Drogadiccion
Kelingh20 de Septiembre de 2012
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LA DROGADICCION UNA REALIDAD CRÍTICA
Droga es cualquier sustancia que aliena a la persona. La droga deteriora la personalidad, destruye la libertad, arruina la salud tanto física como psíquica. Todas las drogas, incluido el porro, que provoca pérdida de atención y de motivación y es la antesala de otras drogas, producen efectos psíquicos y físicos, siendo las de más graves efectos la heroína y la cocaína. Su difusión es una grave inmoralidad y un gran problema social. Hay que buscar sitios de prevención, acompañamiento y sostén de las políticas gubernamentales para reprimir esta pandemia. En la prevención, insiste en la educación en los valores que deben conducir a las nuevas generaciones, especialmente el valor de la vida y del amor, la propia responsabilidad y la dignidad humana. La adicción implica sobre todo a quien la padece, pero a través de él y por las consecuencias que tiene en toda la vida de quien la sufre, también los demás miembros de su familia se ven afectados y deben comprometerse activamente en buscar la solución del problema.
Hoy en día se dispone de una amplia evidencia que pone de relieve la estrecha relación entre consumo de drogas y conducta antisocial. Este consumo está asociado a la pérdida de control de sí mismo y a comportamientos problemáticos como la actividad sexual prematura, el absentismo escolar y la delincuencia, siendo los problemas con la justicia una de las consecuencias más frecuentes de la drogadicción; Una de las conclusiones más relevantes de las recientes investigaciones es que todas las sustancias adictivas, desde el tabaco a la heroína, pasando por la cocaína, el alcohol, la marihuana y las anfetaminas, activan los mismos circuitos cerebrales. Y ahí parece estar la clave del conocimiento y el tratamiento de las adicciones. "La dependencia a las distintas drogas, aunque se manifiesta con comportamientos diferentes, tiene mecanismos biológicos comunes que nos explican muy bien qué sucede en el cerebro", apunta el farmacólogo Jordi Camí, coautor junto con el también farmacólogo Magí Farré de una larga revisión científica sobre la drogadicción que se publica en el último número de The New England Journal of Medicine, la revista médica más citada en todo el mundo. Lo que tienen en común todas las drogas, ya sean los euforizantes y sedantes derivados del opio, la estimulante y relajante nicotina, las energizantes anfetaminas y cocaína, el estimulante y desinhibidor alcohol, los relajantes y apaciguadores cannabinoides, y las demás sustancias adictivas naturales o de diseño, es que estimulan la liberación de dopamina en una zona del cerebro (el núcleo accumbens) que desempeña un papel importante en el refuerzo de la conducta.
Los cambios bioquímicos y eléctricos que ocurren en el cerebro con la llegada de la droga se convierten a la larga en cambios estructurales duraderos y quizá definitivos. El cerebro se transforma de tal modo que, para los adictos, "los efectos inmediatos de las drogas son más potentes que el hecho de darse cuenta de sus consecuencias negativas a largo plazo", explica el estadounidense Neil Carlson, una autoridad en las bases biológicas de la conducta.
La ciencia ha comprobado que el consumo prolongado produce "alteraciones en cerebro que aumentan la vulnerabilidad a la recaída y facilitan la búsqueda irresistible de droga incluso meses o años después de la desintoxicación".; ya que los estupefacientes son sustancias tóxicas que debido a su peculiar acción, alteran profundamente la personalidad psíquica y, en ocasiones, la física del adicto a ellos; trastornan su equilibrio individual y el que existe entre él y la sociedad en la que se desenvuelve.
No faltan interpretaciones de toda índole a la pregunta (hasta hoy incontestable de una manera exacta) sobre el motivo de la inclinación humana hacia sustancias tóxicas, tendencia común en gente de todas las razas, clases sociales y épocas. Ya no puede hablarse de los sectores de la droga, hoy sabemos que la misma ingresa y de hecho está en todas partes, inclusive en aquellos lugares en los que por sus características podría pensarse que jamás tendría entrada.
