Dafne y Apolo

Negrete Cerón Claudia Lizeth

Dafne y Apolo[pic 1]

La mitología griega ha servido como base para la creación; los mitos han sido recreados por las artes y han sido manipulados según el lenguaje de cada arte.

La écfrasis ha ayudado a que diferentes artes representen algo en sus diversos lenguajes. Écfrasis se define como “la representación verbal de una representación visual”^[1] así un contenido semántico es representado en varios lenguajes.

Apolo, que había derrotado a una serpiente gigante, se regodea en su victoria, estaba tan orgulloso de sí mismo que al ver a Eros lo insulta diciéndole que no debería de llevar ese arco y flecha, que debería dejarselos a él; entonces Eros molesto por la burla de Apolo decide vengarse, así que lanza una flecha a Apolo haciendo que se enamore perdidamente de Dafne.

A ella le lanza una flecha de plomo, que causa odio; entonces Apolo la persigue buscando su aceptación pero Dafne huye y cuando Apolo está por  alcanzarla, Dafne pide a su padre que la salve y es convertida en un laurel. Apolo triste porque no puede obtenerla, convierte el laurel en su árbol favorito y decide que se coronen a las personas que ganen en sus juegos con ramas del árbol.

Este mito ha servido como base de representación para diversos autores, yo tomaré a dos, Garcilaso de la Vega y Bernini. El mito es la base de ambos textos, en los cuales se representa la escena de la transformación de Dafne y se ve reflejado en ambos textos la alteridad, pues uno funciona como representación del otro.

La primera lexía en ambos textos, Apolo y Dafne, nos remite al mito, pero al leer el poema nos damos cuenta que las imágenes del poema están representadas en la escultura de Bernini.

El soneto XIII de Garcilaso de la Vega describe el momento de la transformación de Dafne en árbol, el momento en el que Dafne no es mujer ni árbol, sino ambos.

A Dafne ya los brazos le crecían,

y en luengos ramos vueltos se mostraba;

en verdes hojas vi que se tornaban

los cabellos que el oro escurecían

Dafne al ser transformada, le cambian las dimensiones del cuerpo, y los colores del cuerpo, pues sus brazos se vuelven largos y su cabello se vuelve hojas verdes, la imagen de Dafne es vista desde arriba, comienza con la copa del árbol que es su cabello.

De áspera corteza se cubrían

los tiernos miembros, que aun bullendo estaban:

los blancos pies en tierra se hincaban,

y en torcidas raíces se volvían.

La visión sigue avanzando hacia abajo y observamos la piel de Dafne cambiar a corteza y sus pies se adentraban en la tierra y se convertidas en raíces. El soneto nos describe texturas, pues nos dice que la corteza es áspera y que sus miembros son tiernos.

Aquel que fue la causa de tal daño,

a fuerza de llorar, crecer hacía

este árbol que con lágrimas regaba.

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