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Economia .


Enviado por   •  9 de Octubre de 2014  •  Informes  •  2.114 Palabras (9 Páginas)  •  142 Visitas

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“Los bienes terrenales del hombre” es un libro del escritor norteamericano Leo Huberman, escrito en el año 1936. Leo, inicia este extenso análisis acerca de los cambios en las fuerzas productivas desde el medioevo hasta nuestros tiempos, con un sistema de posesión de tierras denominado “feudal” [1], en las que existían tres clases: Clérigos, Guerreros y Trabajadores.

Básicamente, los trabajadores eran la base de la economía. Se dedicaban a la agricultura en “feudos” [2], y estaban al servicio de un Señor Feudal. Las ganancias se repartían de tal forma que, el último, tuviera un tercio del total. El campesino en una especie de choza con condiciones poco salubres, y donde abundaba la miserableza. Campesinos que diariamente trabajaban la tierra, para ganar solo un poquito de los frutos de esta.

Cito textualmente un interrogante propuesto por el autor: “¿Era entonces el campesino un esclavo?”. Tal vez en su tiempo no se definía como tal, pero claramente cualquier descripción hacia el llamado Sistema Feudal, no es muy atractiva. El pensar moderno hace ver que las condiciones inhumanas, la dependencia excesiva, y el abuso por parte de los “Señores”, tienen muchas similitudes a lo que se define como “esclavitud”.

[1] Feudal o Feudalismo: Sistema de gobierno y de organización económica, social y política propio de la Edad Media, basado en una serie de lazos y obligaciones que vinculaban a vasallos y señores.

[2] Feudos: Espacio conformado por una aldea y hectáreas de tierra laborable.

Ahora bien, ¿será que eso definitivamente quedó para esa época? ¿La esclavitud definitivamente quedó abolida? Si analizamos un poco los anteriores interrogantes, y la sociedad actual, podemos ver que no ha cambiado mucho. Las extensas jornadas de trabajo, la sobreexplotación del recurso humano, y el trato miserable, hacia la mayoría de empleados y/o trabajadores, hacen ver que no estamos tan lejos, ni tan cambiados, como la mayoría pregona. Se vive este ritmo de vida para sobrevivir, para subsistir.

No solamente ocurre en las grandes ciudades. No hay que ir muy lejos. Nuestros campesinos están viviendo en esas condiciones. Trabajan para multinacionales y otras, que se encargan de arrasar con todo por lo que estas personas luchan día a día, y sin prácticamente ningún beneficio para estos, puestos que no les pagan ni la mitad de lo que valen sus cosechas. Dicho esto, ¿será que seguimos prácticamente en lo mismo, a diferencia que se cambiaron los nombres de los participantes?

Volviendo al libro, se dice que solamente la tierra era fuente de riqueza. No es como ahora, que industrias, maquinarias, etc., son primordiales a la hora de hablar de riqueza. Por esto, en ese tiempo había una constante pelea por las tierras. La Iglesia era el mayor terrateniente, quienes se dice que administraron sus tierras y riquezas mejor, y ayudaron a los pobres, y fundaron hospitales. Por esto, obtuvieron su título de nobleza. Estos, cada vez adquirían más y más tierras, por lo que surge que los sacerdotes no puedan tener hijos y el matrimonio. Se dice que si bien la Iglesia ayudó en gran parte, no lo hizo lo suficiente. Por esto un historiador de la época resume así: “El sistema feudal descansaba sobre una organización que, a cambio de la protección, que a menudo fue ilusoria, puso la clase trabajadora a merced de las clases ociosas y dio la tierra no a quienes la cultivaban, sino a los que pudieron apoderarse de ella”. No muy distinto a la actualidad. Gobernantes que regalan tierras a monstruos que solo desean más y más, carcomidos por la ambición.

Poco a poco, en la época empieza a surgir el comercio. No se había visto muy desarrollado gracias a vías de transporte en muy malas condiciones, asaltantes, y señores feudales que paraban a cualquiera que llevara una carga, para cobrar por el solo hecho de transitar por su vía. Los habitantes no se habían visto urgidos de crear una compra y venta, puesto que no gastaban mucho dinero, no tenían en qué, todo lo producía el feudo, a excepción de un par de cosas. Empiezan a surgir ferias y crecientes oportunidades comerciales en Francia y otros países de Europa. Se empieza a hablar de préstamos, pago de deudas, y de letras de cambio. Banqueros de la época empiezan a probar de la riqueza, quienes tenían negocios que se extendían por toda Europa, y por clientes tenían a reyes, papas, emperadores, príncipes y republicas y ciudades enteras.

Este hecho marcó un curso en la historia económica, ya que prueba cómo el desarrollo del comercio transformó todo un sistema basado en el poco uso del dinero.

Gracias al auge del comercio, se empieza a hablar de industria, y a promover el inminente crecimiento de ciudades. Estas nuevas ciudades que surgieron, fueron totalmente diferentes a las antes existentes, las cuales no tenían nada extraordinario, ni sedes de Gobierno que distinguieran una de otra.

Surge el “burgo”, que no eran más que lugares de protección para los comerciantes, por consiguiente, eran zonas con grandes movimientos de comercio. La gente de los pueblos empezó a trasladarse a estos lugares, ya que significaba oportunidades de trabajo para ellos.

No tarda en surgir la inconformidad por parte de terratenientes como la Iglesia, y los señores feudales. La gente prefería ir a conseguir oportunidad de vida en las ciudades, que quedarse trabajando en los pueblos, bajo el régimen del feudalismo. Se creyó que siempre vivirían del trabajo de campesinos, y no contaban con que el comercio les abriría nuevas puertas a su mente. Los comerciantes cada vez más se unían para expandirse, por lo que formaban grandes grupos para vencer a los bandoleros de las vías, y cuando viajaban por mar, hacían lo mismo para vencer a los piratas. En cuando a las restricciones feudales, decidieron crear grupos llamados “guilds” (gremios) o “hanses” (uniones mercantiles), para impedir frenar su expansión.

Parte de la nueva mentalidad de los habitantes de ciudades, es el concepto de libertad; libertad de sus tierras, de hacer sus propias leyes, de tener sus propios tribunales. Ellos querían mantener su propia “paz ciudadana”, no les bastaba con una paz y orden bajo el régimen feudal. Querían fijar sus impuestos a su manera. Se oponía a la multiplicación de los derechos feudales,

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