Control Cultural, Guillermo Bonfil Batalla

Hace algunos años escuche acerca de un llamado Ejercito Zapatista que tuvo varios enfrentamientos con las autoridades, en ese tiempo no comprendí cual era la razón de dicho conflicto, sin embargo ahora lo relaciono con la “imposición” que a veces hace el gobierno sobre estos grupos indígenas.

La mayoría de los gobiernos en su afán de “civilizar” y llevar el desarrollo a su población les impone reglas y/o leyes que supone les traerá beneficios, pero no toman en cuenta, entre otras cosas, las costumbres, lenguaje e idiosincrasia de esos pueblos...

La mayoría de los pueblos indígenas han sido “reducidos”, limitados y si se vale la expresión, DISCRIMINADOS. Han ido perdiendo sus costumbres, tradiciones y sobre todo su cultura, y mientras mas tiempo pasa, van olvidando sus orígenes y su identidad, en muchos casos, las nuevas generaciones llegan incluso a avergonzarse de pertenecer a alguno de estos pueblos.

Ante este panorama, cabe una pregunta, ¿Que hacer para revertir esta situación?

Guillermo Bonfil Batalla es su libro “Etnodesarrollo: sus premisas jurídicas políticas y de organización”, menciona que una posible solución para esta problemática es lo que el llama Control cultural, y el cual define como “la capacidad social de decisión sobre los recursos culturales, es decir, sobre todos aquellos componentes de una cultura que deben ponerse en juego para identificar las necesidades, los problemas y las aspiraciones de la propia sociedad, e intentar satisfacerlas, resolverlas y cumplirlas”. Menciona también 4 ámbitos o sectores acerca de la cultura, siendo estas Cultura autónoma, Cultura apropiada, Cultura enajenada y Cultura impuesta.

Visto de otra manera, es darle autonomía a los pueblos indígenas para que tomen sus propias decisiones respecto a su cultura y su organización social, pero esta autonomía debe reglamentarse, tanto políticamente como jurídicamente, ya que se trata de que tomen sus propias decisiones pero siempre bajo el marco de la ley y/o de los derechos humanos. Es decir no se debe ir a los extremos de dejarlos hacer su santa voluntad ni tampoco de imponerles leyes que trasgredan su identidad.

Debe reconocerse políticamente a cada grupo étnico, no debe considerárseles como individuos de segunda ni mucho menos discriminarlos ya sea por vestir de acuerdo a sus costumbres, cultura y tradiciones o porque hablan un dialecto en lugar de hablar la lengua oficial de su país. Respecto a este punto, considero que no debe imponérseles el aprendizaje de un idioma, sino al contrario, en sus escuelas debe hablárseles en su dialecto y de ser posible exhortarlos a aprender el lenguaje oficial, pero sin imposiciones.

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