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.- La nueva relación con USA.

Con la reciente visita del Presidente Barack Obama a México, se reanuda la relación bilateral entre ambos países a una escala que hace años no se veía. De un enfoque monotemático y servil, se abre paso una relación diversa, compleja y con respeto a los intereses de ambas partes.

Difícilmente se pensaba que el presidente norteamericano reconocería la parte que les toca en el problema del narcotráfico y ofrecería cooperar para detener el flujo de armas a nuestro país así como contener la demanda de enervantes, que es lo que en realidad detona el narcotráfico. Es sabido que mientras haya consumo y buenos precios allá, en este lado de la frontera no hay manera de detener a los narcotraficantes.

De igual forma, existe hoy una manera más comprensiva de atender el problema de los migrantes, que está impelido sobre todo por razones económicas, pues proveen la mano de obra necesaria para importantes sectores de la economía norteamericana como son los servicios de menor tecnología y las actividades agrícolas, ambos intensivos en mano de obra. De la intención de sellar la frontera, se busca ahora modernizarla, regularizar los cruces y dotar de seguridad la zona fronteriza, ofreciendo un camino de legalización a casi 12 millones de indocumentados de origen mexicano.

Figura también en el interés mutuo el crecimiento del comercio y la inversión, que alcanza cifras record al amparo del Tratado de Libre Comercio (mil millones de dólares diarios), al igual que el interés energético en el que, paradójicamente, ahora son los norteamericanos quienes tienen energéticos que ofrecernos. Con la revolución del “shale gas”, existe una altísima disponibilidad de gas barato, a tres dólares el millar de pies cúbicos (frente a casi 16 dólares en el resto del mundo) que México podría importar y, con ello, reducir significativamente el precio de generación de la electricidad. Imaginemos el impacto de un carburante barato cuando la CFE acaba de elevar el precio del fluido eléctrico debido, sobre todo, a que no hay disponibilidad de gas en nuestro país y ha tenido que utilizar más combustóleo para generación, a 9 pesos el litro.

En realidad, si nuestro país no hace pronto una reforma energética profunda para por lo menos aprovechar la disponibilidad de gas norteamericano en lo que desarrollamos nuestras propias cuencas, en ocho años seremos dependientes del exterior en materia energética, al mismo tiempo que los Estados Unidos serán superavitarios porque desde ahora, en la estrategia energética norteamericana, se han propuesto no sólo producir el gas shale y compartirlo en la zona geográfica, sino también reducir en 30% el consumo de combustibles fósiles, utilizando energéticos renovables (biocombustibles, eólica, solar y térmica, entre otras).

Así, una relación bilateral más rica y compleja que el ominoso enfoque de la narcoviolencia, preludia lo que podría ser una nueva época en la relación bilateral, que camina en el sentido del interés geoestratégico estadunidense. Ante los retos globales que se avecinan, el paso inmediato habrá de ser la integración de un bloque norteamericano con Canadá, Estados Unidos, México y quizá Cuba y Centroamérica, en vinculación con la prometedora región Transpacífico, para competir exitosamente ante el otro gran bloque mundial, que es la Unión Europea, por ahora inmersa en una crisis de deuda y recesión de pronóstico reservado. Para ello se ha creado un grupo de Alto Nivel, que habrá de atender no sólo los temas económicos inmediatos sino, como habría de suceder hace 50 años con la Comisión del Carbón y el Acero europea, los asuntos del largo plazo para la región de América del Norte.

Es, con mucho, una nueva época en la relación bilateral. Ya no más vecinos distantes, patios traseros ni osos y puercoespines; puede ser el inicio de la visión de un destino compartido para resolver los problemas y prosperar en ello, en donde se requiere una relación de socios estratégicos en el patio principal.

2.- El balance del Congreso.

El segundo periodo legislativo del primer año de ejercicio de la LXII Legislatura del Congreso de la Unión tuvo un cierre en términos generales excelente, con una productividad legislativa que no se había visto hace mucho tiempo, en la pluralidad, el diálogo y él toma y daca propio de todo proceso de negociación y búsqueda de acuerdos.

En la Cámara de Diputados, se aprobaron siete ciclos de reformas constitucionales y más de 40 reformas legales o creación de nuevas leyes, en contraste con el paso lento y farragoso adoptado por el Senado, en donde el triunvirato de los senadores Cordero, Barbosa y Gamboa, en ese orden, han logrado entablar polémicas y detener con ello el tren de las reformas necesarias.

En el caso, por ejemplo, del proyecto de regulación de la deuda de Estados y Municipios, problema que se ha desbordado en numerosas entidades, y en el cual el Senado, impulsivamente, decidió invadir competencias exclusivas de la Colegisladora, establecidas explícitamente en el artículo 72, inciso H, que otorga la facultad de iniciar leyes en materia de empréstitos a los diputados. Además, el artículo 135 constitucional establece el procedimiento a seguir en las reformas a la Carta Magna, entonces una reforma constitucional en materia de empréstitos debe iniciar en la Cámara de Diputados, pues la Constitución debe interpretarse armónicamente en su totalidad, no como le convenga a cada quien.

Así, por ejemplo, si la Cámara de Diputados deseara ratificar un Tratado Internacional, que es facultad exclusiva del Senado, no podría recurrir al truco de inventar una reforma constitucional para arrogarse esa facultad y argumentar que como se trata de un cambio a la Carta Magna, el artículo 135 le permite invadir las competencias del Senado e iniciar la reforma de la ratificación de los Tratados.

Ha sido la propia Cámara Baja la que decidió encauzar la cuestión e incorporar en una nueva iniciativa, presentada en la Cámara de origen por los diputados de todos los partidos, que recoge los elementos de la pretendida minuta senatorial y corregir los aspectos que chocan con la facultad exclusiva en materia de empréstitos, que sigue siendo de los diputados.

Otro caso de rudeza innecesaria es la homologación de los criterios de declaración de salarios al IMSS con los que los patrones emplean para declararlos al Sistema de Administración Tributaria. Esta homologación, que permitiría reducir la elusión y captar mayores recursos para los derechohabientes del IMSS, ha sido detenida por el Senado, en palabras de su presidente, el senador Ernesto Cordero,

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