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Elegía Interrumpida.Octavio Paz


Enviado por   •  3 de Mayo de 2014  •  2.250 Palabras (9 Páginas)  •  2.588 Visitas

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Elegía interrumpida, Octavio Paz

Octavio Paz fue escritor mexicano nacido en Ciudad de México en 1914. Junto con Pablo Neruda y César Vallejo, Octavio Paz conforma la tríada de grandes poetas que, tras el declive del modernismo, lideraron la renovación de la lírica hispanoamericana del siglo XX. Los intereses literarios de Octavio Paz se manifestaron de manera muy precoz, y publicó sus primeros trabajos en diversas revistas literarias. Estudió en las facultades de Leyes y Filosofía y Letras de la Universidad Nacional.

En 1936 Octavio Paz se trasladó a España para combatir en el bando republicano en la guerra civil. Al regresar a México fue uno de los fundadores de Taller (1938) y El Hijo Pródigo. En 1955 fundó el grupo poético Poesía en Voz Alta, y posteriormente inició una colaboración en la Revista Mexicana de Literatura y en El Corno Emplumado. En las publicaciones de esta época defendió las posiciones experimentales del arte contemporáneo.

A grandes rasgos cabe distinguir tres grandes fases en su obra: en la primera, el autor pretendía penetrar, a través de la palabra, en un ámbito de energías esenciales que lo llevó a cierta impersonalidad, pues esa fue su etapa de neomodernista; en la segunda entroncó con la tradición surrealista, antes de encontrar un nuevo impulso en el contacto con lo oriental; en la última etapa de su trayectoria lírica, el poeta dio prioridad a la alianza entre erotismo y conocimiento. Experimentación e inconformismo pueden ser dos de las palabras que mejor definen su labor poética. El mismo Paz reconoció que en su formación "fundamentales fueron los surrealistas, con quienes hice amistad en el año 46 o 47, que en esa época estaban más cerca de los libertarios".

Elegía interrumpida es un poema escrito por el autor en año 1948 e incluido en libro de poesía Libertad bajo palabra (1960) y que se ubica en la sección nombrada Puerta condenada.

Según la definición, la elegía es un subgénero de la poesía lírica que designa por lo general a todo poema de lamento. La actitud elegíaca consiste en lamentar cualquier cosa que se pierde: la ilusión, la vida, el tiempo, un ser querido, un sentimiento, etc. El tema funerario ha dominado este genero por lo que comúnmente se entiende por elegía el llanto poético por la muerte de un ser querido o personaje de gran importancia pública. Elegía interrumpida tiene por tema principal la muerte y está escrita en forma de verso libre.

Este poema está compuesto por siete versos, cinco de los cuales empiezan por una misma frase: “Hoy recuerdo a los muertos de mi casa”; podemos supones que el autor se refiere a sus padres en los dos primeros versos y a otro familiar que, en mi opinión, fue su abuelo. El primer verso, por lo visto, está dedicado a su padre, ya que éste murió en 1935 arrollado por un tren. Es una muerte horible, pero rápida. De esto mismo habla Octavio Paz en su poema: “Al primer muerto nunca lo olvidamos, aunque muera de rayo, tan aprisa que no alcance la cama ni los óleos.” Lo mismo en el segundo verso, donde, al parecer, describe la muerte de su madre que al contrario de la de su padre, fue lenta y dolorosa: “La que murió noche tras noche y era una larga despedida, un tren que nunca parte, su agonía”. En tercer verso encontramos otra imágen de alguien cercano al autor, que puede ser su abuelo, Ireneo Paz, aunque no es de todo seguro. La figura de esa tercera persona aparece en el poema como la muy recordada en casa del autor, pues dice: “De sobremesa, cada noche, la pausa sin color que da al vacío o la frase sin fin que cuelga a medias del hilo de la araña del silencio abren un corredor para el que vuelve”. Aquí “las frases que se cuelgan a medias” pueden ser los recuerdos de los familiares a través de los cuales se abre un corredor metafórico por el que puede volver esa persona muerta. Pero “ alguien entre nosotros se levanta y cierra bien la puerta”, la puerta de las memorias en la que se recuerda a la persona difunta, y la cierran, porque estas memorias pueden herir y es mejor dejar el pasado atrás. En los siguientes versos Octavio Paz reflexiona sobre el tema principal del poema que es la muerte y es donde se desenvuelve totalmente la elegía.

Lo que destaca en este poema son las imágenes muy líricas de gran belleza que, especiamente en los primeros tres versos, de algún modo ponen en movimiento la acción que descrie el autor, por ejemplo: “Oigo el bastón que duda en un peldaño, el cuerpo que se afianza en un suspiro, la puerta que se abre, el muerto que entra”. Esas estrófas describen la acción de tal modo que el lector puede “ver” la muerte de la que habla Octavio Paz. Otras figuras literarias que escontramos en estas tres primeras estrofas son metáforas de procedencia filosófica, como por ejemplo: “De una puerta a morir hay poco espacio y apenas queda tiempo de sentarse” lo cual quiere decir que entre que una persona nace y hasta que muere, en realidad tiene poco tiempo y ese tiempo pasa volando, además de que nunca se sabe cuanto tiempo exactamente tiene una persona para vivir. También el autor se plantea unas preguntas que pueden ser definidas como retóricas: “Quizá morimos sólo porque nadie quiere morirse con nosotros, nadie quiere mirarnos a los ojos” con lo que a lo mejor se refiere a la soledad del ser humano en esta vida.

En el cuarto verso se encuentra una imágen muy destacable que es la figura de Jesucristo. “Su silencio es espejo de mi vida, en mi vida su muerte se prolonga: soy el error final de sus errores” lo cual es una referencia directa a la Biblia: el autor dice que él vive gracias a que Jesucristo murió por todos nosotros, dice que su vida es un error el que es la consecuencia del sacrificio del hijo de Dios y ese sacrificio, a su vez, fue el error primario; pero tal vez la humanidad no se merecía este sacrificio.

En los versos quinto y sexto ya no encontramos descripciones de procesos, sino que vemos reflejados los pensamientos y sentimientos del autor ante lo que es la muerte y su influencia en el ser humano. El quinto verso también empieza por “Hoy recuerdo a los muertos de mi casa” y a continuación deriva hacia su estado personal: “El pensamiento disipado, el acto disipado, los nombres esparcidos (lagunas, zonas nulas, hoyos que escarba terca la memoria), la dispersión de los encuentros”. La melancolía y el duelo provocan en autor sentimiento de dispersión, el no

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