Elecciones

Es frecuente notar en los candidatos y ganadores cierto escepticismo marcado a la hora de presentar un proyecto fáctico, y como ya he dicho antes, tangible. Esto debido a distintas circunstancias, en las cuales no me concentraré. Ya se dieron las elecciones, hay un resultado, las cartas están publicadas, ahora lo que viene es analizar con precisión las falencias y los logros de tal proceso.

A consideración de Juan Rivera la universidad viene presentando un mejoramiento continuo, un cambio en su estructura, alguna especie de evolución. En la voz de David Rodríguez el asunto no es tan alentador, ya que este es vehemente y visceral en la crítica frente a aquello de la organización, estructura y sistematización de los votos, su tiempo de publicación, y la falta de participación en esa precisa metodología planeada por la universidad.

Parece ser contundente la apreciación de Rodríguez frente a su ya aceptación del resultado, pero también frente a su actual sentir en cuanto a la forma y materia de las elecciones. Es preciso acotar que tales raciocinios en los procesos “infra políticos” tienen una respuesta en la gente, en los votantes, ya que despiertan el fenómeno de la desconfianza. Rivera ha dicho que su compromiso con la transparencia y la comunicación es constante, tan es así que este periodo reelecto pensará en fortalecer esos lazos estudiantiles, punto en el cual David Rodríguez, enfatiza, diciendo: se requieren resultados no antes vistos, con innovación, diferente a la política institucional. Lo que si es cierto es que estos procesos democráticos fortalecen el debate, aunque no hubo espacios de intercambio y refutación, por lo demás si se moviliza a la comunidad, haciendo hincapié también, en el aún muy grande índice de abstencionismo presentado.

Sobre lo anterior quiero agregar lo siguiente: estas abstenciones han sido la costumbre repetitiva y presente en Colombia, razón por la cual aquellos críticos posteriores al debate electoral (no votantes) parecen ser críticos y opinantes culpables que más allá de la ineficacia de sus comentarios a posteriori a la elección, se convierten en responsables de la estructura implantada y ratificada con “dolo inconsciente” transitando como “ciudadano nulo” sin decisión y consciencia. Hago salvedad, que en Colombia existe la posibilidad en toda elección de esta índole, de votar en blanco, prueba de que si bien el acto de sufragar puede no ser en particular por algún candidato, es cabal hacerlo por la figura antes descrita.

Al parecer esa es una de las causas de nuestra dependencia de aquel fenómeno y comportamiento fluctuante que sigue alimentando el subdesarrollo latente de este país.

Las elecciones volverán y se requerirán candidatos con fuerza vinculante, es un acierto para la consolidación en grueso de la Tadeo, el debate es imprescindible, su ampliación, las ideas deben ser el frente de la pugna electoral, manteniendo claro el camino del respeto y la diversidad.

El representante Rivera debe tener claro que su labor no es personificada, sino al contrario fortalecedora de las comunicaciones, esas mismas, que los estudiantes siguen solicitando, debe entonces apaciguar las criticas teniendo en cuenta que las propuestas deben ser factibles y llevar a resultados que sean perceptibles por el estudiantado; esto no como interés particular de quien escribe esta columna, sino como realidad fáctica de lo que ocurre en Colombia y por lo cual se mueven las fuentes de apoyo político.

Por otra lado Rodríguez tendrá que revivir sus propuestas a lo largo del periodo de representación, las cuales debe orientarlas hacía el conocimiento público, por medio de planteamientos sólidos, aprovechando los 10 comités que logró con su equipo obtener; haciendo remembranza también de lo siguiente uno de los aspectos por los que difícilmente un factor distinto

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