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Introducción:

A que nos referimos cuando hablamos del destino, fátum, hado o sino a “una sucesión de acontecimientos de la que ninguna persona puede escapar” o “el poder sobrenatural inevitable e ineludible que guía la vida humana” o tal vez queríamos referirnos a la “Fuerza desconocida de la que actúa sobre las personas y los acontecimientos”. Se habla de esto o de una forma sencilla de explicar los acontecimientos complejos e inexplicables de la vida, una justificación del hombre para sí mismo.

Al tener una palabra de esta magnitud, que podría ser tratada y explicada de una manera realmente extensa o que fácilmente cabría en una sola palabra, falso.

En este ensayo se analizara de forma breve lo que pude ser el destino; se hablara de la relación que existe entre el término y la novela trágica de Pedro Jorge Vera, escritor ecuatoriano.

Desarrollo:

El libro nos cuenta las crónicas de cómo llegaron los protagonistas a la hacienda, por esto se le da el nombre del destino. Pero para entender de mejor manera las relaciones que existen entre la historia y la palabra se hablara un poco de ella.

“El destino” nombre de la hacienda que posee el tío de Ernesto, personaje principal, aquí se desarrolla casi toda la narración. Los personajes llegan por razones comprensibles o no la hacienda de Reinaldo Gavica.

Como toda obra literaria expresa emociones y sentimientos así como el amor de Bertha y la tristeza de Úrsula. La tragedia estará presente en todo el relato, la trama es macabra, sus personajes comparten un destino no deseado, algunos lo han querido así como Úrsula que ha decidido serle fiel a un hombre que nunca la amara; en el caso de Bertha ni las decisiones, ni las acciones, ni intentos, pudieron cambiar lo que le aguardaba, no pudo hacer nada solo esperar a ser servida en un plato.

La amante se sentenció a sí misma, y la esposa no pudo con esta gran fuerza a la que llamamos destino. La interrogante que se presenta aquí es ¿Hay forma de forjar el destino o acabaremos aplastados por su gran poder?

Iósif Stalin dice:

“El destino baraja las cartas, nosotros las jugamos”

No habría respuesta concreta a esta pregunta ya que el fátum puede ser visto de diferentes maneras, puede ser analizado de distintas formas, se puede comprender, aceptar o ignorar; pero que las personas puedan jugar con esta idea y darle interpretaciones y glorificar su inexplicable poder sobre los hechos que construyen la existencia del hombre es solo parte de la gran imaginación que posee.

Es imposible saber si nosotros estamos haciendo nuestro destino ya que nadie sabe cuál es el suyo. ¿Y si lo supiéramos?, ¿Habría forma de alterarlo? Sería otra de tantas preguntas que no nos podríamos responder.

En el

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