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El Principe

jufex26 de Marzo de 2013

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El Príncipe

Textualmente, el libro “El Principe” de Nicolás Maquiavelo habla sobre todos los tipos de principados que puedan existir, como los nuevos, los hereditarios, los eclesiásticos, etc..., así como de los tipos de ejércitos que pueden existir, otro punto a destacar también es sobre las personas de las cuales hay que cuidarse y, sobre las cuales hay que confiar, todo apoyado por ejemplos basados en hechos históricos. La mayoría de los referidos hechos, son de Italia, Francia y, España. Además, muchos ejemplos de situaciones actuales (para el por cierto), habla sobre los papados y sobre el reinado de Fernando de Aragón, los cuales eran contemporáneos a él. Es decir, “El Príncipe” es un tratado sobre el poder y su ejercicio.

A través del paso del tiempo y una vez comprendida cabalmente la lectura, es fácil considerar a “El Príncipe” como un manual de gobierno, toda vez que el autor se guía por la mente del hombre y las posibles reacciones a diversas situaciones.

Capítulo I: De las varias clases de principados y del modo de adquirirlos

La clasificación realizada por Maquiavelo nos habla de las diferentes clases de principados: hereditarios y nuevos (como continúa sucediendo en la actualidad). Los hereditarios son trasladados entre diferentes cabezas, pero siempre dentro de la misma familia y se heredan de generación en generación. Los nuevos surgen porque nace el estado de la división de otro y ahí se da al menos un nuevo principado. Otra fuente de generación de nuevos principados, recae en las conquistas y, desde luego, las nuevas provincias surgidas de las conquistas mismas.

Capítulo II: De los principados hereditarios

En el caso de los principados transmitidos dentro de la misma familia, la gente está acostumbrados a ver reinar a la familia del príncipe, lo cual resulta ventajoso comparativamente, porque hay menos dificultad en conservar dichos principados que cuando son de nueva creación. Al arribar al poder un príncipe heredero deberá continuar con el mismo orden acostumbrado por su predecesor y actualizar su mandato con su presente.

Capítulo III: De los principados mixtos

Habla de los principados mixtos, cuando el principado no es nuevo sino añadido a un principado antiguo. Dicha unión se llama principado mixto, el cual cuenta con problemática específica, derivada de las envidias y disputas por el poder. Pareciera proyectado a nuestros días, pero Maquiavelo relata que a quienes ayudaron a un príncipe a llegar al poder, tiene que corresponderles con algún cargo público y en caso contrario se generarán más conflictos que en el transcurso del mismo, se sumaran nuevos individuos y hasta grupos de ellos.

En el caso de los principados mixtos, cuando cuentan con la misma lengua y costumbres se facilita en gran medida conservarlos, especialmente si no están habituados a vivir libres. Para poseerlos con seguridad se requiere haber extinguido la descendencia del príncipe que reinaba en ellos.

Derivado de la ambición los príncipes, estos llegan a conquistar, surge la idea de expansionismo y por lo cual empiezan a conquistar territorios.

Capítulo IV: No rebelión, contra sus sucesores, del reino de Darío ocupado por Alejandro después de su muerte

Derivado del uso de la inteligencia y ambición, los sucesores de Alejandro conservaron los estados que este había conquistado.

Capítulo V: De qué manera deben gobernarse los estados que, antes de ocupados por un nuevo príncipe, se regían por leyes propias.

Cuando un príncipe quiere conservar aquellos Estados que estaban habituados a vivir con su legislación propia y en régimen de república, es preciso que abrace una de tres:

1. Arruinarlos

2. Ir a vivir en ellos

3. Dejar al pueblo con su código tradicional, obligándole a pagar contribuciones anuales, creando en el país un reducido tribunal encaminado a consolidar su poder.

Capítulo VI: De los principados que se adquieren por el valor personal y con las armas propias.

Se refiere a las ocasiones en que un príncipe o monarca decide invadir a otro estado por uso de la fuerza armada, para establecer ahí otra reglamentación y cambiar de forma completa el estilo de vida que había adoptado la sociedad invadida.

Capítulo VII: De los principados nuevos que se adquieren por la fortuna y con las armas ajenas.

Quienes fueron elevados al principado por la sola fortuna, llegan a él sin mucho trabajo, pero por gusto, pretenden no perderlo, aunque pareciera que por todas partes, son perseguidos por los obstáculos. En estos casos, el príncipe consiguió su Estado de una de las dos maneras siguientes:

A) Comprándolo

B) Haciéndoselo dar por favor.

