Argumento De ñacatita

Argumento

Ña Catita es una anciana que no puede vivir sin el chisme.

Ña Catita no puede estar tranquila si no habla de la vida de las demás personas. Ña Catita siempre visita a doña Rufina, para tratar convencerla de que su hija Juliana se case con el anciano don Alejo.

Don Jesús, padre de Juliana y esposo de Rufina, al enterarse de que quieren casar a su hija con don Alejo, un anciano con mucho dinero, se opone rotundamente a ese matrimonio, porque le parece la idea más tonta que ha escuchado en toda su vida. Don Jesús desea con todo su corazón que su querida hija Juliana se case con el guapo joven Manuel, a quien cría y protege.

Ña Catita llevo la pelea a la familia de Juliana. Don Jesús y doña Rufina discuten enérgicamente sobre el futuro de su hija, cada uno defiende su punto de vista. Rufina le dice a su esposo que don Alejo tiene una gran fortuna y con él está su hija asegurada en su futuro para siempre y le dice que realmente esta asombrada por sus poses caballerosas y distinguidas.

En cambio, don Jesús no está de acuerdo con la idea de su esposa, ya que don Alejo no le cae bien y lo demuestra con su actitud. Y le dice que el muchacho Manuel es bueno y le cae bien, le sugiere a su esposa de que no sería una mala idea que ambos muchachos se casen por que están muy enamorados.

A Rufina no le gusta la idea de su esposo, Ña Catita saca provecho de estas situaciones. Ña Catita sigue azuzando a doña Rufina para que imponga su voluntad y no la de su marido.

Ña Catita, por otro lado, mete en la cabeza de ambos jóvenes la idea de que se fuguen y defiendan su amor.

Aconseja a doña Rufina que abandone a su esposo, en complicidad con don Alejo.

Manuel, el joven enamorado de Juliana, al ver que su rival ha convencido a la madre de la joven, decide raptar a Juliana e irse lejos con ella. Contando con la ayuda de Mercedes se preparan para la fuga, pero son descubiertos. Aparece don Jesús y se da cuenta de los intentos de fuga, se sorprende y enfurece con Manuel, a quien consideraba un buen muchacho, casi como a un hijo. Don Jesús monta en cólera y empiezan nuevamente las discusiones sumamente alteradas con Don Alejo. Quien, muy molesto, llega incluso a sugerir un duelo a sable o pistola para limpiar la causa de la que es objeto. Todo ello anima más la tensa relación que hay entre Jesús y Rufina; Rufina no entiende cómo su marido no sabe apreciar las cualidades de don Alejo.

En ese momento llega a la casa don Juan, un viejo amigo de don Jesús, el cual trae una carta para éste. Por fortuna, conoce también a don Alejo, a quien le entrega una carta de su esposa del Cuzco, y así, sin querer, lo

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