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Economia.


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  Prácticas o problemas  •  2.384 Palabras (10 Páginas)  •  224 Visitas

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¿Crees que las necesidades y anhelos humanos se podrán satisfacer en su totalidad alguna vez?

Es poco probable que así sea, pues generalmente tenemos más deseos que recursos disponibles para satisfacerlos. Por eso decimos que los problemas económicos se derivan de la ESCASEZ

En economía, “escasez” no quiere decir que haya poco de algo, sino que hay menos de lo que se necesita. Esto sucede porque las necesidades y los deseos humanos son ilimitados, pero los recursos con que contamos no lo son. Por ejemplo, todos queremos buena salud, una vida larga, comodidades materiales, seguridad, recreación física y mental, conocimientos y, muy importante, tiempo para disfrutar de todo ello. ¿Conoces a alguien que cumpla con todas esas condiciones? Podría ser, pero sería un caso raro.

Pongamos un ejemplo más real: estás en la cafetería de la escuela y te quieres comer una torta, pero también necesitas algunos materiales para tu clase. El problema es que el dinero sólo te alcanza para una u otra cosa: estás experimentando la escasez.

Pero no toda la escasez tiene que ver con dinero. Supongamos que quieres comenzar a correr en el parque por las mañanas, pero tienes una clase temprano. No puedes estar en dos lugares al mismo tiempo, así que tienes que decidirte por una de las opciones.

En las fichas siguientes veremos cómo la escasez nos obliga a elegir entre varias opciones, según nuestras necesidades y preferencias. La elección que hagamos estará determinada por nuestros incentivos, que nos llevan a aprovechar al máximo nuestros recursos, es decir, utilizarlos eficientemente.

De este modo, podremos ver a la economía como la ciencia de la elección, pues explica las decisiones que para enfrentar la escasez toman los individuos y las sociedades.

El TRUEQUE, que fue la primera forma de intercambio, consiste en el cambio mutuo de bienes y/o servicios entre dos personas. Esta idea parece muy sencilla, pues nos permite cosas que nosotros no podemos producir a la vez que obtener frutos de nuestro trabajo. Sin embargo, el trueque puede resultar muy complejo.

Supongamos que un campesino desea adquirir un borrego y a cambio puede dar frijol. Lo primero que tendría que hacer es encontrar a alguien que esté dispuesto a ofrecer un borrego. Pero esto no bastaría, pues el dueño del animal además tendría que aceptar frijol a cambio de su borrego.

Finalmente, y aquí es donde está la mayor dificultad, habría que determinar cuántos kilos de frijol equivalen a un borrego.

Por eso se dice que la condición indispensable para el truque es la DOBLE COINCIDENCIA.

Con el paso del tiempo se han ido adaptando medidas más eficientes para intercambiar. En primer lugar se usaron objetos de fácil transportación y de relativa escasez para que tuvieran un valor, como algunos granos, especias y cacao que fueron utilizados como dinero. Estos objetos tenían el inconveniente de que no eran muy duraderos en ciertos climas y formas de transportación, así que se fueron sustituyendo por metales preciosos. Posteriormente se les fue dando forma y acuñación a estos metales, originando las monedas y tiempo después surgieron los billetes.

Una de las principales funciones de un banco central, que en nuestro país es el Banco de México, es proveer billetes y monedas para que se puedan llevar a cabo las transacciones en forma eficiente y sin mayores contratiempos. Por eso el banco central debe asegurarse que la cantidad de dinero en circulación corresponda con las necesidades de la economía.

En la práctica, el banco central no provee directamente los billetes y monedas a la gente, sino que los pone en circulación a través de los bancos comerciales. Estos billetes están respaldados por oro o algún equivalente, en las reservas del banco.

Para poder sacar el máximo provecho al derecho de la emisión de billetes, el costo de fabricarlos debe ser menor que el valor que tienen en el mercado. La ganancia que resulta de esta diferencia queda en las manos del banco emisor.

De 1925 a 1968, los billetes de México fueron impresos por la empresa American Bank Note Company en Nueva York. Esta empresa no tenía competencia y por eso podía imponer las condiciones que quisiera. Esto no le convenía al Banco de México y por eso se tomó la decisión de fundar una fábrica propia.

La obra requirió de una cuidadosa planeación integral en materia de localización, construcción, medidas de seguridad, equipamiento y capacitación. Gracias a la colaboración de empresas como la Waterlow & Sons, y De la Rue Giori, los esfuerzos fructificaron y los técnicos mexicanos en impresión de papel moneda quedaron debidamente capacitados. Así fue que a partir de 1969 comenzó a funcionar la Fábrica de Billetes del Banco de México.

La elaboración de billetes en la Fábrica del Banco de México ha sido obra de técnicos y artistas que diseñan, graban y producen los billetes en su totalidad. Gracias a la experiencia y la técnica que poseen, han conformado una verdadera escuela que tiene la capacidad de fabricar no sólo billetes mexicanos, sino también de otros países, lo que ha dado prestigio a nuestros técnicos y artistas.

El primer billete producido en México fue de 10 pesos, tenía la figura de Miguel Hidalgo y Costilla y se lanzó a circulación a principios de los años setenta.

Emitían dinero sin control y cedían créditos de manera excesiva.

Los bancos públicos, antecedentes de los bancos centrales de hoy, surgieron para controlar y evitar esta situación.

El primer esfuerzo por consolidar un banco central en México estuvo a cargo de Agustín de Iturbide, en 1822. Sin embargo, las condiciones económicas y políticas del momento frustraron este intento. Más adelante, en 1830, se fundó el Banco de Avío, con el objetivo de fomentar el comercio y la industria, pero una vez más su alcance y vida fueron cortos.

Durante el Porfiriato los bancos regionales podían emitir moneda que tenía aceptación local, pero sólo el Banco de

Londres y México, y Banamex podían emitir moneda a nivel nacional. En 1884, Banamex estuvo muy cerca de convertirse en banco central, ya que fue a la vez emisor y prestatario del

Gobierno Federal.

Durante la Revolución, diferentes grupos revolucionarios emitieron billetes para poder financiar su lucha. Por su parte, los bancos de emisión se vieron obligados por el gobierno de Victoriano

Huerta (1914) a prestarle dinero para sostener su guerra contra los constitucionalistas.

Al término de la lucha armada se estableció

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