En los casos anteriores los príncipes no saben, salvo contadas excepciones, como reinar bien toda vez que ha vivido la mayor parte de su vida, como gobernado y no como gobernante. Por otra parte, los Estados formados de forma repentina, recordemos que lo que fácil viene, fácil se va. El primer golpe de la adversidad los arruina, los príncipes creados por improvisación carecen de esa energía necesaria para conservar lo que han obtenido por la suerte o fortuna, claro, en caso de no contar con las mismas bases que los demás príncipes se habían formado, antes de llegar a ser un príncipe.

Capítulo VIII: De los que llegaron a príncipes por medio de maldades.

Este título lo expica por si mismo, cuando llegan al poder personas simples, ascienden de una clase normal a una posición de príncipe a través de la corrupción y la traición a su príncipe original.

Capítulo IX: Del principado civil.

Es el caso de que una persona común llega a hacerse príncipe, sin valerse del uso de la fuerza bruta. Para adquirirlo, no hay necesidad alguna de uso de violencia o la fortuna más bien del uso de astucia. Nadie se eleva a esta soberanía sin el favor del pueblo o de los grandes. Siempre en toda ciudad existen dos principales inclinaciones:

A) Una proviene de que el pueblo desea no ser dominado y oprimido por los grandes y,

B) La otra de que los grandes desean dominar y oprimir al pueblo.

Del choque de lo anterior se establece una de las tres opciones:

A) Del principado. se promueve por el pueblo o por los grandes

B) De la república

C) De la licencia y la anarquía.

Si los grandes ven que no les es posible resistir al pueblo, comienzan por formar una gran reputación a uno de ellos y, dirigiendo todas las miradas hacia él, acaban por hacerle príncipe, a fin de poder dar a la sombra de su soberanía, rienda suelta a sus deseos. Caso con grandes similitudes al actual caso de México.

Capítulo X: Cómo deben medirse las fuerzas de los principados.

Los príncipes deben sostenerse por sí mismos apoyados por sus hombres y su dinero para formar el necesario ejército. En la aplicación de justicia se debe aplicar la fuerza para una mayor equidad y crear así un mayor orden público procurando que los habitantes del principado vivan en armonía con seguridad y tranquilidad.

Capítulo XI: De los principados eclesiásticos.

Únicamente necesita de reconocimiento por su labor espiritual, con en el caso de los papas quienes ejercen el poder por medio de la ideología y por mas de mil años manipularon y dominaron los principados.

Capítulo XII: De las diferentes clases de milicia y de los soldados mercenarios.

Las tropas se integran por gente que está dispuesta a servir a su nación pero es importante reconocer y controlar a los sujetos ambiciosos sobre todo de los soldados mercenarios, quienes tienen más deseos de Poder y podrán en un futuro traicionar fácilmente. Pero por otra parte, en la guerra son sanguinarios y no tienen compasión alguna por la vida humana, es entonces cuando pueden en batalla alcanzar un gran número de victorias.

Capítulo XIII: De los soldados auxiliares, mixtos y mercenarios.

Los soldados mercenarios expulsaron a los ingleses del territorio franco, que por más de 100 años habían estado establecidos en Francia. Todos los pobladores de Francia formaron un gran ejército con el que fueron derrotando paulatinamente a los Ingleses hasta lograr expulsarlos.

Capítulo XIV: De las obligaciones del príncipe en lo concerniente al arte de la guerra.

El principal propósito de El príncipe es el de enseñar el orden y la disciplina de los ejércitos. La guerra se justifica en el propósito con el que se llevo a cabo, el príncipe tiene que pensar la situación de tal manera que solo declare la guerra en casos necesarios o de interés.

Capítulo XV: De las cosas por las que los hombres, y especialmente los príncipes, son alabados o censurados.

La diferenciación otorgada por el poder mismo, atrae las miradas y las alabanzas o en caso contrario, la gente reprueba tal poder, todo deriva de gustos, preferencias y tendencias distintas.

Capítulo XVI: De la liberalidad y de la miseria.

La liberalidad es con la que un hombre se conduce en la sociedad, sin tener limitantes o ataduras, a los dueños de poder se llama oligarquía que es el poder de pocos en perjuicio de la gran mayoría. Al ejercer esta conducta se debeía ser sumamente cuidadoso puesto que ese liberalismo atenta contra el poder de los príncipes quienes ejercían un poder absoluto.

Capítulo XVII: De la clemencia y de la severidad, y si vale mas ser amado que temido.

Al príncipe no le conviene dejarse llevar por el temor de sus gobernados, aunque si necesita de dicho temor para conservar unidos a sus gobernados. A un príncipe nuevo le es dificilísimo evitar la fama de cruel, a

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