CONSECUENCIAS EMOCIONALES EN LA PAREJA E HIJOS TRAS LA SEPARACION
anitapaez7517 de Febrero de 2015
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CONSECUENCIAS EMOCIONALES EN LA PAREJA E HIJOS TRAS LA SEPARACION
Pareja
Cuando una pareja decide separarse, sucede algo curioso, los argumentos de ambos lados no suelen coincidir para definir los motivos de dicha separación, y aunque no es una regla o una ley, generalmente, antes de tomar esta decisión la pareja pasa por diversos problemas, discusiones, momentos de tensión, dificultades para tomar decisiones, alejamiento en la intimidad o simplemente ignorarse. Ya, que normalmente no coinciden ambas partes, en ocasiones alguno de los miembros de la pareja no espera la separación, por lo que no lo puede creer y pretende negarlo, lo que hace más difícil que se adapte.
Hijos
En cambio en los niños hay demasiadas variables que pueden determinar la forma con que cada niño expresa su malestar ante la ruptura de sus padres. Algunos padres pueden pensar que es lo mejor para sus hijos dado que el ambiente en casa era muy malo. Otros afirmarán imprudentemente que a sus hijos no parece haberles afectado dado que no suelen hablar del tema. Sea como fuere, la realidad es que siempre hay consecuencias, sea en el presente o en el futuro.
Uno de los factores más determinantes es la edad en la que se produce la separación. parecen demostrar que la separación o divorcio de los padres tienen efectos negativos importantes en los hijos que lo sufren. Por lo que su reacción dependerá de la edad del niño:
a) Infancia (2 a 6 años)
En los más pequeños son habituales conductas regresivas como volverse a hacer pipí en la cama, chuparse el dedo, infantilismo, querer dormir con los padres, miedos, ansiedad, etc. También rabietas, necesidad de llamar la atención constantemente, ansiedad de separación (al dejarlo en la escuela u otros). Vinculación excesiva normalmente con la madre que se ve desbordada y no entiende lo que pasa. En ocasiones, el niño, pasa de la agresividad o al menosprecio a la búsqueda de un afecto incondicional (abrazos, besos, promesas de que se portará bien, etc.).
b) Niños (de 7 a 12 años)
Comportamientos y conductas de recriminación a los padres con la esperanza de intentar unirlos de nuevo si siguen sin aceptar la realidad. Conductas manipulativas, de menosprecio o rencor a alguna de las figuras paternas paralelamente a la idealización de la otra (asimetría emocional).Esto puede agravarse según las actitudes que tomen los adultos que rodean al niño. Sentimientos de culpa, conductas de riesgo, baja autoestima, dificultades en las relaciones con sus iguales, baja tolerancia a la frustración, agresividad. Pueden aumentar la hiperactividad e impulsividad.-Deterioro en el rendimiento escolar. Niños que habitualmente eran buenos estudiantes empiezan a tener dificultades.
c) Adolescencia
Durante esta etapa, los jóvenes que afrontan la separación de los padres pueden incrementar sus conductas de riesgo (alcohol,sustancias,drogas).
En niñas parece que puede producirse, en algunos casos, precocidad o promiscuidad en las relaciones sexuales y también conductas de riesgo. Necesidad de vincularse afectivamente a una pareja pero con poca capacidad para mantener una relación estable y equilibrada. Dificultades en las relaciones con los iguales. Predominio de la impulsividad y poca capacidad para la resolución de conflictos de forma dialogante. Baja autoestima, agresividad, baja tolerancia a la frustración.
Como sugerencia se diría que es fundamental que los padres sepan desvincular sus problemas como adultos: procesos judiciales, régimen de custodia, etc. de las necesidades de sus hijos ante una separación. Es decir, independientemente de nuestras diferencias personales, hemos de ser capaces de comunicarnos y llegar a un consenso sobre las necesidades educativas y emocionales de nuestros hijos. Los niños deben percibir complicidad y compromiso incondicional de sus padres hacia
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