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Desastre Quimico- Seveso

pamela171714 de Febrero de 2014

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EL DESASTRE QUÍMICO DE SEVESO

UBICACIÓN

Los municipios de Seveso y Meda, en Italia, ocupan una superficie de 7,34 km² y 8,33 km² respectivamente. Su perfil es llano y propicio para la agricultura y las explotaciones agropecuarias, por lo que desde principios del s. XX fueron testigos de frecuentes movimientos inmigratorios procedentes del sur y del este del país, que la ocuparon y la transformaron. Su población llegó a incrementarse hasta en un 39%, hasta alcanzar los 41.000 habitantes.

Al igual que otros municipios como Cesano, Maderno o Desio, se hallan situados en la región de Lombardía, al norte de Milán.

SITUACIÓN

En 1963, Hoffmann-La Roche había adquirido la firma genovesa de fragancias y sabores “Givaudan” S.A. La continuación de su estrategia comercial en Italia, lleva a Roche, a través de su nueva filial Givaudan, a la compra de todas las acciones de Icmesa (Industria Química Meda S.A.), situada en Meda a unos 15 kms. de Milán y limítrofe con Seveso.

Esta adquisición se efectúa entre los años 1965 y 1969, fecha en que se convierte en el único propietario de esta fábrica. Es entonces, a partir de 1969, cuando Icmesa comienza a producir de manera creciente triclorofenol (TCP) de alto grado para la elaboración en Givaudan de hexaclorofeno, un desinfectante empleado en la fabricación de jabones medicinales.

En 1976, siete años después de que Icmesa hubiera comenzado a formar parte del grupo Roche, se produce aquí uno de los mayores accidentes industriales de la historia.

ACCIDENTE

El viernes 9 de julio de 1976 se procede, como es habitual, a la elaboración de TCP en la fábrica ICMESA. El tanque de reacción de TCP se llena con diversos materiales iniciadores y da comienzo un proceso que finaliza de madrugada, cuando uno de los técnicos da la orden de interrumpir una destilación que no está completada. La última temperatura medida es de 158 ºC, una situación normal ya que la temperatura de trabajo del triclorofenol está entre 150 y 160 ºC. Finalizado el turno de noche, todos los operarios abandonan la fábrica, quedando en el interior de las instalaciones sólo el personal de mantenimiento y limpieza. Sobre las doce y media de la mañana del sábado día 10, la brida de una válvula de seguridad del tanque de TCP estalla como resultado de una sobrepresión, causada por una reacción exotérmica (paso de estado líquido a gaseoso con desprendimiento de calor) accidental. Por la válvula se escapa una mezcla química en forma de aerosol que contiene, entre otras sustancias tóxicas, triclorofenato de sodio, sosa cáustica y disolvente.

Una de las personas que se encontraba en las instalaciones de la fábrica en el momento de producirse la catástrofe fue el primero en detectar la fuga. Minutos después contacta con uno de los técnicos, el Dr. Clemente Barni, que se apresura a llegar a la planta. Tras algo más de una hora se consigue cerrar la fuga, encendiendo el sistema de refrigeración; pero nada impide que unos 3.000 kgs. de sustancias químicas contaminantes escapen al aire.

Seguro de ello, el Dr. Barni inspecciona las áreas próximas a las instalaciones industriales, advirtiendo a cuantos habitantes encontraba que no consumieran o incluso tocaran frutas ni vegetales de la zona, a pesar de no encontrar indicio alguno de contaminación. De inmediato se alerta del suceso a la policía italiana, pero el hecho de haberse producido durante el fin de semana dificultó el contacto con las autoridades locales de forma inmediata con objeto de alertar a la población y emprender actuaciones de emergencia. Hasta el domingo día 11 por la mañana el Dr. Paolo Paoletti, Director de Producción de Icmesa, no logra contactar con Herwig von Zwehl, Director Técnico de la misma empresa. Entre ambos establecen un protocolo inicial consistente en concertar entrevistas con el director local de salud de Seveso y Meda y los alcaldes de ambas poblaciones, y recoger muestras del tanque y del área circundante para enviarlos a analizar en los laboratorios que Roche tenía en Suiza.

