Dafne y apolo

Dafne y Apolo

Los dioses de Grecia somos muy orgullosos  y nos gustan los desafíos.  Por ejemplo yo, Apolo hijo de Zeus estaba disparando flechas contra una temible serpiente Pitón. Luego de varios tiros errados porque mi presa se movía muy rápido, finalmente la mate. Cuando me acerco a la serpiente veo que hay una resplandor dorado era Eros el dios del amor, hijo de Afrodita,  él se acerca jugando con una de mis flechas  simulando que me a disparar y eso me molesta mucho, le digo:

-¡deja es fecha, Eros! Ya que es una arma muy poderosa para un niño, con una de esas mate a una serpiente. No pretendas robarme la gloria de la victoria, porque es mucho más de lo que puedes hacer con tus dardos.

-no te jactes, hijo de Zeus. Pues si tus flecha puede atravesar a los animales, las mías se clavan por igual en el corazón de los hombre y en el de los inmortales dioses,  si quisiera yo podría hacerte sufrir…

No pudo terminar de hablar  ya que comencé a reírme

-difícil será comprobar ese poder, pequeño Eros -lo desafío y me alejo riéndome

Que podía hacer ese niño contra mí él más fuerte de los dios  estaba pensado mientras voy caminando en el bosque hasta que siento un dolor pulsante en mi pecho era una fecha con la punta dorada, en ese mismo instante mis ojos vieron a una ninfa me enamore de su sonrisa, de sus ojos aquellos que jamás me miraron, y de sus labios que nunca los bese pero puedo soñar con ellos. Me llamaran lunático pero nunca tuve planeado enamorarme de alguien pero sucedió, ella era la culpable de que mi corazón latiera rápido.

Me acerco a ella presuroso para declararle mi amor

-Dafne tu hermosura…

No pude terminar la oración ya que cuando ella me vio salió huyendo despavorida y eso me desconcertó pero inmediatamente la seguí.

-bella ninfa-implore-detente no soy tu enemigo. Quiero acercarme a ti para ofrecerte mi corazón.

Ella tropezaba, caía y se levantaba velozmente para continuar corriendo. Veía que mi amada estaba tan desesperada que no se daba cuanta como sus brazos y pies le sangraban por las raíces y las ramas, yo quería que se detuviera.

.¡por favor detente! ¡por favor! –implore

Puede que no sepa quién soy por eso huye

-soy Apolo, hijo de Zeus. El oráculo de lo Delfos me pertenece, pues soy el dios de la profecías. Domino el arte como la música y la poesía y también soy el protector de los artistas. He enseñado a los hombres el arte de la medicina

Aunque le dije quien soy y  lo que hago no se detenía ¿Por qué? si todas las mujeres me aman  tanto con mortales como con ninfas y diosas. ¿Porque ella no caía en mis encantos?

De pronto se detiene  pero veo que sus pies heridos se aferran firme al suelo y de ellos nacen raíces que se entierra en la tierra. Su cuerpo comenzó a cubrirse de una fina corteza  y sus brazos se convertían en ramas. Su pelo largo desordenado se transformaba en hojas.

...