Cadenas Montañosas

Las grandes estructuras rocosas del planeta se forman a través de procesos que reciben el nombre de orogénesis. Las grandes cordilleras y montañas que conocemos, se desarrollan a los largo de millones de años.

No hace mucho tiempo, los científicos pensaban que la tierra era una masa carente de movimiento. Aún en 1960 la idea de la deriva continental no estaba aceptada porque se creía imposible que algo tan macizo y grande como los continentes pudieran desplazarse sobre los fondos oceánicos.

Cuando se descubrieron las grandes cadenas montañosas del fondo oceánico se llegó a la conclusión de que desde allí emergía y emerge magma que se solidifica y se va incorporando a la litosfera, creándose de este modo nueva roca y deslizándose esta a su vez, provocando el movimiento de todo el conjunto.

Las principales cordilleras del mundo se distribuyen siguiendo los cinturones de masas terrestres donde se producen con frecuencia terremotos y volcanes. Los terremotos y los volcanes tienen su origen en el choque de las placas móviles que constituyen la primera y más fina de las capas de nuestro planeta, la litósfera.

Estos choques entre placas generalmente se proyectan hacia arriba en el extremo de una de las placas elevando el terreno y formando las elevaciones rocosas que conocemos, sin embargo también hay otros procesos que intervienen en la formación de las estructuras montañosas.

Las mayores cordilleras que existen actualmente sobre la Tierra tienen su formación relativamente próxima en el tiempo geológico. Estas estructuras, nacieron como consecuencia de choques y fricciones entre placas, producidos en los últimos 25 millones de años, mientras que las cordilleras más antiguas existentes son quizás menos espectaculares que las jóvenes.

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