BALONCESTO

Palabra del Señor para el 2013 del Consejo apostólico de ancianos proféticos

Cada año, como lo hemos hecho desde el año 1999 Concejo Apostólico de Ancianos proféticos se reúne antes de iniciar un nuevo año para orar y buscar al Señor por una palabra.

Esta es una compilación de lo que sentimos durante la convocatoria de este año. Siempre debemos tomar en cuenta que el Consejo cree que el Señor habla más de estaciones y épocas que en años calendario y en los últimos años que han pasado hemos observado que la tendencia de las palabras proféticas ha continuado por algunos años y se ha ido intensificando.

También es importante hacer notar que la intercesión puede disminuir la severidad de algunas palabras que hablan de un juicio potencial- y en algunos casos revertirla del todo. En todo caso, todas las profecías deben ser bañadas en intercesión, ambas, las que hablan de una cosecha de bendición como de aquellas que traen advertencias con ellas.

Como profetas, siempre es sabio el ir atrás y ver las palabras que se han dado en el pasado. Esto lo hicimos para los años 2011 y 2012.

Por supuesto debemos reiterar el tiempo de las palabras debe ser entendido más como épocas o estaciones que como años calendario. Las palabras dadas no son un karma o destino pero pueden ser cambiadas de acuerdo a la respuesta del pueblo de Dios.

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2011: El año de la tormenta perfecta.

En el 2011, profetizamos las tormentas perfectas y ciertamente las tuvimos.

La palabra fue dada sobre mayores terremotos, inundaciones y cambios en los patrones de clima de toda clase.

Todo esto sucedió – en febrero, una tormenta de invierno de proporciones históricas, de acuerdo al Servicio Nacional del Clima, un tornado catastrófico cayó en abril, el huracán Irene en agosto y 6 tormentas más con un costo histórico para los Estados Unidos de $16 billones de dólares.

2012: El año del sacudimiento.

Viendo la palabra dada para el año 2012, vimos que no solo fue sumamente certera pero además incluye la temporada a la que nos estamos moviendo con más sacudimientos que vienen. Vimos una intensificación en la respuesta de la naturaleza al pecado.

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