La nube tóxica que se origina es impulsada por el viento en dirección sureste a una velocidad de 18 km/h. Esta nube cargada con la peligrosa dioxina TCDD se abate principalmente sobre los términos municipales de Seveso, Meda, Cesano Maderno y Desio, afectando en diferente medida a un total de 1.810 hectáreas de terreno.

La tetraclorodibenzodioxina o TCDD era el ingrediente activo de un defoliante usado, con efectos devastadores, por las fuerzas estadounidenses en la guerra de Vietnam, también conocido como agente naranja.

Una vez conocido el accidente toda la Lombardía urgía al gobierno para que tomara alguna decisión. Mientras tanto el gas iba ampliando su radio de acción y provocando nuevas víctimas, algunas incluso entre los periodistas que llegaron a cubrir la información. Pasaron diez días completos antes de que el gobierno regional declarara el área de Seveso contaminada por dioxina. Y para entonces ya era demasiado tarde. Había una multitud de niños y adultos que estaban en el hospital, con la cara cubierta con máscaras de gasa para ocultar los terribles desórdenes de la piel que dejarían a muchos de ellos con cicatrices para toda la vida. Cuando la verdad salió totalmente a la luz, 11.000 habitantes del pueblo huyeron de sus casas, abandonando 40.000 animales de granja a la muerte por los efectos de la nube de veneno. Un espectral silencio invadió la que más tarde fue llamada Zona A (la localidad de Seveso).

Unas 37.000 personas resultaron directamente afectadas por enfermedades de la piel, malformaciones en los fetos y toda una serie de secuelas que se fueron produciendo en los años posteriores. Los cultivos quedaron inservibles para el consumo y hubo que sacrificar 80.000 animales.

CAUSAS

El informe oficial aduce cuatro causas principales:

1. Interrupción del ciclo de producción

El hecho de dejar una mezcla sin terminar una reacción durante todo un fin de semana sin ningún tipo de medida de seguridad, es un hecho que aumenta el riesgo innecesariamente.

2. Método de destilación

En el método utilizado por la patente original de Guivaudan, la carga era acidificada antes de la destilación. En el proceso de Icmesa, el orden de estas dos etapas fue invertido. Esto permitía un contacto más largo e intenso entre el etilenglicol y el hidróxido de sodio.

3. El sistema de alivio de presión que conduce directamente a la atmósfera

El único sistema de control de presión era mediante un disco de ruptura que conducía directamente a la atmósfera. La presión del disco de ruptura era demasiado elevada para un proceso a presión atmosférica, lo que favoreció la emisión de grandes cantidades de dioxinas.

4. Fallos en los sistemas de recogida/destrucción de las sustancias venteadas

Tampoco existía un sistema para neutralizar o destruir las sustancias tóxicas venteadas. El sistema de venteo con disco de ruptura, según los fabricantes debería haber estado conectado a un sistema de neutralización, torre de lavado, depósito pulmón o cualquier otro que impidiera la emisión directa a la atmósfera de sustancias altamente tóxicas.

Los directivos de Roche han afirmado hasta el día de hoy que el efecto que produjo la catástrofe de Seveso, esto es, el recalentamiento en el interior del tanque de triclorofenol, era imprevisible por aquél entonces, cuando apenas se conocían la reacciones accidentales de este producto intermedio. Esta excusa constituyó la base de su defensa ante las autoridades civiles y los tribunales de justicia italianos. Sin embargo, otros especialistas argumentan que sí existía una literatura científica entre 1971 y 1974, en la que se incluirían las descripciones de otros accidentes con triclorofenol, siendo el más importante el de Missouri, en Estados Unidos, a principios de los setenta. También se conocían las condiciones bajo las que podría producirse una reacción exotérmica descontrolada hasta alcanzar rápidamente los 410 ºC. Sin embargo, atendiendo a las explicaciones de los directores técnicos de Givaudan e ICMESA, la comisión que se encargó de investigar las causas del accidente concluyó que era imposible haber previsto este hecho.

Pero aun en el caso de que lo expuesto por los técnicos de ICMESA fuera cierto, las escasas medidas de seguridad de la planta tampoco estaban preparadas para prevenir el accidente:

 No se había establecido ningún plan de seguridad con las autoridades locales

 No se había elaborado un análisis de riesgo de los distintos procesos de la fábrica

 Los controles de todos los procesos de la fábrica se realizaban de forma manual, incluyendo el sistema de refrigeración, que se activaba manualmente

 El sistema de alarma

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