¿Cuánto nos importa la vida ?

¿Cuánto  nos importa la vida ?

A lo largo de la historia el ser humano a perseguido la obtención de la excelencia en la calidad de vida, siendo dicho afán el que ha impulsado el desarrollo de diferentes áreas del saber científico y tecnológico. El Derecho como ciencia jurídica no es ajena a dicho postulado, y es que al existir desde el surgimiento mismo de la convivencia social ha sufrido diversas mutaciones conjuntamente con el avance de la misma. Sin embargo, pese a haber afrontado innumerables cambios, éstos en su mayoría tuvieron un denominador común: Disminuir la actividad delictiva del hombre.

Y es en busca del alcance de dicho objetivo que a lo largo de la historia se han planteado una gama considerable de iniciativas (castigos y prohibiciones), las cuales más tarde adquirieron una existencia gramatical al ser compilados en códigos bajo la rúbrica de normas jurídicas. Pasando a ser dichas normas las encargadas de otorgar protección a lo que el ser humano considera valioso o importante. Ahora dicha producción legislativa trajo consigo el debate de que o cual norma protegía derechos más transcendentales, siendo el Derecho a la vida el que por voto mayoritario recibió el rótulo de “fundamental”.

La pregunta que surge entonces es: ¿Es el Derecho a la vida el menos violentado por ser el más importante? Y la respuesta es un categórico no. Que se ve corroborado con tenebrosas estadísticas de asesinatos dolosos y culposos. Sin embargo, no puede atribuirse dichas cifras únicamente a los ciudadanos y es que en la actualidad existen diferentes estados que en su legislación han aprobado la pena capital lo cual resulta difícil de entender si uno infiere al igual que mi persona en la importancia y protección que se debe de dar a la vida.

Y sé que muchos podrían justificar la pena de muerte en el accionar voluntario y consciente del criminal, pero también es cierto que en muchos países se ha despenalizado el aborto, que sin importar el cartel que quieran otorgarle en su esencia sigue siendo un asesinato, que incluso se agrava por la indefensión de la víctima que se ve imposibilitado de ofrecer resistencia.

En este punto, admitir que todos los abortos son idénticos me harían pecar de ignorante, y de las diferentes clases del mismo en esta oportunidad quisiera ahondar en solo uno de ellos, el cual es el aborto que deviene de una violación sexual.

Muchos son los que consideran que un acto de violación sexual que provoca el embarazo faculta a la víctima la posibilidad de realizar un aborto, argumentando que se ha lesionado el bien jurídico de su libertad sexual. Sin embargo, al realizar tal acto ¿No estaría lesionando de manera grave el bien jurídico de la vida del victimado?, y es que conforme lo señala nuestra constitución un ser humano se considera como tal desde el momento de la concepción, es decir que desde ese momento se constituye en sujeto de derechos y tiene su disposición toda la estructura jurídica para que lo proteja y salvaguarde. A esto debemos agregar que  por doctrina sabemos que los derechos de una persona concluyen al iniciar los de otra y por ende no puede la libertad sexual sobreponerse al de la vida en caso de conflicto.

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