DISCURSO DE GRADUACIÓN

DISCURSO DE GRADUACIÓN

Es un verdadero honor tomar la palabra en nombre de todos mis compañeros en este día tan especial para nosotros, donde se mezclan las aguas de una etapa que finaliza en nuestras vidas con las que marcan el inicio de otra no menos importante.

Nos embargan sentimientos encontrados; una alegría enorme por haber conseguido una meta personal pero a la vez mucha expectativa de lo que ocurrirá de ahora en adelante.

En el año 2003 ingresé a la Escuela a estudiar mi primer carrera; desde entonces no me he desvinculado de ella y junto a mi progreso profesional he sido testigo del avance de esta Universidad que conocí como una pequeña cede, donde empezamos 12 personas a estudiar mercadeo, y unas 500 en todas las carreras, hoy ya somos más de 1.500 y esto me embarga de alegría porque la amo y la llevo en el corazón. Estoy seguro que a todos les pasa lo mismo.

Hemos compartido tantas cosas juntos, que, aunque sean palabras repetidas, hacen de este grupo algo verdaderamente especial, donde si existe la verdadera amistad y el respeto, espero que permanezcamos mucho tiempo más en esta unión y armonía.

Atrás quedan muchos recuerdos; muchos momentos compartidos llenos de cosas pequeñas que hacen un todo que impregnan nuestras vidas de lo sencillo que creo, fue la clave para fortalecer los lazos de unión en el grupo.

Es tiempo también de agradecer a quienes han estado a nuestro lado.

A nuestras familias por su apoyo constante y su confianza en nosotros.

A nuestros amigos que continúan todavía en su etapa de formación, nuestra esperanza de que estén recibiendo este diploma muy pronto como lo estamos haciendo nosotros hoy.

A nuestros profesores, con quienes siempre pudimos contar y de quienes recibimos una formación muy profesional; gracias por el amor que le imprimieron a cada una de sus materias, esto se reflejó en la buena relación que siempre nos acompañó y a fin de cuentas nosotros somos el producto de su esfuerzo.

A nuestro director de carrera, Gabriel Bernal, quien ha sido el mejor guía, y testigo de nuestro desarrollo profesional.

A Edgar Díaz Santos, gracias señor rector,

Permítanme una breves palabras personales; gracias a mi esposa e hijos, quienes sacrificaron el tiempo que no pude estar a su lado, eso lo aprecio mucho, espero poder pagarles con creces. A mis hermanos, especialmente a Alfredo y Héctor quienes me apoyaron incondicionalmente; a mi madre, que siempre estuvo pendiente de mí. A mi familia de Andesco, empresa que me creyó en mí y me apoyó desde el principio.

Quedo con los mejores recuerdos de mis maestros, compañeros, y del grupo humano que trabaja en la Escuela, de todos ellos

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