A menudo, el drogodependiente entra en ese mundo porque tiene problemas, aunque actualmente también influye el deseo de relacionarse, pero con el resultado de crearse un nuevo problema mucho más grave que los que ya tenía. La adicción a las drogas genera un deterioro físico y psíquico importante, así como la pérdida de la vida social y laboral. Un drogodependiente da muestras con frecuencia de inestabilidad emocional, produciendo daños psicológicos y neurológicos que pueden ser irreversibles, aunque sólo la droga inyectada se asocia con el Sida por intercambio de material de inyección. Sin embargo, el consumo de drogas en general, entre otros efectos, provoca desinhibición y falta de autocontrol en la persona. Esta circunstancia puede conducir a situaciones que facilitan la infección del sida, como mantener relaciones sexuales de riesgo.
Ante este problema es necesaria la unión de los padres, así como su actuación serena conjunta, sin echarse mutuamente la culpa del fracaso en la educación del hijo, y sin añadir otro problema al ya existente, pues la difícil situación y la tensión que origina, puede ser incluso causa de ruptura del propio matrimonio. Los padres ordinariamente son más partidarios de actitudes duras con el hijo o hija, mientras las madres son más blandas. Tanto una actitud como la otra suelen ser un fracaso, pues con frecuencia los drogadictos sólo reaccionan cuando le ven las orejas al lobo, es decir cuando toman conciencia de la gravedad de su situación. Es muy conveniente e incluso necesario recurrir a asociaciones contra la droga, tanto de técnicos para atender a los drogodependientes, pues lo que estos jóvenes necesitan es que se les ayude a curarse, ya que es evidente que quienes mejor van a entender y ayudar a los padres angustiados son otros padres que han pasado o están viviendo las mismas dificultades, ya que Generalmente, la evasión producida por la droga conduce al hombre a romper con los esquemas de la estructura social en que vive, y le lleva hacia una especie de visión ficticia de la realidad, de la que parece que todo ser humano tiene necesidad. Esta visión ficticia se traduce en el ser humano normal en forma de proyectos, a veces sueños irrealizables, mientras que en el toxicómano se convierte en la necesidad de la excitación o la ausencia que le produce la droga.
Las drogas no sirven para proveer al organismo humano del material necesario para su conservación y funcionamiento, ni para reparar pérdidas ni para proporcionarle energía química para el trabajo de los tejidos. No satisfacen necesidades fisiológicas normales, por lo que perfectamente puede pasarse sin ellas. A pesar de esto, el drogadicto dice experimentar con las drogas agradables estados de conciencia, sean puramente intelectuales o sensoriales (alucinógenos y cocaína), de los que extraen una profunda satisfacción que probablemente se sume a sus orientaciones y tendencias de orden psíquico y sensorial.
Se debe reconocer que el punto exacto de la razón consiste en establecer una disciplina y una escala de valores (que oscila de positivo a negativo) entre las diversas emociones y los influjos pasionales, y no el de negar lo que nos interese. Una persona en un estado psíquico normal nunca pensaría en utilizar drogas como solución a sus problemas emocionales, y mucho menos en que con la toma de una sola dosis de esta droga pudiese alejarlos de sí. Un toxicómano sí lo cree.
Por lo tanto, podemos afirmar que el toxicómano llega a la droga bajo un trauma psíquico y que sus proyectos habituales son completamente diferentes a los de las personas normales.
El uso de las drogas está muy difundido entre las más diversas estructuras sociales, Según la mayoría de los autores, una de las principales causas que impulsan al joven hacia la droga es la falta de vida familiar, que motiva una gran carencia de la autoridad paterna.
Creo que la adicción a las drogas en cada época responde a circunstancias muy tangibles de la misma. Una de las causas actuales es el inestable presente y el negro futuro de nuestra
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