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Edipo, hijo de Layo y Yocasta

orianaceresole19 de Abril de 2015

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Edipo, hijo de Layo y Yocasta, reyes de Tebas, es abandonado de niño para que se muera, al conocer por una profecía que será el asesino de su padre. Pero el niño es salvado y adoptado por el rey de Corinto. Sin conocer sus orígenes, regresa a Tebas cuando ya es adulto y se cruza en su camino con Layo. Tras una discusión, lo mata, sin saber que era su padre. Posteriormente contrae matrimonio en Tebas con la viuda del rey, es decir, su propia madre.

Edipo, hijo de Layo

Realizado y escrito por Pier Paolo Pasolini, el filme se basa en las tragedias “Edipo rey” y “Edipo en Colona”, de Sófocles, escritas en el siglo V A.d.C., y en experiencias personales. Se rodó entre abril y julio de 1967, en Bolonia, Marruecos y la Toscana y en los estudios Dino de Laurentis (Roma). Nominado al León de oro de Venecia, gana dos Nardo d’Argento.

La acción comienza el año 20 en Tebas (Grecia) y termina en las afueras de Tebas en torno al año 65. La película contiene elementos de análisis autobiográfico, que se concentran en la primera mitad del filme. Temeroso de padecer el síndrome de Edipo, Pasolini decide enfrentarse a él con la realización de la obra. La película sitúa al espectador ante una realidad inquietante para provocar en él reacciones de rechazo: la vida es una experiencia dramática y trágica, en la que la frustración y el dolor proliferan y se imponen; la vida es caprichosa y azarosa con los seres humanos, a los que trata como si fueran juguetes del destino; la vida se presenta revestida de una tupida apariencia de fatalismo, engañosa y falsa, que mueve a las personas a renunciar a la gestión de su futuro. El oráculo de Apolo no dice la verdad, el destino no está predeterminado, la fatalidad no es imperativa. A Edipo le falta información sobre sus orígenes y por ello se equivoca. No conoce su pasado y no lo investiga. Ante indicaciones inciertas, huye atemorizado y sin pensar. La parábola del joven Edipo sugiere la necesidad de buscar la verdad y abandonar los mitos fatalistas. Los seres humanos pueden y deben gobernar su destino. La parábola del anciano Edipo ciego sugiere que la ceguera de espíritu del joven Edipo era más terrible. Pasolini retoma el tema en obras posteriores y lo lleva a niveles de paroxismo en Sal√≠¬≤.

La narración mezcla ficción y recuerdos personales, en una serie de secuencias que traslada los hechos de los años 20 en Tebas a los últimos de la IIGM en Bolonia (donde nace en 1922). Hace evidente la distorsión cronológica con indicaciones ostentosas (bandera italiana monárquica colgada en un balcón). Los sucesos de los años 20 a 40, los sitúa en Grecia (Corinto y Tebas) y los de los años 60 los traslada a 1965/67 en Bolonia. La manipulación temporal es un recurso que el autor utiliza en otras obras. En este caso le permiten reforzar el sentido autobiográfico, recordar al espectador que asiste a un relato de ficción, despertar en él sospechas de ser objeto de manipulación, moverle a no aceptar el mito e incentivarle a buscar la verdad.

La música incorpora fanfarrias, un fragmento del “Cuarteto de disonancias”, de Mozart y canciones del folklore de Rumanía, Japón y Marruecos. La fotografía hace uso de una cámara inquieta y observadora, que realiza barridos del paisaje, encuadra perspectivas amplias y profundas y usa con preferencia colores terrosos. El guión, de diálogos escasos, pone en boca de Tiresias afirmaciones sobre la fuerza y la eficacia del saber.

El rey Layo de Tebas (Luciano Bartoli) y su esposa Yocasta (Silvano Mangano) son padres de un niño sobre el que pesan augurios que aseguran que matará al padre y tomará a la madre por esposa. Layo ordena a un esclavo que le dé muerte en el monte Citerón, pero enternecido lo abandona. Es recogido por un pastor que lo ofrece al rey Pólibo de Corinto. √âste y su esposa Merope (Alida Valli) lo adoptan como hijo. Su posición afortunada le permite llevar una vida de ocio y caprichos. Visita al oráculo de Apolo para conocer su futuro. Horrorizado por las revelaciones y con el propósito de salvar la vida de Pólibo, huye en un viaje sin rumbo, que le lleva a Tebas. Edipo, ciego, se sirve de la ayuda de un lazarillo, que es su hija Antígona.

Edipo, el hijo del caos

La reflexión acerca de ésta tragedia nos debe conducir a preguntarnos hacia quién está escrita. El público que la recibió por primera vez (el pueblo griego) era tan fuerte que soportaba la crudeza y el dolor de la historia. Es toda la tragedia un espectáculo, una ventana en donde asomarnos a la máxima tempestad sin que nos toque ni una gota; siendo esto mismo un ejercicio educativo en donde podemos aprender que la vida muchas veces nos conduce por caminos azarosos.

