FRIDA KAHLO EN LA POLÍTICA MEXICANA

FRIDA KAHLO EN LA POLÍTICA MEXICANA

El muralismo refleja la falta de igualdad social existente durante y después de la Revolución Mexicana así como los deseos de reconocimiento de la clase pobre y obrera. Diego Rivera, su mayor exponente, era el esposo y confidente de Frida. Siendo un comunista expreso, sus clientes sabían los riesgos que corrían al contratar su trabajo, pero la excentricidad y crudeza de sus obras podían convencer a cualquiera. Lastimosamente, su liberal y obstinada posición ideológica hace que cometa algunos errores durante su matrimonio, viéndose afectado este, su trabajo y su prestigio. No pasa de la misma forma con Frida. Ella es una pintora de caballete, debido al accidente que sufrió en su adolescencia, y sus obras se centran en ella misma, más no en los problemas sociales que la rodean conforme a la época. Esto la distingue de su esposo, quien haciendo uso de su talento intenta llegar con su enfadado mensaje comunista a todas las personas posibles, mientras que Frida quiere pintar para sí misma y para el mundo que desee ver su pasión.

En los murales de Rivera, como en los de muchos otros artistas, dominan las escenas socialistas, la cruda realidad a la que se enfrenta la clase no aristocrática mexicana y muestra a la burocracia del país de la forma en la que realmente es, sin niebla que la cubra ni encantos que la disfracen. Trágicamente, la mayoría de sus clientes pertenecen a la burocracia que él tanto ataca, haciendo que pierda su trabajo en algunas ocasiones y llegando a crear rivalidades entre conocidos o empleadores.

Paradójicamente, este no es el caso de Kahlo. Ella plasma en sus obras el dolor propio, la incertidumbre, el miedo y la agonía de la vida humana, transmitiendo un sinfín de sentimientos que solo hacen que el espectador de su arte se contagie de la necesidad de expresar su dolor interno. Las obras de ella están alejadas de la realidad política que hace sucumbir a los hombres y ella tampoco escarba en terrenos desconocidos. Se mantiene firme a sus ideales a pesar de convivir a diario con un obstinado de la política.

Frida simplemente se pinta a sí misma en agonía, y a los indígenas mexicanos que tanto respeta. En varias obras, es posible distinguir rasgos o acontecimientos de su vida en la que cierto factor autóctono influyó, o el aprecio y respeto que tiene a las tradiciones de su tierra, diferente de Rivera, que pinta a los magnates europeos, ridiculizándolos o vanagloriándolos.

Pero de la misma forma entiende el contexto social, no es completamente ajena a los problemas del pueblo. Simplemente, decide no pintar sobre ello. Su vida estaba influenciada por las ideas bien fundamentadas de su esposo, a pesar de que ella hacía vivido la realidad imperialista cuando viajó junto a Rivera a New York. Tanto es su afán de cambio, que llega a ser anfitriona de León Trotsky cuando este es exiliado de su país por su filosofía. Una mujer con una mente diferente.

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