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A Kien Le Interesa La Arquitectura


Enviado por   •  16 de Mayo de 2013  •  1.478 Palabras (6 Páginas)  •  333 Visitas

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¿A quién interesa la arquitectura (salvo a los arquitectos)?

por Santiago de Molina — Martes, 19 de octubre de 2010

El interés que suscita la arquitectura en el ciudadano medio es, a pesar de los esfuerzos titánicos de la posmodernidad, de una parvedad increíble.

No nos quejemos, la música culta anda aun peor.

A los arquitectos les queda el consuelo de haber vivido una época en que la arquitectura había recibido el dudoso regalo de ser un reclamo publicitario de primera magnitud y de ser visitada como él más selecto peregrinaje posible.

El consumo cultural tiene esas cosas. Sin embargo en realidad la popularización de la arquitectura no ha supuesto en cuanto a conocimiento y comprensión ningún avance significativo. Si al ciudadano medio, suponiendo que tal espécimen existiese, le preguntásemos por tres arquitectos que considerara de interés, quizás lograra balbucear alguno. Y eso con suerte.

La realidad es que la arquitectura para muchos sigue siendo eso que queda detrás del coche en los anuncios.

Sin embargo, después del comentario ese ciudadano medio se dirigirá consternado a su casa y allí relatará el evento a su familia, a la hora de la cena, justo antes de ver el telediario y reposar en su cama, rodeado de esa arquitectura hipotecada que al día siguiente irá a pagar, de nuevo, con su trabajo.

A pesar de la falta de interés por la arquitectura, ésta es el escenario real sobre el que se desarrolla la vida de aquellos a quienes apenas interesa. Es una paradoja difícil de entender.

La arquitectura se ha mostrado altiva e incomunicable. Como acto de cultura es necesario un esfuerzo sostenido y constancia para acceder a ella. Ese hecho irrenunciable obliga a considerar los atajos como una rebaja, negando la capacidad de trascendencia que la arquitectura posee.

¿Cómo dar acceso pues a la arquitectura?. La presencia de los arquitectos en los medios es un hecho constatado. El arquitecto, a pesar del desconocimiento de lo que su obra supone, es un personaje influyente y popular según las listas que frecuentemente redactan los suplementos dominicales. Sus obras, incluso, aparecen con frecuencia como reclamo que es fielmente visitado, aunque desgraciadamente mucho es de temer, sin comprender lo más mínimo su verdadera trascendencia o intrascendencia. Las publicaciones de arquitectura son fácilmente accesibles aunque bien es cierto que con el lenguaje insufrible de quien sabe que no interesa a nadie salvo a los propios colegas.

Sin embargo, la vivienda continua siendo la oportunidad de acercamiento de la arquitectura al habitante. De ella se espera un mínimo de funcionalidad, ciertas condiciones de habitabilidad. También quizás sea necesario hoy exigir a la vivienda esa capacidad, si no pedagógica, sí al menos dialéctica. Incluso cierta voluntad de trascendencia ofrecida a la vida de sus habitantes. Porque en ocasiones al arquitecto se le ha olvidado la enorme capacidad trasformadora de los escenarios sobre los personajes.

No olvidemos que es el escenario y no sus actos quienes hace de los personajes de Balzac, Dumas o Faulkner, seres inmortales.

Santiago de Molina

arquitecto

* arquitecto y docente madrileño hace convivir la divulgación y enseñanza de la arquitectura, el trabajo en su oficina y el blog Múltiples

Incertidumbres y futuro del arquitecto

por Santiago de Molina — Martes, 26 de junio de 2012

En un reciente encuentro en el colegio de Arquitectos de Galicia, llevado a cabo los días 21 y 22 de junio en Vigo, y a la sombra de un numeroso grupo de trabajo denominado “Laboratorio de ideas”, se ha planteado una cuestión de fondo, que no deja de ser sintomática del estado en que se encuentran hoy los profesionales de la arquitectura en España: “¿tiene futuro el arquitecto?”(1) .

Si ya la pregunta contiene una peligrosa dosis de desesperanza, es igualmente una clara muestra de autocrítica. Ésto, que para muchos puede ser considerado contraproducente, para otros, puede suponer el comienzo de una reformulación más sana de las conexiones de la arquitectura con la sociedad.

Lo cierto es que no deja de tener interés hacerla, aun a pesar del momento de su planteamiento, tal vez porque incluso abre la puerta a la peligrosa posibilidad de responder.

Si bien en época de crisis la recomendación jesuítica no inducía a las mudanzas, lo cierto es que una gran parte de los profesionales se ven obligados a ellas. Y a países cada vez más lejanos. Eso

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