Es mucha la sabiduría que puede esconder una película inspirada en una tragedia griega, pero tal y como la enfoca el intelecto de Pasolini, nos conduce a pensar en la vida como aprendizaje y realización de nuestro personaje asignado por los dioses. Finalmente acabamos donde empezamos, sólo que habiendo cometido infinidad de errores, con un recuerdo de lo ocurrido y con un sentimiento de acabamiento de lo hecho que produce cierta melancolía sin rencores y sin juicios morales.

Cuando Pasolinifilma Edipo reyen 1967, todos leíamos a Mircea Eliade, en El mito del eterno retorno. Creo que de ahí parte la lectura que Pasolini hizo de Edipoy que filmó en Turquía, con música búlgara. Su aproximación no proviene de Freud, sino de la antropología de la religión y de su preocupación social y es por eso que el prólogo sitúa el nacimiento de Edipo en una villa lombardade la Italia presfascista, y el épílogo lo sitúa, ya ciego y errante, en la Bolonia de los años 60.

Pasolini coloca a su Edipo encuatro coordenadas de calado ético y social: ceguera y destino, caos y destrucción social.

Injustamente, Edipo es maldecido por el destino antes de su nacimiento: será esposoe hijo de su madre, padre y hermano de sus hijos, asesino de su padre.Y por ello es abandonado en medio del desiertopara que muera. Sin embargo, ese mismo destino decide que no ha de ser así, y Edipo es recogido y adoptado por los reyes de Corinto. Ciego ante esta verdad, que desconoce,Edipo crece feliz yorgulloso de sí mismo por ser el hijo de los reyes, con la ceguera inconsciente de la juventud alevosa, pero, enfrentado al misterio insondable del oráculo, éste le desvelará su terrible destino.

Edipo, horrorizado, confundido acerca de sus orígenes, ciego ante la verdad que no conoce, decide abandonar a quienes cree sus padres para eludir ese destino: esto no hará sino acercarlo a él. Como en el cuento persa, el destino le aguarda al final de la huida.

Pasolini sitúa a su Edipo con los ojos cubiertos en cada cruce de caminos. Gira sobre sí mismo, inconsciente, cegado y el destino lo lleva, lo va llevando insensiblemente hasta el crimen de Layo. Por una minucia y un mal entendido orgullo, Edipoencuentra a su verdadero padre y le da muerte, ignorando su verdadera identidad: es decir, lo mata ciegamente. Envalentonado, mata también a la Esfinge que aterroriza a los tebanos y recibe el premio-castigo prometido: casarse con la reinaYocasta, su madre. AYocasta, Edipo la ama fogosamente, furiosamente. Sin saber que es su madre, en ella encuentra todo lo que desea. Y ella enél.Pero el desorden ético, moral y socialse hace presente cuando aparece la peste y mueren animales, hombres, niños en toda la ciudad. ¿Quién, dice Edipo es responsable de todo esto? Edipo sigue ciego e inconsciente, ignorando que él es el origen del caos y de la destrucción.

Cuando aparece Tiresiasy le previene sobre la cruel verdad, Edipo no cree que va a incriminarle, y provoca al viejo: leexige que hable.Y cuando habla el ciego proyecta, el único que ve lo que no es aparente, el que puede por ello conocer la verdad, Edipo ya no puede seguir estando ciego.

Yocasta, horrorizada por el crimen, se ahorca y Edipo, que ahora ve la realidad, se ciega. Es la paradoja del mito. Coge el alfiler del vestido de su madre-amante y se arranca los ojos.

Desde el momento en el que conoce la verdad, Edipo debe errar por el mundo. Pero el Edipo de Pasolini acabará en las calles de la Bolonia de los años sesenta. Porque su Edipo es un hombre contemporáneo, que se ve arrastrado, inerme, por un destino que desconoce, ante el que está ciego. Y ese hombre nunca llega a saber que él mismo es el causante del caos que se desata en el mundo, y cuya destrucción él ha originado. El hombre moderno es un hombre ciego, que desoye las voces del destino; un hombre que, vendado, gira sobre sí mismo y toma a ciegas un camino sin saber hacia dónde es llevado: siempre ciego, y siempre inconsciente de lo que vendrá. Hasta que el caos y la destrucción se asientan en su vida, rompiéndola. Entonces ve. Y empieza a recorrer el mundo, ya olvidado de sí mismo.

Aspectos de tragedia griega en el cine: el Edipo re de Pasolini

Las antiguas culturas griegas y latinas están en la base de la cultura europea contemporánea. Sólo la influencia de la cultura hebraica a través de las corrientes cristianas tiene una presencia comparable en este entorno. Nada de particular resulta entonces que el séptimo arte las refleje desde sus propios inicios. Abundantes temas sobre la historia de la Roma antigua y algunos apuntes sobre Grecia convierten el cine en una fuente de leyendas clásicas aderezadas al gusto de la cultura de consumo del siglo veinte, por lo menos hasta los años sesenta, aún cuando nunca han dejado de producirse esporádicamente. Desde los setenta y antes, las series de TV han hollado también estos senderos. Este corpus formado por varios centenares de películas refleja, decía, argumentos históricos convertidos en

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