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Se Necesita Una Vida


Enviado por   •  23 de Octubre de 2014  •  956 Palabras (4 Páginas)  •  134 Visitas

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Es imposible no advertir la semejanza que guarda la figura del “macho” con la del conquistador español. Ese es el modelo -más mítico que real- que rige las representaciones que el pueblo mexicano se ha hecho de los poderosos: caciques, señores feudales, hacendados, políticos, generales, capitanes de industria. Todos ellos son “machos chingones”.

Paz nos dice que

La caída de la Gran Tenochtitlan, representó, en un sentido profundo, la caída de sus dioses masculinos mas importantes: Huitzilopochtli y Quetzalcóatl y como consecuencia religiosa, no existe una veneración especial al Dios Padre. En cambio es muy frecuente y constante la devoción al Cristo, al Dios Hijo, el Dios joven, sobre todo como víctima redentora. En las iglesias de los pueblos, abundan las esculturas de Jesús -en la cruz o cubierto de llagas y heridas.

Quizá no sea ocioso recordar que el nacimiento de Huitzilopochtli ofrece más de una analogía con el de Cristo: También él es concebido sin contacto carnal, el mensajero divino también es un pájaro que deja caer una pluma en el regazo de Coatlicue.

El mexicano venera al Cristo sangrante, humillado y golpeado por los soldados, porque ve en Él la imagen transfigurada de su propio destino. Y esto mismo lo lleva a reconocerse en Cuauhtémoc, el joven emperador azteca, torturado y asesinado por Cortés.

Lo que escribe Paz a continuación es una inmersión en los complejos vericuetos que sustentan el sentimiento religioso del pueblo mexicano.

No es un secreto para nadie que el catolicismo mexicano se concentra en el culto a la Virgen de Guadalupe. En primer término, se trata de una Virgen india, enseguida, el lugar de su aparición ante el indio Juan Diego, el cerro del Tepeyac, donde estuvo el santuario dedicado a Tonantzin “nuestra madre”, diosa de la fertilidad entre los aztecas. La derrota de los dioses masculinos, significó el fin de un ciclo cósmico y la instauración de un nuevo reinado divino, produjo entre los fieles una suerte de regreso hacia las antiguas divinidades femeninas. Pero a diferencia de éstas, la virgen católica, que también es madre, su atributo principal no es la fertilidad de la tierra sino ser el refugio de los desamparados.

Si la “Chingada”, en esencia, es una representación de la mujer violad , no me parece forzado, dice Paz, asociarla a la conquista, que fue también una violación, no sólo en el sentido histórico, sino en la carne misma de las indias. EL SÍMBOLO DE LA ENTREGA ES DOÑA MALINCHE, LA AMANTE DE CORTES. Es verdad que ella se da voluntariamente al conquistador, pero éste, apenas deja de serle útil, la olvida.

La “cede” a Jaramillo como si se tratara de un objeto. (Nota mía) Y del mismo modo que el niño no perdona a su madre que lo abandone para ir en busca de su padre, el pueblo mexicano no perdona su traición a la Malinche,

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