forma un tanto grotesca, en su vida un tanto alocada, etc.

En un momento dado de la película, Millman sufre un accidente en su moto, por lo que su fémur se hace añicos y termina con una pierna enyesada.

A pesar de su trágico percance, tanto Sócrates como su nueva amiga Joy (Amy Smart), le enseñarán que la vida se trata de saborear y degustar el momento para disfrutarlo al máximo.

Y que es necesario reparar el corazón, para luego reparar su pierna también.

Con un metal en la pierna derecha, Millman consigue recuperarse, y logra convencer a su entrenador para volver a la competición.

La influencia de Joy y de Sócrates le infundirá mucho ánimo para no rendirse. Y empezara un duro entrenamiento para vivir de nuevo su sueño de ser un talentoso atleta olímpico.

Finalmente la cinta termina con un Dan pletórico, realizando su triple mortal que tanto había deseado en su vida. Pero esta vez, sin preocuparse por el oro. Sólo por vivir el presente.

Mientras, en su pensamiento escucha la voz de Sócrates diciéndole “¿Dónde estás, Dan?” ”Aquí”. ”¿Qué hora es?” ”Ahora”.”¿Qué eres?” ”Este momento”.

Y tú ¿Estás viviendo este preciso momento al máximo?

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