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odaliz02024 de Octubre de 2012
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Una decisión por consenso, por lo tanto, es aquella que se toma gracias al acuerdo de una mayoría pero, a su vez, tratando de minimizar el nivel de conflicto con la minoría. Esto quiere decir que una decisión tomada por la mayoría no siempre implica un consenso, ya que puede avasallar la opinión de la minoría.
El consenso no requiere el consentimiento activo de todos los involucrados: alcanza con que, quienes se oponen la decisión, atenúen su rechazo y toleren la disidencia. Gracias al consenso, una sociedad puede alcanzar la paz social y la convivencia armónica.
m. Consentimiento o acuerdo, especialmente el de todas las personas que componen una corporación, dos o más partidos políticos, un grupo social, etc., en torno a un tema de interés general:
Disenso:
Desacuerdo, disentimiento. No se ajusta al parecer de otra persona. La expresión de la falta de consenso es el disenso.
Según filósofos modernos como Martín Buber y Martín Heidegger, todo hombre se conoce a sí mismo sólo tras un encuentro con otro. Ese “otro” que llamamos “tú” es igual a mí, pero diferente. Es decir, es igual en el sentido de también ser un “yo” desde su perspectiva: poseer pensamientos, sentimientos e ideas propias; pero es distinto en cuanto no es el “yo” que yo soy y está totalmente fuera de mí. Entonces “yo” soy aquel en el que sus actos dependen sólo de mí, sus sentimientos y pensamientos sólo son conocidos por mí; y el otro es aquel que posee estas mismas dimensiones, pero están fuera de mí; es a través del cual me puedo conocer al descubrir nuestras diferencias; es el que me ve como “otro”. Esa relación de retroalimentación de ambos nos hace crecer y descubrir que no sólo somos “yo” para nosotros mismos, sino que también somos “tú” para el otro.
Del latín alterĭtas, alteridad es la condición de ser otro. El vocablo alter refiere al“otro” desde la perspectiva del “yo”. El concepto de alteridad, por lo tanto, se utiliza en sentido filosófico para nombrar al descubrimiento de la concepción del mundo y de los intereses de un “otro”.
La alteridad implica ponerse en el lugar de ese “otro”, alternando la perspectiva propia con la ajena.
La alteridad también puede entenderse a un nivel más amplio. El encuentro entre dos países o dos pueblos implica poner diferentes formas de vida frente a frente. Si hay voluntad de alteridad, la integración podrá ser armónica, ya que cada pueblo respetará las creencias del otro. Ese diálogo, por otra parte, enriquecerá a ambos. En cambio, si no hay alteridad, el pueblo más fuerte dominará al otro e impondrá sus creencias. Eso ocurrió, por ejemplo, a partir de la llegada de los conquistadores europeos a América.
a filosofía de Hegel da a la alteridad, con el nombre de «lo otro», un lugar destacado, y hasta necesario, en la constitución del sentido (y de la realidad) de las cosas. Todo es lo que es, pero la comprensión de lo que algo es depende de comprender lo que no es, porque nada «es» simplemente; todo se relaciona -dialécticamente- con todo. Lo finito no es sólo un límite cuantitativo; es la negación de todas las otras cosas que puede ser: no ser (cualitativamente) estas otras cosas es su sentido. Entre las cosas que para ser plenamente necesitan del «otro» está en particular el «yo». El término “alteridad” se aplica al descubrimiento que el “él” hace del “otro”, lo que hace surgir una amplia gama de imágenes del otro, del “nosotros”, así como visiones múltiples del “él”. Tales imágenes, más allá de las diferencias, coinciden todas en ser representaciones más o menos inventadas de personas antes insospechadas, radicalmente diferentes, que viven en mundos distintos dentro del mismo universo.
Identidad (filosofía), la relación que toda entidad mantiene solo consigo mis
Del latín
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