Cancer En Jovenes

Cáncer en adolescentes y jóvenes adultos.

Cualquiera puede desarrollar el temible cáncer. Algunas personas tienen más riesgo que otras, pero lo cierto es que no se puede predecir quién sufrirá este mal, ni cuándo, ni cómo.

Pero, ¿cómo surge el cáncer? En palabras simples, el cáncer comienza en las células que forman los tejidos del cuerpo. Normalmente, se forman células nuevas a medida que se necesitan para reemplazar a las células viejas que mueren. Algunas veces, este proceso sale mal. Se forman células nuevas que no son necesarias y las células viejas no mueren cuando deberían. El exceso de células puede formar un tumor. Los tumores benignos no crean el cáncer, pero los malignos sí. Las células de los tumores malignos pueden invadir los tejidos cercanos o separarse e irse a otras partes del organismo. Es decir, el cáncer surge cuando las células benignas crecen y se desarrollan de forma anormal y descontrolada.

El cáncer es una enfermedad poco frecuente en los adolescentes, pero en la actualidad, el cáncer se presenta en personas cada vez más jóvenes, mientras que en años anteriores esta enfermedad la contraían personas mayores de 45 años. Esto se debe a el ritmo acelerado de vida que muchas jóvenes adoptan a diario y que está acompañado de malos hábitos alimenticios, pues optan por comida procesada y por el sedentarismo en vez de la actividad física.

Pero no es la única razón, así como los jóvenes pueden tener cáncer en las mismas partes del cuerpo que los adultos, existen diferencias. Los cánceres de la adolescencia pueden ocurrir repentinamente, sin síntomas. El cáncer más común en los niños es la leucemia, cáncer en la sangre y osteosarcoma (cáncer en los huesos). Pero existen otros como los tumores cerebrales, el neuroblasma, (tumor en el tejido nervioso) linfoma, (que se desarrolla en el sistema linfático y el cual se encarga de combatir los gérmenes que provocan infecciones y enfermedades) y el sarcoma del tejido blando. Los síntomas y el tratamiento dependen del tipo de cáncer y de lo avanzada que esté la enfermedad. El tratamiento puede incluir cirugía, radiación y/o quimioterapia.

La mayor parte de los adultos que padecen cáncer pueden ser tratados a nivel local, en sus comunidades de residencia. En cambio, el cáncer juvenil no es tratado por el pediatra. Un niño con cáncer debe ser diagnosticado con precisión y tratado por equipos de especialistas. Estos equipos se encuentran generalmente en los grandes hospitales pediátricos, en centros de alta complejidad o centros universitarios de referencia.

Otra diferencia a destacar es que el cáncer juvenil tiene en la mayor parte de los casos, un mejor pronóstico que el de adultos, es decir, hay mas probabilidad de que se encuentre la cura. Es importante entonces que todos los niños accedan al tratamiento

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