Françoise Vannereud
RayChiliPepper424 de Agosto de 2014
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Raygoza Rueda Andrea
Concepto del arte a través del tiempo
México, D.F., a 20 de agosto de 2014
Biografía
Françoise Vanneraud nació en Nantes, Francia en 1984, donde habría de graduarse con honores en el año de 2007 en la Escuela Superior de Bellas Artes. De su vida personal no se sabe mucho. Simplemente que ha expuesto en múltiples ocasiones en el BBB y el festival Scopitone, Francia; Museo Serralves, Portugal y finalmente en el Museo de la Ciudad y la Casa de Velázquez, Madrid, donde reside desde 2008.
Resumen
Entramos al territorio dibujado de la obra de Françoise Arnaud, donde expone que su trabajo no conoce límites, temporalidad, o algún lugar convencional. Ella dice que intenta dialogar y analizar su entorno, no intenta convencer sino proponer. Take if you like, instalación compuesta por 629 post-its amarillos, donde están plasmados dibujos al azahar, toma en cuenta el hecho de nuestra fiebre de consumo y destrucción; acerca de la inmediatez que nos carcome por dentro y de cómo esto afecta el arte y la obra en sí. En esta ocasión, la obra está hecha para desaparecer planteándonos dos cosas: la primera en el intento del artista para que su obra sobreviva a través de la desaparición. La segunda, gira entorno al espectador con su “quiero más” a la hora de destruir la obra de manera libre.
Si tomamos en cuenta, que la mitología es un “conjunto de mitos de una cultura, un pueblo, una religión, etc..”, entonces podemos inferir que los dibujos realizados en el espacio privilegiado de “Perifiesta” generan una especie de choque eléctrico entre los personajes vivos o animados con dicha mitología de nuestra cultura, donde no habitan los monstruos ni los seres fantásticos: meramente habita en este espacio nuestra ambición de destruir, donde la bella mentira de la mitología no genera misericordia alguna dentro nosotros hacia nuestro entorno y la materia.
Comentario
Me ha dado mucho qué reflexionar la obra de Vanneraud, y me parece que su obra ha logrado su objetivo conmigo. Me he formulado esta pregunta: en caso de que el espectador, al llevarse un pedazo de la obra y lo desechara, ¿habrá sobrevivido? Mi respuesta es no. Puesto que aún en la basura la obra sigue existiendo, aunque el espectador presuma de la basura como algo que no importa, dando por hecho que lo que va a la basura “ya no existe”, al menos para él. Pero, a pesar de este mencionado depósito tangible, su pensamiento no generará olvido (basura mental) pues la mera acción de llevarse consigo una parte de la obra generará en él un proceso de relacionar los post-its con aquél episodio perdido y la obra ha de cumplir su cometido. Una obra, es algo que se hizo, una acción. Y lo que se hace no se olvida. Es aquí donde el arte contemporáneo, de ser meros productos de la basura (como la mayoría de la gente piensa), toma forma abstracta y haya un hogar en la memoria colectiva. Bueno, la materia no deja de existir al solamente cambiar de lugar, pero para nosotros ha dejado de existir por completo cuando la materia se degrada y se torna invisible. Pues mi opinión es que aun así sigue existiendo, pero se ha fundido en la masa universal de esta realidad. Es aquí donde la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma volviendo a su estado natural de materia cruda, lista para volverse a transformar por otra mente transeúnte. Y esta materia anónima, nos transmite un lenguaje natural. Uno que no comprendemos. Es, querido lector, ese tierno y inocente ritmo de formas y luz que penetra nuestro subconsciente sin darnos cuenta.
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