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Ambiente Interno

soledad7777 de Noviembre de 2012

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INDICE

1.- Introducción

Pág.3

2.- Desarrollo del trabajo

I.- Ambientes

Pág. 3

II.- Cultura organizacional

Pág.13

III.- Cambio organizacional

Pág.15

IV.- Estrategias genéricas

Pág.15

3.- Conclusiones

Pág. 15

4.- Bibliografía

Pág. 16

1.- INTRODUCCIÓN

Como señalamos en el trabajo precedente la Iglesia Católica tiene su sede central en Roma capital de Italia. La Santa Sede, en cuanto órgano soberano de la Iglesia Católica, ha obtenido cada vez más, pleno reconocimiento y personalidad internacional singular; forma parte de Organizaciones, participa en Conferencias, y posee facultades para adherirse a Convenciones internacionales

En estos tiempos la iglesia se encuentra enmarcada en el proceso de esta época que es la globalización, proceso económico tecnológico, social y cultural, que consiste principalmente en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que le dan un carácter global.

Según datos de la Iglesia, el 89,25% de los argentinos son católicos. Según fuentes independientes, el porcentaje de habitantes del país que se consideraron adeptos se ubicaba entre el 69% y el 78%.

La actividad propia de la organización eclesial es la evangelización:

• Anunciando al mundo el Evangelio

• Dando testimonio entre los hombres de la nueva manera de ser y de vivir que el evangelio inaugura

• Educando en la fe

• Celebrando los sacramentos

• Impregnando y buscando transformar el orden temporal

El presente trabajo de análisis pretende abordar el tema de Ambientes, Cultura, Cambio organizacional y estrategias genéricas de la Iglesia Católica Apostólica Romana. . El trabajo se estructurará partiendo de una descripción de los ambientes externos e internos de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

Primero desarrollaremos los ambientes. En el ambiente externo describiremos la institución a nivel general, industrial y competitiva, en este último paso realizaremos un análisis FODA de la organización. En el ambiente interno desarrollaremos los recursos tangibles e intangibles de la organización, las capacidades y aptitudes centrales.

Luego desplegaremos el tema de la cultura organizacional de la Iglesia y el cambio organizacional.

Al finalizar el trabajo esbozaremos la estrategia genérica.

Como corolario del trabajo se esbozarán las conclusiones generales del caso.

2.- DESARROLLO DEL TRABAJO:

A.- Ambiente Externo

En el ambiente externo se desarrollarán tres ámbitos: general, industrial y competitivo. Dentro del ámbito competitivo desarrollaremos los objetivos futuros, la estrategia actual, las suposiciones y las capacidades.

A1.- General

Las Características socio culturales de esta época se fundan en parámetros vinculados a la postmodernidad como la renuncia a las utopías y a la idea de progreso de conjunto, se apuesta a la carrera por el progreso individual y desaparece la ideología como forma de elección de los líderes siendo reemplazada por la imagen. El consumismo, el individualismo son ejes que caracterizan a esta época.

Los atributos de la Iglesia se basan en la:

• Unidad: La Iglesia es "una" debido a su origen,

• Santidad: la Iglesia Católica, a pesar de los pecados y faltas de cada uno de sus miembros, es en sí misma "santa" pues "Santo" es su fundador y "santos" son sus fines y objetivos

• Catolicidad: "universal" busca anunciar la Buena Nueva y recibir en su seno a todos los seres humanos

• Apostolicidad: es "apostólica" porque guarda y transmite las enseñanzas de los apóstoles.

A2.- Industrial

Las cinco fuerzas de Michael Porter

Al analizar el “Ambiente Industrial” de la Iglesia Católica en realidad más bien nos referimos a una “Ambiente Particular” en donde ella está inmersa. El modelo que Porter desarrolló nos permite tener una cabal idea del posicionamiento estratégico actual de la organización en cuestión, analizando separadamente cinco componentes o “Grupos de Presión” bien definidos, los cuales son; La Amenaza de Nuevos Competidores, El poder negociador con proveedores, Los Clientes, la Amenaza de Productos Sustitutos y la rivalidad de los Competidores existentes.

