El fútbol

Desarrollo

El fútbol es el fiel espejo de la sociedad, el cual nos define como seres pasionales, hermanados socialmente

por un escudo que une conciencias, que nos hace polemizar y también emocionar. Para el verdadero hincha, el aficionado, el que sigue a su equipo incondicionalmente, el fútbol es todo en su vida, es una verdadera pasión que lo hace feliz y lo hace sentirse orgulloso de ser hincha de su cuadro.

La violencia en éste deporte nos sumerge en un problemática social muy difícil de resolver. A veces el nivel de pasión de los hinchas por los choques entre aficiones provoca problemas que derivan, en gran parte, en la violencia.

Podemos notar que la violencia en el fútbol surge casi desde los orígenes del mismo, ya que en cualquier contexto social al que nos remontemos podemos encontrar situaciones con ciertas formas de agresión y violencia en varios aspectos. Los hechos violentos se manifiestan de formas diferentes según la sociedad y la época.

La violencia en el fútbol es un problema social, esto es debido a las causas y las consecuencias de éste fenómeno. Ambos, causas y consecuencias nacen y repercuten en la sociedad, y parte de ella provoca, incentiva y concreta la violencia. Así las consecuencias vuelven a los generadores, es decir es una relación de ida y vuelta, aunque muchas de las veces dichas consecuencias las sufren personas que se encuentran al margen de los actos de violencia en este deporte. Con respecto a los resultados de los comportamientos violentos, podría decirse que la mayoría son físicos (agresiones y muerte). También destacamos

las consecuencias en la integridad de las personas involucradas, a lo que se le suma la pérdida del verdadero sentido de este deporte recreativo, competitivo-espectáculo: el fútbol.

En la actualidad encontramos un grupo de personas, bastante numeroso, que no posee valores, que los ha perdido y que incentiva a otros para que los pierdan. El egoísmo, la violencia, el individualismo y varios “anti valores” más se apoderaron de muchos ciudadanos.

Pero para hacer alusión a este hecho social (la violencia) debemos distinguir entre dos tipos de hinchas: los hinchas son aquellos que concurren a la cancha, jóvenes, adultos, ancianos, niños, que tienen una relación afectiva con el club: amor por los colores, por la institución, por el equipo, por los jugadores. Aquellos que siguen de forma pacífica e incondicional al cuadro de sus amores. Si bien estas personas están en contra de la violencia, tienen algunos comportamientos violentos en su estado de euforia dentro de la cancha con sus cánticos, insultos, etc. Pero que generalmente no pasan más de eso. Por otro lado se distingue a la otra parte de la hinchada que son los “barra bravas”. Ésta categoría se distingue generalmente por tener una relación económica y/o política con el club y agentes extras (dirigentes, políticos, jugadores, técnicos etc.) Acá vemos que el “barra brava” pasa a tener un vínculo que le permite beneficios y queda en segundo plano el amor que siente por su cuadro.

Es importante destacar que los “barras bravas” logran mantener esta relación por la debilidad o la falta de ética de dirigentes, jugadores, técnicos y políticos, que también

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