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Autobiografía


Enviado por   •  3 de Junio de 2019  •  Ensayos  •  2.947 Palabras (12 Páginas)  •  198 Visitas

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Mi nombre es Joaquín Pais. Nací un 21 de Junio en el 2002. Una breve descripción mía antes de que empieces a leer esta gran acumulación de información, soy un chico al que le gusta mucho contar las cosas con humor así que si te reís por alguna razón...no te sientas mal por ello. Que disfrutes la función, porque el viaje de 16 años que vas a leer es intenso.

O no…

Soy el segundo de tres hermanos. Mi hermano Santiago (20 años) y mi hermana Josefina (9 años). Todos hijos de Marcelo Pais y Laura Natale, que son mi padre y mi madre. ¿Qué significa esto? Soy el hermano del medio, y eso quiere decir que soy el hijo ignorado. Según la creencia popular, el hermano del medio es quien no recibe la atención suficiente por parte de los padres; en mi caso es peor porque la menor es la única nena y el mayor es el primer varón de la familia, entonces yo quedo de adorno. Yo lo viví así, no de un modo en el que diga que mis papás no me quieren o cosas así, pero no me quejo porque de otro modo nunca hubiera aprendido a hacer las cosas por mi cuenta pero ya llegaremos a eso.

Cuando era chico me costaba hacer amigos, no sabía de qué hablar con los otros chicos en el jardín porque a la mayoría le gustaba el fútbol y a mi no me llamaba mucho la atención 22 personas corriendo detrás de una pelota y hasta 60.000 personas gritandoles y peleandose entre si...y ni hablar de aquellos que veían los partidos por televisión. Hubo un día en el jardín que escuché a un nene que estaba hablando de una serie en particular que yo veía y me gustaba mucho, Dragon Ball Z, me acerqué y le pregunté si estaba hablando de aquél anime; y así fue como conocí a Valentín Repetto, mi mejor amigo del primario con quién sigo teniendo una fuerte relación hasta el día de hoy. Conseguí mi primer amigo de verdad, y eso nos lleva a cómo nos relacionabamos teniendo 3 años. Nos invitabamos a nuestras casas, jugabamos con los juguetes que el otro tenía, y cosas que los nenes chiquitos hacían para divertirse en el 2005. Con el correr de los años, un par de personas se fueron sumando a mi grupo de amigos, hubo peleas, reconciliaciones, bandos y a fin de cuentas, una separación; todo esto durante la transición del primario pero ya llegaremos ahí. Como dije, no me era fácil socializar con la gente pero de algún modo me las arreglaba para poder hacer amigos. En el jardín la pase bien, como todo nene que está ahí, básicamente lo único que uno hace ahí es dormir, “prestar atención” en las clases que las maestras nos daban y jugar a lo que se nos daba la regalada gana. A veces lo que yo hacía era llevar uno o dos juguetes para jugar con uno de los chicos que había allí hasta que un día perdí uno de mis más preciados juguetes...Mr. Increíble de la película Los Increíbles (2004). Desde ese momento dejé de llevar mis juguetes a otros lugares. Una lección muy valiosa.

Avanzando un poco con la historia, mi primaria fue un desastre. No en el sentido de que me fuera mal en las materias por no ser inteligente o algo, sino por sufrir esta horrible cosa llamada BULLYING. Para ser sincero fue un horror, porque en ese momento yo era una persona muy sensible y temperamental, por no mencionar que me estaba dejando influenciar por lo que me decían los demás. Mis compañeros en el primario eran muy agresivos verbalmente, y por suerte no tuve ningún encuentro de brutalidad física. Yo iba al San Francisco de Sales, y ahí, o por lo menos en mi curso, estábamos divididos en “clases”. ¿Cuáles eran estas clases? En orden jerárquico sería:

Los que juegan al fútbol

Las populares o “lindas”

Las “feas”

Los marginados que aman los videojuegos y esas cosas

Obviamente, yo estaba en el último grupo. Me apasionaban los videojuegos, era muy adicto a jugar y desafiarme en esas consolas. Claro, había gente que veía eso como motivo de burla. Desde 1er grado hasta 5to grado, lo dejaba pasar, no les decía nada pero en el fondo estaba ardiendo en llamas. Hubo una vez, creo que fue en 2do grado, que volví a mi casa pensando en todo lo que me habían dicho y me largué a llorar en mi cuarto; momentos después mientras yo seguía llorando, entra mi hermano y se me acercó a preguntarme qué me pasaba, lo cual era raro porque no nos llevabamos bien, pero de todos modos le conté algo que no le había dicho a nadie y era que me molestaban en el colegio. Nunca sentí tal alivio como aquel. Santi me dijo que tenía que ignorarlos porque ellos no saben de lo que están hablando. Está claro que traté de seguir el consejo de mi hermano pero para serles honesto, no pude. Me empujaban y me empujaban a la desesperación de querer ser aceptado, así que cedí a lo que nadie debe ceder. Cambié...cambié para que me dejaran en paz pero no fue suficiente, seguían atacando. No era al único que molestaban, a mi grupo también lo molestaban bastante pero yo era el que más recibía los insultos, chistes, burlas, cargadas, etc. ¿Por qué? Yo veía el sufrimiento en la cara de mis amigos cuando los molestaban pero nunca decía nada hasta que llegó el 2013 y me cuestioné si lo mejor era cruzarme de brazos y no hacer nada o levantar la voz por mi grupo y defendernos de una vez por todas. Está claro que no salió como yo esperaba. En mi cabeza estaba pasando esta película: yo iba a defender a mis amigos, decir cosas tan geniales y temerarias que harían que nuestros abusadores nos dejaran en paz. Lo que en realidad pasó fue que en el momento que nos traté de defender, triplicaron su abuso hacia mi. Aún así, no me rendí y seguía defendiendo a mis amigos, claro, yo creía “Mejor que me ataquen a mi antes que a ellos”. Por supuesto, mis papás no tenían ni idea de que esto estaba pasando, yo volvía a mi casa con una sonrisa falsa escondiendo el dolor detrás. Con el tiempo empecé a perder la seguridad en mi mismo, por eso dejé de hacer actividades fuera del colegio. Antes hacía fútbol (2010), lo dejé porque sentí que estaba haciendo algo que no era parte de mi. Hacía kung fu (2011) porque quería tener algo de defensa por si alguno de ese grupo venía a pegarme, lo dejé porque me hacían sentir débil. Hacía caricaturas y cómics (2012) porque amaba dibujar y pintar, lo dejé porque sentí que nadie lo iba a apreciar. Cuando llegó el 2013, mi hermano decidió llevarme a este lugar llamado “Centro Juvenil”, que era parte de un movimiento juvenil del Sanfra. Dios bendiga a mi hermano por ser una persona tan insistente y me convenciera de ir, porque fue una de las mejores decisiones de mi vida. Allí conocí a un montón de gente que me ayudó mucho a formar la persona que soy hoy en día, la persona de la que me siento orgulloso de ser. Tengo

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