AMENAZA DE INGRESO DE NUEVOS COMPETIDORES

El mercado o el segmento no son atractivos dependiendo de si las barreras de entrada son fáciles o no de franquear por nuevos participantes que puedan llegar con nuevos recursos y capacidades para apoderarse de una porción del mercado.

El mercado de la espiritualidad es muy atractivo y de fácil ingreso pues las barreras de entrada son pocas o casi inexistentes, debido a ello hay nuevos participantes o competidores que llegan con nuevos recursos y capacidades para apoderarse de una porción de dicho mercado. Un ejemplo claro de ello es la denominada “Iglesia Universal” de carácter internacional que ostenta un gran poderío tanto a nivel económico como estructural (cuenta con muchos y lujosos templos, adeptos comprometidos, religiosos, etc.), para captar adeptos (“clientes”) utilizan distintos slogans, entre ellos, el mas conocido es “pare de sufrir” ya que en sus programas radiales y televisivos se jactan de brindar a la gente pronta solución a sus problemas económicos.

COMPETIDORES: Para la Iglesia será más difícil enfrentarse contra sus actuales competidores pues éstos están muy bien posicionados, son numerosos, y poseen grandes recursos económicos destinados solamente al proselitismo. Esto demuestra que el nivel e intensidad de la competencia es feroz porque hoy en día el mercado de la espiritualidad es muy redituable. Sumado a ello el hecho de que no existe un ente contralor que permanentemente esté monitoreando y regulando las acciones de la competencia. La Iglesia corre con desventajas para enfrentarse con estos rivales puesto que no puede afrontar económicamente campañas publicitarias de gran porte destinadas solamente para promocionarse, sino que subsiste gracias a las donaciones de los feligreses, las que están destinadas a la manutención de los sacerdotes y al mantenimiento de estructuras edilicias, muchas de las cuales están clausurados por su deterioro.

Entre los competidores de la Iglesia Católica encontramos a las clásicas denominaciones de diferentes cultos, principalmente denominaciones cristianas protestantes que desde hace más de 400 años constituyen una gran porción del “Ambiente Industrial”.

Los competidores existentes siempre procuran la creación de Barreras de Entrada puesto que la ausencia de ellas, facilita el ingreso de nuevos competidores, un ejemplo podría ser el que si una organización pretende prestar los mismos servicios de la misma forma que la Iglesia los brinda, tendría que tener al menos la misma organización a nivel mundial (“Economía de Escala”); otro ejemplo es que la Iglesia brinda un “servicio” con una “marca” que acuñó con el correr de los siglos, esto es tan así que, cuando alguien dice “ la Iglesia” refiere a la Iglesia Católica Apostólica Romana (“Diferenciación de Producto”) y no por ejemplo a la “Iglesia Universal”.

PROVEEDORES: Para la consecución de sus objetivos la Iglesia aprovecha recursos que le son proveídos de distintas fuentes, éstos pueden clasificarse en recursos humanos (el capital humano en toda organización es el más importantes) y los recursos materiales.

La Iglesia se caracteriza por ser una organización que se provee a sí misma de capital humano, en cambio los recursos materiales le son provistos por distintos proveedores como orfebres, artesanos, etc. que en muchos casos no son más que donaciones de particulares, de empresas o el Estado. Los proveedores del capital humano son los seminarios y/o conventos de las distintas órdenes religiosas. Por esta razón consideramos que los proveedores son pocos, pero muy importantes para que la Iglesia pueda cumplir sus objetivos y brindar su “servicio”. Además estos proveedores no compiten entre sí, sino que están coordinados y no representan amenaza alguna para la Iglesia.

Este segmento del mercado es poco atractivo para los proveedores, si bien están bien organizados, éstos no tienen fuertes recursos y por ende no pueden imponer sus condiciones. La situación se complica aún más porque los insumos que suministran (seminaristas y novicias) son claves para la Iglesia Católica y no tienen sustitutos, o son pocos y de alto costo (seminaristas, novicias y diáconos).

Cabe agregar que aunque exista una concentración de proveedores y éstos podrían tener un fuerte o gran poder negociador con la Iglesia, no se les permite, ya que existe una relación unilateral y jerárquica entre los

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